El abogado del hombre que denunció haber sido abusado hace 20 años por el párroco de Esperanza presentó un escrito ante el Arzobispado de Santa Fe para que su defendido pueda acceder a las distintas instancias de la investigación.
Carlos Lombardi, el abogado del hombre que denunció al cura Luis Brizzio, de la Basílica de Esperanza por abuso sexual, intimó al Arzobispado a que le dé participación en el proceso canónigo que se abrió, y así «cumpla con las normas de la Constitución Nacional y Tratados internacionales sobre derechos humanos con jerarquía constitucional que son de cumplimiento obligatorio para la Iglesia Católica», según dijo en un escrito enviado por correo. El profesional hizo la presentación tras saber que su defendido no tendría acceso al expediente canónico por el que el sacerdote fue apartado.
Al mismo tiempo, el letrado indicó a Rosario/12 que le «llegó el dato de que habría otra víctima de Brizzio en Esperanza», y que están «intentando contactarse» con esta persona desde la Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico, de la que forma parte el abogado. También dijo que recibieron un correo en el que les advierten que Brizzio «podría ser una de las víctimas del ex arzobispo denunciado por abusos, Edgardo Storni».
Más de un mes después de la difusión de la denuncia que llegó al Arzobispado de Santa Fe, el expediente canónico avanza sin el control y conocimiento del denunciante, que fue el primero en declarar. Durante estos días, lo hicieron también sus padres; pero él nada supo acerca del movimiento de la investigación. Solo le indicaron que cuando terminaran de tomar testimonios, todo se remitiría a Roma, desde el Arzobispado. Así se lo indicaron a fines de febrero y en una notificación que le fue entregada en la sede rosarina, el 12 de marzo pasado.
Frente a ello, la semana pasada, la víctima y su abogado elaboraron un escrito que enviaron a modo de exigencia, sobre los derechos del denunciante. «No he tenido participación procesal alguna en la investigación, a pesar de haber advertido dicha circunstancia en forma personal (al presbítero que lleva adelante la investigación) y a través de mi asesor letrado. El Arzobispado de Santa Fe, institucional y normativamente, me ha negado el legítimo derecho humano a participar de la investigación previa y de carácter administrativo», se quejó el denunciante. Y añadió: «No tengo conocimiento de que el sacerdote denunciado haya declarado en la causa; en caso afirmativo, tampoco he podido leer su declaración a los efectos de controlar su verosimilitud; no me consta que el sacerdote Brizzio se encuentre en un monasterio en cumplimiento de medida cautelar dictada en el marco de la investigación; no he tenido acceso a las actuaciones ni leer las declaraciones de otros testigos».
En ese sentido, la víctima, que denunció el hecho veinte años después de los sucedido en la ciudad de Gálvez cuando formaba parte de los grupos juveniles de la Iglesia, reclamó que se le negó «la representación procesal que cualquier denunciante del delito de abuso sexual está facultado a tener, aún en la Iglesia» e hizo reserva de «iniciar las acciones legales».
En febrero, este diario publicó el testimonio de la víctima, quien brindó una entrevista bajo identidad reservada, y relató que sufrió tres episodios de abuso, durante su participación en los grupos de acción católica de jóvenes, dirigidos por el cura Brizzio, en la ciudad de Gálvez. En ese entonces, el denunciante tenía entre 16 y 17 años. Si bien su padre se reunió con el entonces arzobispo Edgardo Storni, sólo se logró un traslado del religioso.