Sin nombrarlo, el presidente cuestionó al director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo, el chileno Rodrigo Valdés, por una traba bancaria sobre la que adjudica la imposibilidad de liberar el tipo de cambio.
A pocos días de haberse reunido con la titular del Fondo Monetario Internacional en la cumbre del G7 en Italia, Javier Milei hizo público su disgusto con decisiones del organismo que conduce Kristalina Georgieva.
Desde Praga, sobre el cierre de su gira por el continente europeo, el presidente brindó una entrevista a radio Mitre en la que apuntó contra un alto funcionario del FMI al explicar porqué no se está en condiciones de levantar el cepo pese a la promesa de campaña.
El funcionario apuntado es el chileno Rodrigo Valdés, director del Departamento del Hemisferio Occidental, que en los hechos para la Argentina sería el tercero en la línea de importancia en lo que refiere a negociaciones con el Fondo, por debajo de Georgieva y Gita Gopinath.
En la entrevista que brindó antes de regresar al país, Milei detalló cuáles son las trabas a la que se enfrenta su gestión para liberar el mercado cambiario de las restricciones para la compra y venta de la divisa norteamericana.
Entre las condiciones que dificultan levantar el cepo, mencionó los «PUTs» que dejó la gestión de Alberto Fernández que, en la práctica, es un «seguro» que se les dio a los bancos para que le presten plata al BCRA a cambio de recuperarlo cuando quieran.
«Hay un problema muy delicado, que es el problema de los PUTs. Y esto me parece que vale la pena mencionarlo para mostrar la irresponsabilidad y perversidad del gobierno anterior. Porque el gobierno anterior, frente a la situación de que tenía déficit fiscal, fue a buscar financiamiento al sistema financiero local. El sistema financiero local, los bancos, no querían prestarle al fisco, al Tesoro. Ellos estaban dispuestos a prestarle al Banco Central, que es un mejor pagador, en principio, supongamos. Entonces, ¿qué es lo que sucede? En ese contexto, para que no se quedara reflejado en la hoja de balance del Banco Central, se le entregó unos PUTs, pero que estaban para ser ejercidos. Entonces, ¿qué es lo que pasa? En el balance del Banco Central, solamente figura el valor del PUT, que es un número muy inferior al valor de la obligación. Pero esa obligación está on demand, eso está para ser ejercido», señaló Milei.
Al continuar su explicación sobre este escollo que resultan para la gestión económica los “PUTs” es que Milei, además del gobierno de Alberto Fernández, apuntó contra Rodrigo Valdés. Sin mencionarlo por su nombre, reprochó que el FMI haya permitido el aumento exponencial de la deuda del Banco Central en la gestión anterior, decisión que depende del director del Departamento del Hemisferio Occidental del organismo multilateral de crédito.
«Estamos hablando de cuatro puntos del PBI. Pero eso no sólo es responsabilidad del gobierno anterior y del Banco Central anterior, sino también de algún técnico del Fondo Monetario Internacional que avaló esto, o que hizo la vista gorda con esto. Digamos, algún técnico del Fondo Monetario Internacional que pueda tener vínculos con el Foro de San Pablo», afirmó.
La alusión al Foro de San Pablo es porque fue ministro de Haciendo de Chile entre 2015 y 2017, durante la gestión de Michelle Bachelet, quien participó de ese espacio de partidos políticos de izquierda y centro-izquierda latinoamericana conformado en 1990 para criticar las políticas neoliberales y proponer alternativas económicas para la gestión del continente. En reiteradas ocasiones, antes de ser Diputado y luego Presidente, Milei expresó su completo rechazo a este organismo, llegando a plantear que «su objetivo es ser la Unión Soviética latinoamericana».
Sin embargo, en los hechos, Valdés no comparte lineamientos con el Foro de San Pablo. De hecho, tiene una trayectoria con énfasis en políticas fiscales y la presentación de presupuestos austeros, con recorte del gasto. Incluso, comparte una cercana relación con el asesor de Javier Milei, el economista Federico Sturzenegger, con quien compartió estudios en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT).
Valdés llegó al Fondo en 2023, para reemplazar al brasileño Ilan Goldfajn, quien renunció al FMI para postularse como presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). «Rodrigo (Valdés) tiene una experiencia impresionante en los sectores público y privado y es muy respetado por su liderazgo y cualidades académicas. Su historial estelar como formulador de políticas, sus excelentes habilidades analíticas y de comunicación y su profundo conocimiento de las finanzas internacionales y el Fondo serán invaluables para nuestra membresía en este momento crítico para la región y la comunidad mundial, había señalado la titular del FMI, Kristalina Georgieva, en su cuenta de X al tomar la decisión de incoporarlo.
Una relación tensa
En marzo de este año, Valdés estuvo involucrado en otro cruce con la administración libertaria. Al visitar la Argentina para exponer en el encuentro IEFA Latam Forum, elaboró una crítica al programa de ajuste de Javier Milei y Luis Caputo, lo que generó molestia en la Casa Rosada.
Hace algunos meses, Valdés remarcó la necesidad de proteger a los sectores vulnerables ante el recorte económico y el vocero le retrucó que las ayudas sociales aumentaron desde que asumió Milei.
“El plan requiere implementación política. Es muy importante continuar mejorando la calidad del orden fiscal. Y enfatizo esto: la calidad y no la cantidad”, dijo porque, a su juicio, el plan impulsado por la administración Milei “está focalizado en un ancla fiscal muy fuerte que elimina completamente cualquier financiamiento del Banco Central al gobierno a la vez que lo combina con políticas para bajar la inflación, para aumentar las reservas o también para reorganizar las distorsiones que están impidiendo el crecimiento en el país”.
Si bien elogió los resultados obtenidos hasta ese momento, Valdés había resaltado la necesidad de apoyar a las personas de menos recursos, que son quienes se ven principalmente perjudicados por las consecuencias del ajuste. “El progreso ha sido impresionante”, dijo, aunque destacó que “hay que sostener los esfuerzos para apoyar a los más vulnerables, para que el peso del ajuste no caiga desproporcionadamente sobre las familias trabajadoras”.
Esta apreciación fue la que generó molestia en la Casa Rosada. “El futuro de Argentina está en los más chicos (…) los sectores más cuidados y más protegidos son los más pobres. En cien días de gobierno es cuando más se han dado incrementos”, había salido a responder el vocero presidencial, Manuel Adorni.
Igualmente, sostuvo que fue una “difamación” lo del “supuesto descuido” hacia el envío de asistencia a los más pobres. “De que nos olvidamos de los más pobres, si esa fue la definición, fue absolutamente inexacta (…) estamos cumpliendo con el esquema del FMI a rajatabla. En la próxima revisión va a quedar a la vista que efectivamente después de mucho tiempo no vamos a pasar vergüenza”, señaló Adorni en aquella ocasión.