Una de las principales hipótesis sobre el destino de Claudio Javier «Morocho» Mansilla, uno de los ocho presos fugados de la cárcel de Piñero el domingo, es que pudo haber escapado hacia Paraguay. Así lo confirmaron desde el Ministerio Público de la Acusación (MPA) al sostener que por están corroborados los vínculos de Mansilla con el país vecino relacionados a la comercialización de estupefacientes. En ese sentido, el fiscal Franco Carbone pidió orden de captura internacional para los cinco presos todavía prófugos.
«La línea que se investiga sobre Paraguay es una de otras que se tiene. Es una persona que por su actividad delictiva se corroboró que tiene vínculos con personas de varios puntos, entre ellos Paraguay», indicaron a La Capital desde el MPA.
En esa línea explicaron que tal conexión se debería al vínculo que Mansilla tiene con la venta de estupefacientes. Sin embargo desde el MPA destacaron que «hay medidas investigativas en reserva» sobre otros posibles destinos de éste y los demás prófugos.
Una vez que se conoció la identidad del fallecido en la fuga, Walter Ezequiel Soraide de 30 años, también se hicieron allanamientos en relación a esta persona para conseguir material de interés para la investigación. Aunque desde el MPA no detallaron los resultados de estos procedimientos, acaso una manera de preservar la información que pueda reconstruir tanto el plan de fuga como el posible destino de los reclusos.
Para los investigadores Mansilla fue uno de los cerebros de la fuga junto a Sergio Cañete. Hay aspectos de la actividad delictiva de Mansilla que hacen pensar que fue él quien financió el operativo: está imputado por haber instigado desde Piñero el crimen de un chico de 21 años por el cual habría pagado 100 mil pesos. En esa línea también surge como dato de interés que la pareja de Mansilla, Jésica «Fea» González, cumple arresto domiciliario en Capitán Bermúdez por una causa federal por venta de drogas y una en el fuero provincial por asociación ilícita.