La tragedia ocurrió en el marco de una alocada carrera sobre una avenida en la que ignoró semáforos, chocó varios vehículos y volcó. Silvio Díaz pidió perdón en su declaración.
Declaró ayer en los tribunales de Paraná Silvio Ramón Díaz, el hombre de 40 años que atropelló y mató a un nene de seis años y le provocó graves lesiones al hermanito de éste, de 11, cuando ingresaban a la escuela Del Centenario de Paraná. El temerario conductor reconoció ante la jueza de Instrucción Marina Barbagelata que, tal como lo demostraron las pericias, aquel trágico 6 de junio estaba bajo los efectos del alcohol y cocaína, e «hizo referencia al dolor que siente por la muerte del chico, por el dolor que deben tener los padres y pidió perdón», comentó el abogado Marciano Martínez, representante de la familia de las víctimas.
Eran pasadas las 7.30 de la mañana de aquel viernes cuando Díaz, que desde la noche anterior festejaba su cumpleaños, cruzó dos semáforos en rojo a alta velocidad sobre la avenida de la Alameda, realizó una maniobra brusca para esquivar un auto que salía de una cochera y volvió a su carril, luego chocó contra varios vehículos y, finalmente, volcó su Volkswagen Voyage.
En ese derrotero atropelló a Juan Manuel Martínez Zurbano, que murió minutos después en la ambulancia que lo trasladaba al hospital materno infantil San Roque. En este mismo nosocomio operaron más tarde a su hermano también atropellado de nombre Santiago, quien sufrió una fractura expuesta en su pierna izquierda.
En tanto, Díaz sufrió sólo algunas heridas leves. Mientras la policía lo retiraba del lugar del hecho, varios testigos lo agredieron verbalmente e incluso intentaron lincharlo. Lo asistieron en principio en el hospital San Martín y luego trasladado a la Alcaidía en los tribunales, donde también lo aguardaron los abucheos. Más tarde se determinó que el homicida conducía un automóvil a una velocidad mínima de 134 kilómetros y los análisis de sangre determinaron que tenía 2,0 de graduación alcohólica y que había consumido cocaína.
Mea culpa. En su declaración de ayer, de carácter indagatoria, el conductor imputado por homicidio y lesiones graves «en principio reconoció algunos hechos, como que ese día estuvo tomando bastante, toda clase de bebidas alcohólicas; también que ingirió cocaína, y que anduvo paseando solo y acompañado», indicó el abogado de la familia de las víctimas. Sin embargo, «cree que los semáforos estaban en verde, no recuerda la velocidad, sabe que volanteó y por eso el auto volcó. Después de la colisión, recuerda la gente, cuando lo sacaron en el vehículo, que lo llevaron y el tratamiento. Nada más», dijo Martínez en declaraciones a medios televisivos de Paraná.
Al respecto, el letrado apuntó que «no recuerda hechos que son importantes, que están probados, como que pasó en rojo no solamente a la altura de calle Santiago del Estero sino también de Catamarca. Y tampoco recuerda el motivo por el cual hizo la maniobra que hizo». Díaz no permitió que la Fiscalía ni la querella le hicieran preguntas, se limitó a esos hechos y a pedido de la jueza detalló algunas circunstancias. En ese contexto su abogado defensor, Cristhian Panceri, solicitó la excarcelación. Finalmente, el acusado «hizo referencia al dolor que siente por la muerte del chico, por el dolor que deben tener los padres y pidió perdón», recordó Martínez.
Díaz, que es propietario de una agencia de venta de autos usados, tendría varios antecedentes de conducción irresponsable y es conocido por sus vecinos por circular a excesiva velocidad. Permanece detenido en la Unidad Penal Nº 1 y está siendo sometido a estudios psicológicos y psiquiátricos por parte de peritos del Departamento Médico Forense del Poder Judicial de Entre Ríos.