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Rossi entregó en Rosario las 280 actas de la dictadura cívico-militar

Las copias están en manos de la UNR, el Concejo Municipal, la provincia, la Municipalidad y organismos de derechos humanos. «Estos son documentos oficiales de la Junta Militar», dijo el funcionario.

El ministro de Defensa, Agustín Rossi, hizo entrega ayer en Rosario de copias prolijamente encuadernadas de las 280 actas secretas de las Juntas Militares de la última dictadura, halladas en octubre pasado, a organismos de derechos humanos, a la Universidad Nacional de Rosario (UNR) e instituciones del Estado municipal y provincial. El funcionario destacó el valor de la documentación y hasta se permitió acicatear a las corrientes liberales de la historiagrafía argentina: «Algunos entienden que la historia hay que contarla solamente a través de los documentos oficiales, bueno estos son documentos oficiales de la Junta Militar así que ya no se pueden escapar a la hora de contar la historia».

En un colmado salón Sur de la UNR, encabezaron el acto el propio Rossi; la directora de Derechos Humanos de Defensa, Stella Segado; la vicepresidenta del Concejo Municipal, Norma López, y el rector de la universidad, Darío Maiorana. El ministro entregó una caja con los seis tomos de las actas secretas de la dictadura a la casa de altos estudios, al Concejo Municipal (la recibieron López y sus pares María Eugenia Schmuk, que preside la comisión de DDHH del cuerpo, Héctor Cavallero y Roberto Sukerman).

También se le hizo entrega a la provincia en manos de la directora de Investigación y Reconstrucción de la Memoria Histórica, Nadia Schujman, el subsecretario de DDHH de Santa Fe para el sur provincial, Ramón Verón, y los funcionarios Angel Ruani y Oscar Blando. Otra copia fue para el Museo de la Memoria, en manos del director, Rubén Chababo, y la subdirectora, Viviana Nardone.

Los documentos también podrán ser consultados en la Biblioteca Argentina, los cuales fueron recibidos por su directora, Liliana Romero, y el secretario de Gobierno municipal, Fernando Asegurado.

Además, recibieron copias organismos de derechos humanos como Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas, integrado entre otros por Héctor Chinche Medina y Elida Luna; el Movimiento Ecuménico por los Derecos Humanos (MEDH) y el Llamamiento de los Cien para Seguir Viviendo, en las personas de Federico Pagura y Roberto Bereciartúa. También a la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, en manos de Florencia del Negro y Gabriela Durruty; Abuelas, representadas por Iván Fina y Sebastián Bereciartúa; Hijos, con Tomás Labrador. Y el más emotivo, a las Madres de Plaza 25 de Mayo, en manos de Elsa Chiche Massa y Norma Vermeulen.

Justamente, Chiche Massa consideró que «nos entregan unos archivos que leeremos con avidez, con entusiasmo porque ahí puede ser que encontremos la contestación a tantas preguntas que nos hicimos: cómo, cuándo, dónde, por qué fueron desaparecidos y asesinados nuestros hijos. Esa es la importancia que le damos y que agradecemos al ministro Rossi y por su intermedio a la presidenta (Cristina Fernández) y al gobierno nacional que lo permite».

El ministro Rossi expuso un breve resumen de los hechos que van desde el hallazgo de los documentos el 31 de octubre pasado, su clasificación, contenido y las herramientas para su difusión.

En el subsuelo. Recordó que fue el brigadier Mario Callejo, jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea, quien «nos informó que habían encontrado una documentación en el subsuelo del Edifio Cóndor: son más de 11.700 volúmenes documentales». Las carpetas estaban en una suerte de baulera oscura y húmeda acomodados en dos armarios y una estantería, y en el lugar había además dos cajas fuertes cerradas. Al abrir con amoladoras estas cajas de seguridad se encontraron en perfecto estado de conservación las 280 actas de las sendas reuniones que mantuvieron las Juntas Militares entre el 24 de marzo de 1976 y el 10 de diciembre de 1983.

 

El acondicionamiento de las actas demostraban paradójicamente una intención de preservarlas del paso del tiempo pero a la vez de mantenerlas escondidas bajo siete llaves. Cada hoja fue protejida con folios, acomodadas en seis biblioratos y encerradas herméticamente en dos cajas fuertes. Los papeles estaban escritos en máquina eléctrica, en un papel de gramaje superior al habitual y firmadas con estilográfica por los comandantes de cada fuerza. «El acta número 1 está firmada por Jorge Videla, Eduardo Massera y Ramón Agosti y el última acta es del 24 de noviembre de 1983, o sea 15 días antes de la asunción.del primer gobierno democrático», explicó el Chivo.

El funcionario remarcó que «la importancia que tiene desde el punto de vista historiográfico es enorme porque nosotros siempre habíamos encontrado documentación que se refería a un período de tiempo y un espacio geográfico limitados, no tuvimos nunca un marco general de lo que pensaba el poder en ese momento».

Rossi explicó que «nos propusimos que esto pudiese estar lo más posible a disposición del pueblo argentino», para lo cual «construimos tres herramientas: digitalizamos y clasificamos la totalidad de la documentación encontrada, la cual está en la biblioteca de la Fuerza Aérea donde hay dos puestos de consulta para revisar la totalidad de la documentación». Añadió que abrieron «el sitio de internet www.archivosabiertos.com donde están las 280 actas y las listas negras, y se irá incluyendo más documentación; y la tercera herramienta fue esta edición que buscamos de distribuir en universidades, instituciones, y organismos de derechos humanos con una intención reivindicatoria de sus años de lucha».

 

Destacó que «la documentación tiene un valor historiográfico enorme porque en la Argentina hay una corriente histórica liberal que entiende que la historia hay que contarla solamente a través de los documentos oficiales, bueno estos son documentos oficiales de la Junta Militar, así que no se pueden escapar a la hora de contar la historia».

En las actas de los años 76 y 77 hay un marcado interés sobre el caso Papel Prensa y la transferencia de las acciones de la encarcelada familia Graiver a los diarios Clarín, La Nación y La Razón. También consta cómo, a instancia de estos medios porteños, se dejó en manos del Estado el 49 por ciento de las acciones que inicialmente se pensaba distribuir entre los diarios del interior.

También aparece con claridad que la Junta Militar conocía de antemano que era negativo el fallo arbitral británico por el canal de Beagle y figuran todas las consideraciones sobre una posible guerra con Chile. Además, consta la decisión de la dictadura de no atender a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que visitó el país en 1979.

Consta el debate, ante la presión internacional por los desaparecidos, en el cual ordenan dejar de utilizar la palabra «desaparecido» y reemplazarla por la expresión «persona con paradero desconocido».

Rossi enfatizó que «llegamos a la documentación porque hubo un jefe de la fuerza que tomó la decisión de informarnos, y eso me hace pensar que estamos en presencia de Fuerzas Armadas que tengan una mirada más comprometida con el desarrollo futuro del país que con el pasado». Y reveló que se está analizando «nueva documentación encontrada vinculada a la Fábrica de Aviones de Córdoba, con lo cual todo esto retroalimenta la expectativa de encontrar más documentos».

Maiorana consideró que «es fundamental esta acción que está haciendo el gobierno nacional para que el Nunca Más se actualice cada día» y elogió «la decisión del gobierno nacional de socializar la información porque así está democratizando la historia».

Norma López señaló que «el Concejo está orgullo de recibir esta documentación».

Verón destacó el valor histórico y recordó cuando «en el juicio a las Juntas, ellos decían que no estaban las fuerzas vinculadas unas con otras y en el caso de mi compañera Hilda Cardozo, que nos secuestra el Ejército, a ella la tienen en la Esma y después termina en manos de la Fuerza Aérea, en La Perla, donde desaparece y la ven por última vez. Esto viene a confirmar la posición que teníamos en aquel momento que las FFAA actuaban vinculadas estrechamente y subordinaban a todas las fuerzas de seguridad».

Listas negras

En el Edificio Cóndor también se hallaron las listas negras que dieron dos «perlitas»: en el año 1982 aún figuraba el escritor Haroldo Conti, desaparecido en la Esma en 1976. Y figuraban dos rosarinos: el ex secretario de Cultura municipal Héctor Tealdi, fallecido años atrás, y el periodista Luis Nono Ortolani (conocido como Luis Saavedra), quien estuvo en el acto de ayer.

Texto y Foto: Diario La Capital

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