El presidente del máximo órgano de justicia provincial, Rafael Gutiérrez, reconoció que «es un halago» que un diario mencione su nombre como eventual candidato a reemplazar a Zaffaroni.
El presidente de la Suprema Corte de Santa Fe, Rafael Gutiérrez, reconoció que «es un halago» que se mencione su nombre para reemplazar a nivel nacional al ministro Raúl Zaffaroni, aunque advirtió que «no ha hablado nadie» con él para ofrecerle formalmente el cargo y que hasta ahora «es nada más que una versión periodística».
Ante la partida de Zaffaroni, quien ya adelantó su partida de la Corte Suprema de la Nación, Rafael Gutiérrez apareció mencionado por el diario Perfil como uno de los posibles reemplazantes. «La verdad es que me sorprendió», admitió el involucrado, quien relató: «Me encuentro con el Perfil del sábado donde aparezco entre los candidatos… para Perfil, porque conmigo no ha hablado nadie con respecto a este tema»
«No sé si figuro en la nómina de los que tienen que proponer este cargo», subrayó y, si bien aclaró que «indudablemente es un halago» ser mencionado por el periódico, enfatizó que «hasta ahora no es nada más que una versión periodística».
Indicó también que daría una respuesta positiva si tuviese un ofrecimiento formal. «Estoy dentro del Poder Judicial, para mi sería un honor ser integrante de la Corte, pero eso está dentro de una hipótesis, hasta ahora es únicamente una versión periodística donde hay diez o doce candidatos», insistió.
También aclaró que desconoce «cuál es el perfil que está buscando el Poder Ejecutivo» para ocupar esa vacante que quedaría, y reiteró que se siente halagado de ser mencionado como una posibilidad. «Por supuesto, para mí es un orgullo. Llevo cuarenta años en la Justicia, he empezado de los escalones más bajos, llegar a integrar la Corte de la Nación es la aspiración que puede tener cualquier juez».
En cuanto a las versiones sobre la posibilidad de ocupar en el gabinete nacional el cargo de ministro de Justicia, Gutiérrez sostuvo: «Yo también esa versión la tenía periodísticamente, más allá de que alguien habló conmigo nunca hubo un ofrecimiento formal».