Los primeros Juegos Olímpicos que hubo en Sudamérica tuvieron a más de diez mil atletas y millones de historias. 442 eligió a los 16 de Río 2016.
Michael Phelps. Vino a los Juegos a demostrarle al mundo por qué es el atleta más laureado de la historia. Y vaya que lo hizo. Llegó con 18 oros y se fue con 23 tras ganar tres relevos (4×200 libre, 4×100 libre y 4×100 combinado), los 200 mariposa y los 200 combinados. Además, fue plata en los 100 mariposa. El Tiburón de Baltimore ya es inmortal.
Katie Ledecky. La ama y señora de la pileta olímpica de Río. La dueña de tres récords mundiales se llevó cuatro medallas de oro y una de plata. Dominó los 200, 400 y 800 libres por una diferencia abismal para quedarse con llevó el “trébol dorado”. Fue clave en el relevo 4×200 libre y fue plata en el 4×100 libre. La ‘heredera de Phelps’, como la llaman en Estados Unidos, no tiene límites. “Sólo me gusta nadar…… rápido, no pienso en la distancia”.
Katinka Hoszu. Tres oros (100 espalda, 200 combinado, 400 combinado) y una plata (200 espalda) para una húngara que fue la única que le plantó lucha a la estadounidense Ledecky. La “dama de hierro”, como se llama ella misma por su capacidad para participar en numerosas pruebas y competiciones, es actualmente la deportista más popular en Hungría.
Simone Biles. Solo un resbalón en las finales individuales de viga le impidió ser la primera gimnasta en la historia del olimpismo en llevarse cinco oros en el mismo Juego. Pero la morena deslumbró en la General por equipos y se llevó la General individual, salto y mostró porque es la “nueva Nadia Comaneci” del Siglo XXI. Será la reina por mucho tiempo más.
Usain Bolt. Llegó con lo justo físicamente y con más dudas que certezas a los primeros Juegos Olímpicos de la historia de Sudámerica. Pero no importó nada, porque el jamaiquino demostró, con creces, que sigue siendo el hombre más rápido de la historia. Repetir el trébol de la velocidad (100, 200 y 4×100) lo eleva a lo más alto del olimpo. Corrió en 9 competencias entre Beijing, Londres y Río y sólo sumó oros. Nada más para decir. Decir viento es decir Usain Bolt.
Mo Farah. Somalí de nacimiento, británico por adopción. Este fondista había brillado en los Juegos de Londres 2012 al quedarse con las dos pruebas de medio fondo. Y en Río se convirtió en el segundo en repetir el oro en 5000 y 10000 metros. El único que tenía ese privilegio era el finlandés Lasse Viren, oro en Munich 1972 y en Montreal 1976. El amo y señor del medio fondo olímpico.
Allyson Felix. Qué decir de la primera atleta que gana 6 medallas de oro en la historia del olimpismo. En estos Juegos se quedó con la espina de quedarse con la de plata porque la bahameña Shauane Miller se tiró de palomita para quedarse con los 400 metros. Después se llevó el oro en el 4×100 y 4×400 para entrar en la historia.
Wayde Van Niekerk. Romper con un récord mundial en un Juego Olímpico es una proeza sublime. Ahora, que esa marca sea la conseguida por el mítico estadounidense Michael Johnson le da un plus. Eso hizo este sudafricano que corrió en 10,7 segundos los primeros 100 metros, luego 9,8, 10,5 y 12 para lograr, al igual que lo hizo Bolt en Pekín en 2008, batir un récord del yanqui. Muchos dicen que será el sucesor de Usain.
Elaine Thompson. La velocista jamaiquina emuló a Usain Bolt y se llevó los 100 y 200 metros, pero entre las damas. No solo destronó a su compatriota, Shelly-Ann Frazer-Pryce (en 100), sino que también derrotó a la holandesa Dafne Schippers, favorita en 200. También fue plata en 4×100.
Terry Riner. El judoca francés está invicto desde 2010 y vino a Brasil a mantener su hegemonía en la categoría más grande de la disciplina. Lo consiguió y siguió con una imbatibilidad que parece eterna. Mide 2,03 metros, pesa 139 kilogramos y ha ganado 195 triunfos de los 204 combates, de su carrera (se incluyen los cuatro en Río de Janeiro).
Andy Murray. Se convirtió en el primer tenista masculino en repetir el oro en Juegos Olímpicos consecutivos. Había subido a lo más alto del podio en el césped de Wimbledon hace 4 años y repitió en la inmensa final contra Juan Martín Del Potro.
Kevin Durant: El número 5 del Dream Team fue el amo y señor de un equipo que dependió más que nunca de su poder de fuego. La final ante Serbia fue una demostración de lo que puede hacer el nuevo jugador de los Golden State Warriors hizo 30 puntos. El MVP del tercer oro seguido del equipo de Mike Krzyzewsky.
Neymar. Tenía el peso más grande de todos los atletas brasileños. Ganar el oro en fútbol era la obligación que tenía. Y tras una primera fase floja, apareció cuando debía: en los mata mata. En la final ante Alemania clavó el golazo de tiro libre y definió la tanda de penales. Ahora el fútbol más ganador del mundo tiene el lauro que le faltaba.
Mariana Pajón. La ciclista colombiana era la candidata a repetir el título olímpico que consiguió en Londres 2012. Y lo hizo de manera brillante, como la hacen los mejores del mundo.
Kohei Uchimura: El gimnasta que domina nuestros tiempos. En Río se llevó dos oros (General individual y por equipos). Ni su inesperado quinto puesto en la final de suelo eclipsa su paso dorado por Río, de donde se va con los títulos más brillantes -individual y por equipos-, y con un asiento de por vida entre los dioses de la gimnasia.
Bradley Wiggins. ¿Por qué elegimos al ciclista británico que sólo ganó el oro en la persecución por equipos? Porque con esta medalla, Wiggins suma ocho en total (cinco oros, una plata y dos bronces) y se convierte en el británico, así como en el pedalista, con más preseas de la historia, por delante de su compatriota Chris Hoy, quien se quedó en siete (seis oros y una plata).