Además del anuncio de obras por 900 millones de pesos que realizó el gobierno nacional en Santa Fe, el acto que compartieron este sábado el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y el gobernador Miguel Lifschitz marcó un cambio en el espeso clima que tensó la relación entre Nación y provincia. Vínculo que llegó al límite este viernes después de los cruces con la ministra de Seguridad Patricia Bullrich por la falta de acuerdo para el arribo de gendarmes a Rosario.
Lifschitz respondió en duros términos a la funcionaria y cerró la chance de seguir el diálogo por esos carriles. La mala relación entre ambos ya había tenido un primer capítulo con el escándalo por la triple fuga de los hermanos Lanatta y Schillaci, que se inició en Buenos Aires y culminó en Santa Fe. En cambio, el socialista nombró en la caliente conferencia de este viernes varias veces a Frigerio y apostó a él para buscar una salida política.
«Personalmente he decidido llevar esto al máximo nivel del gobierno y por eso estoy en comunicación permanente con el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, en la búsqueda de una solución política», avisó.
El titular de la cartera del Interior recogió el guante. Primero anunció en Radio 2, el viernes a la tarde, que habrá una reunión entre el gobernador y el presidente Mauricio Macri el próximo lunes, donde se daría por terminado el tema y se firmaría el convenio de seguridad. Y este sábado se mostró sonriente junto al socialista y resaltó la idea de «trabajar en equipo», además de aclarar que el «presidente tiene un fuerte compromiso con todos los santafesinos».
Lifschitz, en el acto, celebró estar trabajando “en cuestiones concretas, y no en discursos vacíos, sino hablando de obras, proyectos, de resolver problemas, y trabajar en conjunto entre los tres poderes de gobierno, porque esto es fundamental para que las cosas se puedan resolver, no debe haber diferencias políticas que nos impidan construir juntos las soluciones que nos están demandando los santafesinos”.