La reconocida escritora y locutora tenía 87 años de edad. La noticia se supo poco después del mediodía, fue confirmada al aire por Jorge Lanata en su ciclo radial, y de inmediato causó conmoción y tristeza general. Era una figura querida y respetada.
Su último trabajo había sido en Radio Mitre, donde conducía un ciclo los sábados por la mañana, en que pasaba canciones clásicas que la emocionaban. Pero sus comienzos se remontan a la década del ’50 y a lo largo de su carrera tuvo grandes hitos que la convirtieron en una de las figuras más importantes del medio. Además, a lo largo de su trayectoria ganó 15 premios Martín Fierro.
En las últimas semanas, había estado ausente de su programa en Mitre por su estado de salud. Según detallaron desde la emisora, «Junto a Miguel y Nicolás Wiñazki, en sus últimos años estuvo al frente de Magdalena y la noticia deseada. Previamente, había conducido Magdalena Tempranísimo (1987-2006) y también había formado parte de Lanata Sin Filtro en su regreso a la radio en 2014».
Una vocación fuerte
Nació un 15 de febrero. El año siempre fue un misterio, quizás por cuestiones de coquetería. Muchas veces se mencionó a 1935 como su año de nacimiento, lo cual daría 87 años de edad, pero en una entrevista publicada en mayo en Clarín, dijo: «No me pongo a pensar cuántos años tiene cada uno. El que no está conforme con su edad, lo debe pasar mal. Yo estoy muy conforme, tengo más de 90».
María Magdalena Teresa Ruiz Guiñazú era la novena hija de María Celina Cantilo Ortiz Basualdo y de Enrique Ruiz Guiñazú, un diplomático que fue Ministro de Relaciones Exteriores y Culto.
Su infancia y educación fue de privilegio, con buenos colegios y muchos viajes por el mundo. Podía hablar en perfecto inglés, francés o italiano. Abordaba temas de información general, cultura o política con igual idoneidad y solvencia.
Magdalena tuvo cinco hijos con su primer marido, César Doretti. Más tarde formó pareja con el abogado y empresario Sergio Dellacha, que murió en 2006. Era bisabuela.
En una entrevista que realizó este año con Clarín, recordó que la primera nota que la convirtió «oficialmente» en periodista fue hace 70 años: una conversación con la contralto estadounidense Marian Anderson.
Su desembarco en radio se dio de la mano de su amigo Cacho Fontana, que la sumó a su Fontana Show de Radio Rivadavia y luego a su Videoshow de Teleonce. Antes había sido movilera en Canal 7.
Una nota histórica y clave en su carrera ocurrió en junio del año 1979, cuando junto al Papa Juan Pablo II visitó Auschwitz, el campo de concentración donde fueron asesinadas más de 4 millones de personas durante la Segunda Guerra Mundial.
También fue traductora y escribió libros como la novela Huésped de verano, Desconciertos y el libro de relatos Había una vez… la vida. Fue miembro de la Academia Nacional de Periodismo.
Una faceta poco conocida de Magdalena fue la actuación. Participó en las películas Esperando al Mesías de Daniel Burman, y Antigua vida mía. Hasta puso su voz para el personaje de una reina leona en El Arca. También trabajó en documentales como Aventura National Geographic (2002), Nosotras que todavía estamos vivas (2009) y Ernesto Sábato, mi padre (2009).
Premios y derechos humanos
Ganadora de los premios Konex de Brillante y Platino, Magdalena fue una activa defensora de los derechos humanos. Según contó su histórica productora Marta Lamas, «Magda se jugó el pellejo. Fui testigo de los años en que las Madres de Plaza de Mayo iban a pedirle difusión y ella les daba un lugar».
Integró la CONADEP (Comisión Nacional por la Desaparición de Personas), que elaboró el informe Nunca Más, con el objetivo de esclarecer los hechos ocurridos durante la dictadura militar instaurada en la Argentina en 1976.
En el perfil que publicó la Fundación Konex tras premiarla, se destaca que «en 1980 le concedieron la Orden del Mérito de Polonia por la cobertura del papa Juan Pablo II. La República de Francia le otorgó en 1984 el Caballero de la Orden del Mérito de Francia por su defensa de los derechos humanos y libertad de prensa, luego en 1994 la Legión de Honor de aquel mismo país y la Orden del Mérito de Italia, ambas en el grado de Oficial».
En la entrevista publicada en mayo en Clarín, se tomó un momento para describir la enorme pasión que la unía con su profesión que abrazó desde su juventud.
«El periodismo es mi vida misma. ¿A quién le importa en que año nací? A nadie. Lo importante es lo que estoy haciendo, fijate en las mediciones de Mitre, seguimos a la cabeza. Lo que importa es pasarlo bien», contó.
Programas clásicos
Desde 1987 y hasta el 2006 condujo su programa Magdalena Tempranísimo por Radio Mitre, de lunes a viernes de 6 a 9. Así, durante años, se levantó a las 4 de la mañana.
En febrero de 2007 retornó a Radio Continental y en 2014 volvió a Mitre con una sección diaria en Lanata sin filtro, llamada Dos periodistas: Ella y Él.
En 2018 sufrió un accidente doméstico, fue operada de la cadera y meses después se reincorporó a las mañanas de Mitre. En 2020, la pandemia volvió a alejarla del estudio de la calle Mansilla, pero no del público. Hizo radio en casa y sorteó una inflamación de las arterias coronarias, pero este año volvió.
Hoy, con su partida, no solo se despide a una excelente profesional y mujer íntegra, sino a uno de los últimos exponentes de una raza de periodistas con enorme bagaje cultural, criterio, humor agudo, sentido común y sentido del deber.