El ex director de varias empresas petroleras vinculadas al empresario Lázaro Báez Horacio Quiroga fue encontrado muerto en su departamento de la avenida Callao 1150, 7° «B», del barrio porteño de Recoleta. Fuentes policiales dijeron a Télam que el hallazgo se produjo en horas de la mañana en el domicilio de Quiroga. La sospecha es que murió por causas naturales y que sufrió un fuerte golpe en la cabeza al caer al piso. Quiroga padecía de problemas respiratorios. Según los investigadores, el cuerpo del hombre se hallaba dentro de la bañera en medio de un charco de sangre, y presentaba un fuerte golpe en la cabeza. Uno de los hijos del empresario fue quien encontró el cadáver de su padre y dio aviso a la policía, por lo que pocos minutos después llegaron efectivos de la comisaría 17° al lugar. Las sospechas apuntan a que el hombre sufrió una descompensación cardíaca y que cayó desvanecido al piso. Las heridas que sufrió en la cabeza fueron producto del golpe al caer. «Mi familia quedó destruida luego de mi paso por la empresa de Lázaro. No soportaron la presión que ejerció sobre mí», había denunciado Quiroga al periodista Luis Novaresio en una entrevista que publicó Infobae TV, a comienzos de abril. Quiroga presidió dos emprendimientos petrolíferos de Santa Cruz que le fueron otorgados a Báez, hoy detenido por el juez Sebastián Casanello. «Báez era socio y empleado de Néstor Kirchner. Recibía sus órdenes pero participaba de los millones de dólares que enviaba el ex presidente», expresó. A Quiroga no le sorprendió ver el video de la financiera SGI conocida como «La Rosadita»: «en nuestra empresa, yo vi contar una montonera (sic) de dinero. Hasta 7 millones de dólares que estaban encima de una mesa», graficó. «No sé si robaba para la corona. Sé que Báez se enriqueció de manera escandalosa, de una forma imposible de justificar», expresó. Quiroga fue despedido por el empresario patagónico luego de que se negara a justificar el origen del dinero que crecía día a día: «Me echaron y yo fui a la Justicia. A Báez le gané dos juicios y eso hoy me permite exhibirlo ante mis hijos y ante toda la comunidad como prueba de que no mentía». «Cuando hoy lo veo detenido, pienso que bien merecido lo tiene», agregó, para sentenciar: «No le deseo el mal porque soy cristiano. Pero no tengo ningún sentimiento hacia él. Es como ver a alguna alimaña que se ensañó con mucha gente».