La legisladora de Cambiemos mantiene una relación distante con el presidente Mauricio Macri después de sus últimos cuestionamientos públicos
La relación con el presidente es buena pero, en este momento, un tanto distante. Elisa Carrió, la cofundadora de Cambiemos y la principal aliada interna de Mauricio Macri, se siente afuera de las decisiones importantes del Gobierno. La diputada nacional está convencida que en los últimos meses de este año perdió voz en la gestión macrista.»Lilita» estuvo alejada de las decisiones determinantes de las últimas semanas. La más relevante de todas fue la del Presupuesto 2019, donde el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, lideraron los acuerdos con el peronismo federal para lograr la aprobación de la ley en las dos cámaras del Congreso.
La legisladora no estuvo de acuerdo con las negociaciones con el PJ, pero no fue consultada sobre las estrategias para lograr el respaldo en el recinto. En sus últimas apariciones públicas, antes de bajar el perfil bruscamente, pidió el juicio político al ministro de Justicia, Germán Garavano, y manifestó su enojo por la salida de tres funcionarios de la AFIP . Así elevó la tensión dentro la coalición gobernante.
Lleva varias semanas sin reunirse con Macri. Tantas como las críticas que disparó contra la gestión que el propio Presidente lleva adelante. Cada vez que alzó la voz fue para mostrar sus diferencias con las decisiones del mandatario o para apuntar contra dirigentes que están cerca del oficialismo, como el caso del presidente de Boca, Daniel Angelici.
Por el momento no hay una reunión pautada entre la diputada, que recientemente estuvo de viaje en Israel, y el Presidente, aunque los interlocutores que tienen entre ambos advierten que no es necesario apurar el acercamiento. Más temprano que tarde habrá una cónclave para limar asperezaa
Carrió está segura de continuar dentro de Cambiemos más allá de sus diferencias con las decisiones en la gestión y con este momento de frialdad que atraviesa su relación con la cúpula del poder. No quiere generar una ruptura que pueda abrirle paso al retorno del peronismo al poder. Por eso dejó trascender entre sus allegados que ella «siempre está» para cuando el Presidente la necesite.