El fiscal Alberto Nisman, quien estaba a cargo de la investigación contra el atentado a la AMIA, fue encontrado muerto en su departamento de la Torre Le Parc, en Puerto Madero, un día antes de la declaración que iba a relizar ante el Congreso por su denuncia de un pacto del Gobierno para dejar libres a los iraníes acusados del atentado. Aunque no se conocieron los detalles del hecho, trascendió que su cuerpo apareció sin vida en el baño, aparentemente en la bañadera.
Las primeras informaciones indicaron que tenía un disparo en la cabeza de un revólver de pequeño calibre. Sobre su escritorio estaba la documentación que el fiscal iba a presentar hoy en Diputados. La confirmación de la muerte la dio el juez que invtervino en la causa, Manuel De Campos, y las primeras hipótesis hablaban de un «supuesto suicidio».
Aunque todavía hay muchas dudas con respecto a lo que pasó. «Les pido cautela y que esperen los informen. En los próximos días sabremos las causas de la muerte. Encontramos un arma», contó la fiscal Viviana Fein, una de las primeras en llegar.