La coalición oficialista Cambiemos consiguió esta mañana, en una sesión maratónica, dar media sanción y girar al Senado el proyecto de «Ley de la normalización de la deuda pública y recuperación del crédito», que envió el Ejecutivo para cerrar el acuerdo con los holdouts, luego de consensuar una serie de modificaciones con distintos sectores de la oposición.
Tras más de 19 horas de sesión la propuesta fue aprobada por 165 votos positivos que correspondieron a la alianza de gobierno junto al Frente Renovador, el bloque Justicialista, los interbloques Juntos por Argentina y Progresistas y otras bancadas minoritarias que responden a distintos gobernadores, mientras que otros 86 legisladores, en su mayoría del Frente para la Victoria, votaron en contra y no hubo abstenciones.
El proyecto enviado por el Ejecutivo promueve la derogación de las leyes Cerrojo y de Pago Soberano, que impedían realizar ofertas por encima de los montos abonados a los bonistas que ingresaron en los canjes de 2005 y 2010, y lo autoriza a emitir títulos por plazos de 5, 10 y 15 años.
La propuesta fue girada al Senado que esta tarde comenzará a tratarla en comisión con la presencia del ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, y el procurador general del Tesoro, Carlos Balbín.
Durante el debate, el cordobés Mario Negri advirtió que “no venimos a sacarnos las ganas con los discursos sino a resolver un problema que tienen la Argentina desde hace 14 años” y alertó que los fondos buitre “han sitiado a la Argentina judicial y financieramente” con la sentencia judicial que mandó al país al default.
En este contexto, el diputado precisó que “tiene 19 artículos el dictamen y once de ellos han sufrido modificaciones con aportes de distintos bloques”.
Durante la sesión, en la que fijaron posición más de un centenar de legisladores, el macrista Luciano Laspina, como miembro informante, defendió la propuesta oficial y destacó que la negociación del Gobierno promueve «una quita del 38 por ciento» de la sentencia y «una quita de los intereses acumulados del 56 por ciento».
De acuerdo a lo destacado por Laspina, presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, «cambiamos una deuda que crece a más del 8,5 por ciento por otra que rinde menos del 7,5 por ciento», lo que se traduce en un «ahorro de 10.000 millones de dólares para el futuro».
Por su parte, la jefa del bloque de diputados del Frente Renovador, Graciela Camaño, advirtió que en la negociación con los holdouts el massismo «no» va a aceptar «ni apriete, ni amenazas, ni sugerencias», y resaltó que lo que se intenta es sacar «a la Argentina del Veraz».
En tanto, la diputada Elisa Carrió (Cambiemos) cargó contra el kirchnerismo porque no pudieron recuperar los bonos que estaban en manos de los holdouts cuando la deuda ascendía a 3.000 millones de dólares y que más tarde se elevó a 18.000 millones.
“Si no tuvieron capacidad e inteligencia para recuperar esos bonos es porque de esos bonos que representa (Paul) Singer gran parte son de la oligarquía corrupta argentina que nos robó el país en los últimos diez años”, acusó la jefa de la Coalición Cívica.
Desde el kirchnerismo respondió el diputado y ex ministro de Economía Axel Kicillof, quien calificó como «un exceso del Ejecutivo» el proyecto enviado al Congreso porque «refrenda un acuerdo que genera inequidad» entre los bonistas.
Por su parte, el ex ministro de Planificación Federal Julio De Vido advirtió que el convenio con los holdouts «va a herir la economía argentina» y señaló que «más allá de los acuerdos con los fondos buitre, el escenario de la Argentina de hoy es muy negro».
La kirchnerista Juliana Di Tullio advirtió que la propuesta oficial es “un problema muy grande para nuestro país” y alertó que “no hay una certeza de que esto vaya a funcionar, nadie tiene la certeza de que el 93 por ciento de los bonistas no vaya a litigar”, en referencia a los acreedores que participaron en los canjes de 2005 y 2010.
Otro de los que se opuso a la propuesta oficial fue el diputado por el Frente de Izquierda y los Trabajadores, Néstor Pitrola, quien afirmó que «no hay que mentirle al pueblo, nunca los ciclos de endeudamiento fueron invertidos para el desarrollo nacional».
En tanto, Lavagna sostuvo que el acuerdo que promueve el gobierno «marca una derrota» para la Argentina «por diversos factores» y apuntó que «estamos negociando en una situación de desventaja, de apuro, en una situación donde estos riesgos legales nos dejan debilitados».
Diego Bossio (bloque Justicialista) ratificó que van a «aprobar» la negociación con los holdouts, a pesar de que «hay aspectos» que «no» lo «convencen», pero reconoció «buena fe» de los funcionarios del Gobierno que llevaron adelante las negociaciones.
El ex massista Darío Giustozzi (Social Cristiano) reclamó a la dirigencia política «la grandeza y la dignidad» para tratar el acuerdo con los holdouts y pidió que la propuesta «salga con suficiente consenso para resolver un problema de difícil solución».
La jefa del GEN, Margarita Stolbizer, fustigó al kirchnerismo por criticar el proyecto enviado por el Gobierno para acordar con los holdouts al advertir que «si se la saben todas por qué no la arreglaron, en vez de dejar el balurdo que dejaron».
Esta mañana, el diputado Máximo Kirchner (FPV) instó al oficialismo a que “no cedan tanto a la extorsión”, advirtió que “es un error” la propuesta del Gobierno y estimó que “podemos negociar mejor todos juntos”.