El gobernador pronunció su último discurso de apertura de sesiones ordinarias en la Legislatura de Santa Fe. «Han sido tres años largos, vertiginosos e intensos en los que pusimos todo el esfuerzo para la mejor tarea posible».
El gobernador Miguel Lifschitz dejó inaugurado el período número 137 de sesiones ordinarias de la Legislatura, el último de su mandato, con un discurso de una hora diez minutos en el que hizo un pormenorizado balance de su gestión en temas como reforma constitucional, obras públicas, educación y seguridad.
«Le pusimos un broche de oro a las gestiones de Hermes Binner y Antonio Bonfatti. Demostramos que las grandes obras se terminan, que los hospitales no eran maquetas, que las promesas se cumplen. Que las rutas y las obras hídricas son una prioridad. Demostramos que teníamos decisión para enfrentar la violencia y la inseguridad y que teníamos un proyecto de desarrollo para Santa Fe», manifestó.
También hizo un llamado a la unidad de todos los sectores político. «A todos y todas les pido unidad, porque sólo la unión hace la fuerza, generosidad para entender que primero está el conjunto y después están las partes», remató sobre el final.
Discurso de despedida.
El mandatario ingresó a la Legislatura poco antes de las 11 y luego de que se abriera la sesión con la entonación del Himno Nacional, tomó la palabra y dio su último discurso ante los legisladores como gobernador.
«Hoy es la última vez que, ejerciendo la función de gobernador, me toca presidir esta ceremonia de apertura de las sesiones ordinarias de la Legislatura de la provincia. Han sido tres años largos muy vertiginosos, días muy intensos en los que pusimos todo nuestro esfuerzo para realizar la mejor tarea posible en esta alta responsabilidad que me dieron los santafesino», expresó.
Tras agradecer a los legisladores oficialistas y opositores por contribuir a la gobernabilidad de la provincia, el gobernador envió un «afectuoso saludo a todos los trabajadores y trabajadores de la provincia en su día. A lo largo de nuestra gestión hemos batallado incansablemente por defender cada puesto del trabajo, por aumentar el empleo que se necesitan para las nuevas generaciones».
«Estamos convencidos que el Estado debe estar al servicio del desarrollo. Nuestra gestión estuvo guiada por la búsqueda de un modelo de desarrollo equilibrado que produzca resultados en la actualidad, pero que garantice su sustentabilidad para el porvenir», señaló.