Lialiana Montenegro, 39 años, tiene cinco hijos fruto de su relación con Manuel Rocha, con quien viven. También es mamá de una adolescente de 17 años producto de una relación sentimental, que vive en Tucumán con la abuela y, por último, una nena de 6 años, que gestó junto a su pareja actual, Ernesto Gauna, empleado de la construcción en Zaballa, con quien vivía en Rosario, de donde decidió irse luego de haber quedado involucrada en un escenario poco feliz, producto de su presunta participación en la venta de drogas en barrio Alberdi, que le valió la expulsión del Movimiento Evita de ésa ciudad. Montenegro es noticia desde hace un tiempo porque denunció que le robaron a sus mellizos, apenas nacidos. También tomó repercusión su caso porque, entre tantas informaciones vertidas, se denunció una macabra asociación –supuesta- dedicada a la compra de niños en el sur con el médico Dante Binner (hermano del ex gobernador y ahora candidato presidencial) a la cabeza. Esto último no se pudo probar, porque tampoco se han podido corroborar ninguna de las hipótesis. La hermana Marta Pelloni, con información suministrada por la dirigente del PJ santafesino Liliana Loyola salió a denunciar desde Buenos Aires y con apoyo de la ONG La Alamadea la existencia de una Pyme encabezada por el Binner casildense dedicada a hacer parir madres pobres para luego venderlas a “familias bien”. La religiosa, vital para la caída de la mafia catamarqueña en los noventa, se despachó contra medio mundo, y entre ellos contra el ex ministro de de justicia de la provincia, Héctor Superti, que pensó en querellar a Pelloni en caliente, pero que hasta ahora no lo hizo.
El debate central está dado en una situación técnica – científica: ¿ Liliana Montenegro estuvo embarazada?, ¿cuántos meses cursó su gestación?, ¿los niños nacieron vivos o fallecidos?. Y, en caso que los niños hayan nacido con vida: ¿quién los tiene?
El 29 de agosto pasado, las peritos médicas cordobesas Perla Wior y Liliana Morán firmaron un dictamen en donde están los resultados de la entrevista de urgencia que realizaron a la señora Montenegro por pedido de las fiscales de Casilda Marianela Luna y Lorena Aronne.
Montenegro dijo que llevaba un embarazo con fecha de parto probable para el 5 de agosto pasado, siendo controlada por el Dr. Maciotta en el Hospital de Baigorria. “Que tuvo un parto vaginal el día 13 de julio en una clínica privada, que ése día rompe bosa y por indicación de una médica del Samco se la traslada a una clínica privada (…) que nacen los niños por parto vaginal y que le informan que habían nacido fallecidos”. Entre los antecedentes obstétricos aparece en el informe: Multigesta multípara, 8 embarazos, 2 embarazos gemelares, 4 césareas y 4 partos vaginales, además de un parto prematuro. Liliana Montenegro tuvo su primer embarazo hace 23 años y parió una nena en el Hospital Centenario, en su segundo embarazo, hace 21 años, tuvo un varón que nació por cesárea porque tenía enredado el cordón, el tercero fue gemelar por cesárea y refiere antes las médicas que uno de ellos se los llevó el “Doctor Calcaterra”. ¿El mismo que ahora es objetado? Frente a ése – supuesto – antecedente: ¿por qué eligió el mismo médico?. El cuarto embarazo fue una nena por cesárea, el quinto un prematuro con 4 meses de gestación que no sobrevivió, el sexto fue un parto vaginal con fórceps de una nena que tenía 41 semanas de gestación, la séptima parición fue una niña que tuvo en un parto domiciliario. El octavo es el polémico de los mellis, que se sigue investigando. “El 17 de marzo de este año – dice el informe- la señora Montenegro cursaba un embarazo de 16 semanas con antecedentes de hipertensión arterial, diabetes, hipotiroidismo, tabaquismo, obesidad y toxoplasmosis”. Las médicas cordobesas, cuya pericia fue últimamente objetada, no afirmaron que tuvo un embarazo reciente, sino que citaron al médico forense que la revisó a Montenegro en Rosario. Cuando la mujer fue entrevistada por las médicas pesaba 117 kilos con 1, 65 metros de altura, por los cual se destaca en los informes médicos: “mujer obesa, areolas mamarias hiperpigmentadas, sin secreción de calostro, hiperpigmentación de genitales externos” y otras afecciones o situaciones comprometedoras para un normal embarazo. Las fiscales preguntaron en su oficio: ¿Se puede establecer si Montenegro estuvo embarazada entre noviembre de 2013 y julio de este año?. La respuesta fue: – La mujer cursaba un embarazo de 16 semanas en marzo, no podemos afirmar hasta qué mes continuó el embarazo.
En otro tramo las peritos dicen que la fecha de parto probable era el mes de agosto, “se descarta la intervención quirúrgica cesárea, ya que las cicatrices abdominales son antiguas (…) no es posible determinar si la paciente pudo haber tenido un parto prematuro o parto a término”.
De los exámenes médicos realizados en el Consultorio Forense de los Tribunales de Rosario se detectan algunas contradicciones. Por ejemplo, la mujer dijo que tuvo 10 embarazos con 2 abortos y 4 cesáreas. Surge entonces que 8 nacieron vivos. Se detectan contrapuntos respecto, por ejemplo, de la pericia psiquiátrica del 6 de agosto pasado donde la mujer refiere tener 5 hijos con su primera pareja, uno más con la actual y un aborto, no haciendo referencia a niños vivos o muertos nacidos con posterioridad. En el examen médico de 22 de julio se constata abdomen globuloso con cicatrices abdominales, lo cual “ilustra el médico examinador, son antiguas y compatibles con cicatriz de cesárea”. Por lo cual, de los estudios cotejados surgen indicadores de embarazo que son insuficientes para otorgar presunción de haber cursado recientemente (menos de un mes) estado de gravidez.
En la entrevista realizada por la psicóloga María Laura Vivani el 24 de julio pasado, Liliana Montenegro aseguró que fueron la Directora del Samco local y la Subsecretaria de Acción Social de la localidad de Zavalla las que le propusieron contactarse con una pareja, que se ofrecían a prestarle ayuda “con todo lo relacionado al embarazo”. Montenegro dijo que ésa pareja costeaba todos los gastos de los estudios y que la trasladaron hasta el obstetra. El 12 de julio, dijo la mujer denunciante, “llamé a la pareja porque me estaba sintiendo descompuesta, no le dije nada a mi marido porque se iba a enojar si le contaba que me estaban ayudando”. La pasan a buscar y un médico arriba del auto “le da algo de tomar” y desde ahí no recuerda nada, sólo que al rato escuchó a los bebés llorar, “pero con estado de gran somnolencia”.
Ese relato, trajo a colación otra denuncia de Montenegro, cuando refirió que hace 20 años tuvo gemelos en Casilda y el médico se quedó con uno, pero que no hizo la denuncia porque su marido no había querido.
En los test realizados, señala la sicóloga, se observan alteraciones psíquicas relevantes,” las que podrían estar relacionadas a una estructura síquica tipo de la sicosis o bien de alguna patología tipo borderline”. La profesional concluye, con final abierto: “En este momento no es posible afirmar nada sobre la veracidad de los dichos de la Sra. Montenegro, ya que se carecen de elementos suficientes para llegar a tal fin”.
Autor: Héctor Martín Galiano