La ex presidenta llamó a la unión para derrotar «las políticas del neoliberalismo que han vuelto a endeudar al país».
Subida al atril de la llamada «contracumbre» del G20, la ex presidenta Cristina Kirchner hizo este lunes un llamado a la unidad opositora en un «frente patriótico» que no es «de derecha ni de izquierda» para derrotar «las políticas del neoliberalismo que han vuelto a endeudar al país».
Con un discurso encendido que duró más de una hora, la ex presidenta asumió el papel central del primer Foro Mundial del Pensamiento Crítico, al que concurrió una multitud cercana en número a las 50.000 acreditaciones que otorgó el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO).
«El neoliberalismo sirvió para romper los lazos de solidaridad y fundamentalmente sirvió para que la gente no pueda identificar lo que le conviene en materia de Gobierno en políticas gubernamentales», sintetizó la líder de Unidad Ciudadana al promediar su intervención en el foro que reúne a intelectuales y referentes políticos y sociales regionales ligados a corrientes progresistas y de izquierda.
El mensaje de la ex jefa de Estado tuvo lugar en el gimnasio cubierto del club Ferro Carril Oeste, que estuvo abarrotado de gente, mientras que en otros espacios del predio deportivo se ubicaron los miles de militantes que quedaron afuera al colmarse la capacidad.
En un llamado a la unidad opositora, la ex mandataria sostuvo que «el frente social, cívico y patriótico» debe «agrupar a todos los sectores que son agredidos por el neoliberalismo, que no es de derecha o izquierda».
«La categoría de derechas e izquierdas es absolutamente perimida, sirve para dividir. Debemos acuñar una nueva categoría de frente social, cívico, patriótico, en el cual se agrupen todos los sectores que son agredidos por las políticas del neoliberalismo. Que no es de derecha ni de izquierda», apuntó.
Y, en la única expresión que no cayó bien en un auditorio que la aplaudió de principio a fin, avanzó un paso más y dijo que ni siquiera debe primar la división entre los que rezan y los que no rezan», ya que en el seno del movimiento «hay muchos pañuelos verdes pero también hay pañuelos celestes».
«Es un lujo que no nos podemos permitir», esbozó a modo de explicación, pese a que meses atrás en la sesión por el aborto había postulado que el peronismo, además de «nacional y popular» también iba a tener que asumir una identidad «feminista».