Este lunes comenzaron las audiencias. Serán 66 testigos los que declararán, uno de ellos de identidad reservada. Junto con Tognoli habrá dos policías más en el banquillo y otros tanto civiles.
El juicio al ex jefe de la policía santafesina Hugo Tognoli por encubrir la actividad ilícita de un narcotraficante regional y por coacciones a la líder de una ONG local comenzó esta semana en el Tribunal Oral Federal santafesino a las 8.30. Las audiencias serán todos los días lunes y martes en doble turno. Serán 66 los testigos que declararán, uno de ellos bajo la modalidad de identidad reservada.
El debate reunirá varias alternativas delictivas en donde los imputados se relacionan en todos los casos. Tognoli, por un lado, está imputado por no investigar a fondo a un narco regional llamado Daniel “El Tuerto” Mendoza en el año 2011, y por extorsionar con un video a la dirigente Norma Castaño, una de las denunciantes históricas que tuvo el ex jefe de la policía santafesina. El juicio permitirá ventilar hasta dónde el comisario José Luis Baella formaba parte del simulacro de persecución penal a Mendoza montado por Tognoli –mientras era jefe de la Dirección de Drogas- de acuerdo a la acusación que propuso la Fiscalía en la elevación a juicio de las distintas causas. El otro policía imputado es Mauricio Otaduy, un ex agente antinarcóticos que grabó un video en la que Castaño y Mendoza mantienen un diálogo por demás de amistoso en la vía pública en-presumiblemente- marzo de 2011. Con ese vídeo, de acuerdo a la acusación, extorsionaban a Castaño para que retire las denuncias contra Tognoli y Mendoza presentadas en la Dirección de Asuntos Internos. El último de los enjuiciados es Fernando Torres, un dealer local detenido el 11 de julio de 2012 en cercanías de la Terminal de Ómnibus de Santa Fe con casi dos kilos de cocaína. Esa droga era de Mendoza –conclutyeron entonces los pesquisas- y al día siguiente allanaron la casa de “El Tuerto” en la localidad de Colastiné, sobre la costa santafesina. En la finca encontraron casi 14 kilos de cocaína y varios elementos de corte con precursores. Es por ello que la imputación a Mendoza es la más grave: fabricación y comercio.
Un dato curioso surge de comparar las fechas: Mendoza es detenido y allanado luego que el dominio sobre la Dirección de Drogas fue retirado de la jefatura de policía de la provincia (entonces a cargo de Tognoli y luego del ministerio de Seguridad) y cuando Baella ya no formaba parte de la dependencia anti drogas. La misma casa que Mendoza habitaba fue luego ocupada por el otro narco pintoresco: el productor de música tropical y eventos fantasmas Raúl “Beto” Basimiani, preso por ser considerado el líder de una banda local dedicada a la venta de drogas en la ciudad.
Otro elemento que será motivo de discusiones acaloradas en los debates está centrado en la imputación a Tognoli por la amenaza a castaño a través de un video. En esas imágenes se puede observar a la mujer con el narco –al que venía denunciando por su relación presunta con Tognoli- manteniendo una charla relajada y amistosa en la vía pública. Más precisamente en la puerta de la casa de la mujer. Resulta extraño entender la buena predisposición al diálogo observada entre la denunciante y el denunciado.
En el juicio declarará un testigo de identidad reservada que fue clave para entender –de acuerdo a la Fiscalía – la relación entre Tognoli, Baella, Mendoza y Basimiani. El testigo, un condenado por venta de drogas que se acogió a la figura del colaborador para morigerar su pena, dio algunos detalles que, con el paso del tiempo se fueron confirmando: los narcos que manejaban el negocio en la ciudad con el “piso” azul: “El Tuerto”, “El Beto” y “Pola y Puchinga” (en referencia a Víctor Almirón y su hijo llamado del mismo modo) jefes de la distribución en la zona norte de la ciudad. “La Pola” fue detenido hace dos meses y su hijo se encuentra prófugo.
El debate Oral se extenderá hasta mediados de octubre.