La Corte Suprema provincial resolvió dirimir un planteo de recusación contra el juez natural de la causa, Darío Sánchez, de la forma menos deseada por la querella: demoró 6 meses en hacerlo y además designó a un tribunal ad hoc para resolver qué juez de Cámara debe zanjar el planteo.
Hace medio año, la defensa de Germán Lerche había recusado a Sánchez por un formalismo, el de haber notificado a un testigo por teléfono para que asista a comparecer, antes de hacerlo por cédula escrita. El testigo era Horacio Darrás, ex dirigente del Club sabalero, antes de la llegada de Lerche y Cía al club.
Para la defensa, ésa notificación verbal constituyó una falla del procedimiento y por eso recusó al juez natural. En principio debía resolver ése escrito de la defensa de Lerche el juez de Cámara Roberto Prieu Mántaras, pero se excusó. Otro camarista, Roberto Reyes, siguió los pasos de su colega. La recusación llegó a la Corte, que demoró 6 meses en resolver quién debía entender en el planteo recusatorio – no la cuestión de fondo-. El máximo órgano jurisdiccional decidió que sea un tribunal colegiado el que lo dirima, conformado por los camaristas Oscar Burtnik, Martha Feijoo y Jaquelina Balangione. Ésta última tiene previsto un viaje al Caribe en los próximos días junto a familiares, por lo que dilataría aún más la decisión. Burtnik, en tanto, estará observado por la defensa de Lerche ya que – si bien no debe resolver sobre el fondo, sino sobre quién debe atender el planteo de recusación -tiene un antecedente laboral junto a Abel De Manuelle, actual integrante de la Comisión Directiva de Colón, antiguo socio en un estudio jurídico.