Era la nómina de precandidatas a diputadas nacionales conformada íntegramente por mujeres. El juez Rodríguez volvió a resolver que el cupo «es para los dos sexos». Fuerte rechazo del partido Ciudad Futura hacia el fallo que «es retrógrado».
El juez federal Reinaldo Rodríguez volvió a impedir ayer que la primera lista de mujeres de la Argentina llegue a las urnas en las primarias de agosto y en las generales de octubre. Poco después del mediodía rechazó la apelación de Ciudad Futura y la intimó para que baje un tercio de sus candidatas a diputadas nacionales y lo reemplace por un cupo masculino que no existe. «Es un fallo injusto, machista y retrógrado», dijeron las apelantes que las mete en una encrucijada: apelar el fallo ante la Cámara Electoral Nacional, lo que hoy, antes de las 13, formalizará el abogado Domingo Rondina. Y aceptar el «requerimiento» del magistrado, pero sólo para evitar la proscripción del partido y hasta tanto se resuelva la apelación y la Cámara -esa es la expectativa‑ revoque el fallo y oficialice a todas las candidatas. «Esto ya no es la lista de un partido, se convirtió en una batalla por la igualdad y la justicia», dijo Ciudad Futura.
Rodríguez ya había «observado» de oficio a la lista porque sólo está integrada por mujeres y ordenó que sea mixta, con un cupo masculino que no existe. Rondina presentó un pedido de revocatoria de 14 fojas y ayer, el juez lo desestimó en tres palabras: «No ha lugar». El latiguillo judicial no completa las dos líneas: «No logrando conmover la presentación los contenidos de la providencia, a la revocatoria interpuesta, no ha lugar», dice. «Es un rechazo sin fundamentos», advirtió el abogado. Era poco más de las 13 y estaba en las puertas de la Secretaría Electoral con dos candidatas de la lista: su colega Jessica Pellegrini y la periodista Beatriz Priotti.
Rondina no se sorprendió por la decisión de Rodríguez. «La esperábamos. En general, los jueces no dan marcha atrás con sus decisiones porque eso significa aceptar que se equivocaron», dijo. «Teníamos la esperanza de que se diera cuenta que había cometido un error grave en la interpretación de la causa. Así como en su momento no comprendió la diferencia entre cupo femenino y un cupo masculino que no existe y citó un fallo basado en un decreto derogado, ahora persevera en el error. Eso se llama relapso, cuando uno persiste en el error. Vamos a apelar ante la Cámara Nacional Electoral».
«Es una decisión misógina», planteó Rondina. Y habló en general: «Estamos ante un Poder Judicial cerrado a los tiempos, que no advierte que el mundo cambia, insensible a la necesaria igualdad de género, aferrado a sus privilegios y a los grupos y a las clases que protege. Y entre ellos, está mantener la exclusión a las mujeres y situaciones de desigualdad graves como en el caso de Ciudad Futura. Confiamos que la Cámara revoque el fallo», agregó.
Pellegrini admitió su «desazón» por «la falta de criterio y de fundamentos» del juez para que la lista de mujeres no llegue a las urnas. «Esto ya no tiene que ver con un partido sino con el derecho de género». Los argumentos para no oficializar la lista «son muy cuestionables. La Constitución Nacional, el Código Electoral, la ley 24.012 avalan nuestra posición. El cupo femenino es un piso y de ninguna manera se puede entender como un cupo inverso o un cupo masculino», precisó Jessica.
Beatriz Priotti estaba indignada por la «actitud» del juez. «Primero pensamos que su interpretación de la ley era incorrecta. Pero ahora, ya hay otra cuestión, directamente se negó a considerar nuestros argumentos. Hay una negativa sin decir por qué. El juez usa la palabra conmover. Dice que no lo conmueve la presentación, lo que no es menor, es como si no hubiera tratado de interpretar la ley, sino que no puede llegar a conmoverlo a él, en lo personal, en lo afectivo, en lo sentimental», interpretó la colega.
«Esto no nos sorprende porque desde el momento que un juez actúa de oficio y decide hacerlo es porque en el fondo la decisión ya estaba tomada, buscó argumentos traído de los pelos, y lo que persiste es una idea misógina. Una lista de mujeres le molesta a un juez que sin explicaciones dice que no puede estar conformada así».