Cientos de hinchas palpitaron desde la puerta del hotel. Jugadores y dirigentes se unieron a los festejos. Y hubo dedicatoria para River.
Más de 650 kilómetros separan el hotel en el que se alojó Boca en Bahía Blanca y la cancha de San Lorenzo donde Fernando Belluschi se filtró en el área tras un pase fenomenal de Néstor Ortigoza, picó la pelota por encima de Hilario Navarro y desató la locura. De acá y de allá.
Porque el grito que estaba en la punta de lengua salió eyectado por los cientos de hinchas de Boca que iban llegando a la puerta del hotel Argos. “Dale campeón / dale campeón”.
Adentro, los jugadores y el cuerpo técnico de Guillermo Barros Schelotto vivieron su propio ritual durante el partido. Tranquilos, alejados del ruido que se vivía en la calle, el plantel de Boca siguió el choque de San Lorenzo y Banfield desde un comedor ubicado detrás del lobby.
En el entretiempo algunos -entre ellos Fernando Gago- volvieron a las habitaciones y el Mellizo se tomó unos minutos para saludar a los integrantes de la Peña “Boca, un sentimiento” de Bahía Blanca.
El gol de Belluschi hizo estallar a los hinchas. Habían llegado desde temprano. Recibieron a sus ídolos cerca de las 16. Por ese entonces, la zona del hotel -ubicado a tres cuadras del centro de la ciudad- ya estaba vallada y con todo listo para recibir la vigilia de los hinchas.