Carlos Argüelles fue asesinado frente a su taller mecánico y a la vista de su familia. Ya había sufrido otros atentados
Carlos Héctor Argüelles, un hombre de 46 años que supo ser parte del entorno de Esteban Lindor Alvarado y luego decidió declarar como testigo en su contra, fue asesinado a tiros ayer a la tarde en la puerta de su taller mecánico de Garay al 3500. Pasadas las 17 llegaron hasta allí dos hombres y una mujer en un Volkswagen Fox rojo, pidieron un presupuesto para arreglar el vehículo y cuando la víctima observaba el vehículo bajó un hombre y le disparó. En la escena estaban la esposa de Argüelles y tres de sus hijos, uno de ellos de 2 años.
Argüelles fue trasladado por familiares hasta el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez donde ingresó con dos balazos en el cráneo y uno en el glúteo. Pasadas las 18.50 murió. Para entonces, cerca de las 18, había sido interceptado un VW Fox rojo en inmediaciones de Chacabuco y pasaje Villar, en barrio Tablada. Sus cuatro ocupantes fueron detenidos y en el vehículo se halló una bomba tipo molotov con la que se presume que tal vez pensaban incendiarlo. La investigación del crimen está a cargo de la fiscal de Homicidios Georgina Pairola.
Según él mismo había declarado, Argüelles ya había sido amenazado o atacado a balazos tres veces pero había salido ileso. Por el último de esos ataques, en enero de este año, hay cinco imputados, entre ellos Alejandro “Chucky Monedita” Núñez, acusado de haber instigado y organizado el ataque desde la cárcel de Piñero.
Si bien solía ser mencionado como “testigo protegido” en la causa Alvarado, ayer desde el Ministerio de Seguridad aclararon que Argüelles nunca había querido entrar en ese programa que implica dejar la ciudad e iniciar una nueva vida en otro lugar, y sólo había aceptado tener una custodia fija de 24 horas en su domicilio particular. También indicaron que había realizado un anticipo de prueba para el juicio en calidad de testigo de identidad reservada. Desde el Ministerio Público de la Acusación (MPA) ratificaron que muchas veces se le había ofrecido medidas de protección que había rechazado e indicaron que era considerado un imputado colaborador. En ese sentido, se supo que ayer mismo se había presentado un acuerdo abreviado por el cual Argüelles aceptaba una pena de tres años de prisión por los delitos que le habían imputado como miembro de la banda de Alvarado.
Cuarto ataque
Argüelles fue atacado ayer alrededor de las 17. Según testigos directos llegaron tres personas en un VW rojo a su taller de Garay al 1500. “Bajaron una mujer y un hombre con barbijos y le preguntaron por un presupuesto. Carlos salió del taller a recibirlos junto con dos de sus hijos adolescentes. De pronto la esposa, que estaba adentro del taller, vio que una de las personas que estaba en el auto bajó empuñando un arma y le disparó frente a su hijo”, contó una persona a este diario.
Precisamente un VW Fox rojo fue interceptado una hora después del ataque en barrio Tablada. Fuentes policiales indicaron que fueron detenidos sus cuatro ocupantes identificados como Maximiliano M., Lautaro A., Aldana P. y Rodrigo V.
El ataque letal de ayer fue al menos el cuarto contra Argüelles, teniendo en cuenta que luego del ataque que sufriera en enero pasado él mismo dijo a este diario que en total lo habían querido asesinar en tres oportunidades.
Ese ataque del jueves 28 de enero de este año ocurrió a las 20.20 cuando circulaba con su familia en un Ford EcoSport en inmediaciones de Gaboto al 5500. Según dijo entonces a la policía un auto gris se le había puesto a la par —al parecer con apoyo de los ocupantes de una moto— y desde el vehículo le dispararon varias veces.
“Es la tercera vez que me amenazan o bien me entero que van a matarme. Cuando tomé la decisión de declarar, en el futuro juicio a Alvarado, sabía a lo que me arriesgaba; pero creo que es un acto justo declarar y que Dios me protege. Estuve muchos años con Alvarado y no hay detrás de mí ninguna historia oscura, soy un hombre que cometió errores y estoy dispuesto a afrontarlos y a disposición total de la Justicia. Temo por mi vida, pero esta vez atentaron contra mi familia, eso ha creado un malestar en mucha gente. Sé que desde el Ministerio Público van a tomar otras medidas para cuidarme. Lo importante es que pueda estar tranquilo y con mi familia en paz. No hay muchos hombres que tomen mi decisión y lo hago por que en un momento me dije que la pesada mochila de haber sido testigo de algunas cosas la quiero dejar acá, en la tierra, y en los lugares donde se debe dejar”, dijo Argüelles tres días después a este diario.
“El año pasado —agregó esa vez— intentaron matarme dos veces y distintos amigos me avisaron. Esta vez, a partir de un trabajo legítimo que yo estaba haciendo, alguien se enteró de la venta del auto que arreglé y que iban a pagarme un dinero el día que fui baleado. Entonces intentaron hacer pasar el homicidio encargado como un crimen en ocasión de robo, de esta manera nadie iba a investigar ni se iba a hacer responsable de mi muerte. Pero volvió a salir mal, por suerte”.
Una hora después del ataque que sufriera Argüelles en esa ocasión un móvil del Comando Radioeléctrico detuvo en Cafferata al 2700 un utilitario Peugeot Partner gris en el que viajaban dos hombres y una mujer. En el utilitario llevaban una moto Zanella 150 de centímetros cúbicos.
De esas tres personas Gabriel González, de 30 años, quedó imputado por el ataque. Los fiscales lo acusaron de haber dejado la moto en Garay y Constitución y luego subirse a un Suzuki Fun junto con otras personas. En ese vehículo siguieron al EcoSport de Argüelles y al llegar a Gaboto al 5500 le efectuaron al menos cuatro disparos con la intención de matarlo. Tres de los impactos se dieron en el parante y en la puerta del acompañante del vehículo. En tanto, las otras dos personas detenidas con González fueron imputadas de colaborar con el tiratiros para buscar su moto y dejarla en un pasillo.
Luego de González, en abril fue imputado el taxista Jorge Inocencio Ojeda, a quien acusaron de haber seguido a Argüelles durante el mes de octubre de 2020 y reportar cada movimiento que hacía a quienes luego perpetraron el ataque en enero de este año. El taxista reportaba su información con fotos y videos.
Finalmente en agosto fueron imputados Alejandro “Chucky Monedita” Núñez, Bladimir Navarro y Jonatan Ribles. Este último había caído preso en octubre del año pasado y en su celular se halló la información que condujo a esclarecer el atentado, a partir de intercambios de mensajes que hablaban de seguimientos al dueño de un taller mecánico.
Así, Núñez fue acusado de encomendar el ataque desde la cárcel de Piñero donde está preso desde 2016 y al parecer regentea una banda dedicada a variados delitos; Ribles también fue acusado como organizador y Andrés Bladimir “Colo” Navarro fue imputado como uno de los que disparó contra Argüelles.
“Núñez determinó a terceras personas para que concurran al domicilio y taller mecánico de Carlos Argüelles”, explicó entonces el fiscal David Carizza. Y agregó: “Ribles, a instancias de Núñez, se contactó con Ojeda quien como parte de su trabajo de chofer de taxi persiguió a Argüelles” en el mes de octubre reportando a dos celulares, uno de ellos el de Ribles. “En enero de 2021 Gabriel González (imputado en febrero) y Bladimir Navarro” concretaron el ataque “con el fin de obtener dinero por ello”, dijo la acusación.
Condenas
Setenido el 10 de junio de 2019, Argüelles fue imputado por los fiscales de la Agencia de Criminalidad Organizada Matías Edery y Luis Schiappa Pietra como testaferro de Alvarado. Según la acusación se encargaba en su taller mecánico de “emponchar” y acondicionar autos que quedaban a disposición de la organización de Alvarado. Un mes más tarde, en julio de 2019, Argüelles obtuvo una morigeración de prisión que le permitió circular por la calle y trabajar.
Además fue considerado un imputado colaborador y ya había firmado un acuerdo de partes para aceptar una condena como miembro de la banda. Ese acuerdo fue presentado ayer por los fiscales.
Al respecto cabe recordar que otros miembros de la banda de Alvarado como Nicolás “Fino” Ocampo, que también había aceptado una condena a tres años como miembro de la asociación ilícita, también fue asesinado a tiros el pasado 16 de abril. Y otro colaborador de Alvarado, Rodrigo Sánchez, fue asesinado el 18 de marzo de 2020. En ambos casos las investigaciones no descartan que los homicidios hayan sido orquestados desde el entorno de Los Monos, banda rival de Alvarado.