El fiscal Pablo Parenti confirmó que los estudios son “concluyentes” y que “no hay correspondencia entre el perfil genético” de la joven y la fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo, de quien se había dicho que era nieta en base al análisis de un laboratorio privado.
El Banco Nacional de Datos Genéticos determinó que María Elena Wherli no es Clara Anahí, la nieta de María Isabel “Chicha” Chorobik de Mariani. El supuesto hallazgo, basado en un análisis genético de un laboratorio privado, había sido informado el jueves por la Asociación Anahí, creada por Mariani para buscar a su nieta, apropiada por las fuerzas de seguridad tras el ataque armado a una casa operativa de Montoneros en la que asesinaron a su mamá, Diana Teruggi, y a otros militantes durante la última dictadura cívico militar. El Banco Nacional de Datos Genéticos, que ya había aportado a la Justicia los resultados negativos de un análisis al que la joven –que creció y vive en la ciudad cordobesa de Marcos Juárez– se había sometido en mayo pasado, realizó ayer un nuevo entrecruzamiento de datos genéticos: “Ambos informes son concluyentes en cuanto a que no hay correspondencia entre el perfil genético de esta joven con el grupo familiar de Chicha Mariani ni con el resto de familias que aún buscan niños apropiados”, confirmó el fiscal de la Unidad especializada en casos de apropiación de niños y niñas, Pablo Parenti. Este mediodía ofrecerán más detalles en una conferencia de prensa en la casa de Chicha, informaron desde el entorno de la abuela.
Mariani se presentó ayer ante el Juzgado Federal Nº 3 de La Plata, a cargo de Ernesto Kreplak, quien lleva la investigación sobre el operativo en el que secuestraron a Clara Anahí, luego de que el jueves por la mañana Wherli la visitara con un análisis particular que anunciaba la compatibilidad genética de 99,9 por ciento entre ambas. La abuela presentó a Kreplak esa documentación, firmada por el bioquímico Juan Carlos Jaime, en una audiencia de la que participaron el fiscal de la Unidad que interviene frente a crímenes del terrorismo de Estado en esa jurisdicción, Hernán Schapiro, y la directora de la Comisión por el Derecho a la Identidad (Conadi), Claudia Carlotto, quien aportó los análisis del BNDG que desmintieron el estudio particular entregado a Mariani por la joven. “De esta manera, queda claro que la información difundida era errónea”, enfatizó el fiscal a través de un comunicado.
Carlotto informó a la Justicia que la institución cotejó la muestra genética de Wherli en dos oportunidades: una, a principios de este año, cuyo informe negativo fue firmado por su anterior directora, María Belén Rodríguez Cardozo. Ese resultado había sido informado a la joven “personalmente el 25 de junio de este año y sin embargo ella no dio a conocer la existencia de los mismos”, aportó Juan Martín Ramos Padilla, colaborador de Mariani y hermano de Alejo Ramos Padilla, abogado de la abuela. El segundo estudio fue elaborado ayer por la actual directora, Mariana Herrera Piñero, “teniendo en cuenta la repercusión pública del caso”, informó Parenti.
El resultado de ese segundo análisis también fue negativo, lo cual descartó de manera oficial y definitiva la información que circuló desde la Asociación Anahí en la tarde del jueves, que aseguraba el hallazgo en base a estudios que no cuentan con el peso legal suficiente para acreditar filiación genética entre jóvenes que buscan a sus padres y víctimas del terrorismo de Estado. “Hay que ratificar la importancia de seguir los pasos que marca la ley”, concluyó Parenti en referencia al rol del BNDG, “el único órgano habilitado para establecer la identidad” en casos de apropiaciones de bebés durante la última dictadura cívico militar ya que “tiene las muestras de las familias de desaparecidos y cuenta con procedimientos técnicos homologados internacionalmente”, puntualizó.
El jueves, a primera hora de la tarde, la alegría de una nueva nieta encontrada regó los medios de comunicación y las redes sociales. “Luego de 39 años de incansable búsqueda se han reencontrado Chicha Mariani con su nieta Clara Anahí”, comienza el comunicado que entonces puso en circulación la Asociación Anahí. Esa mañana, María Elena Wherli había llegado a la casa de Chicha con el análisis particular que la convertía en Clara Anahí Mariani bajo el brazo. Ambas se fotografiaron abrazadas y sonrientes. No era la primera vez que se veían. Según reconstruyó Roberto Botacín, su abogado, en declaraciones a medios locales, “meses atrás”, la joven había enviado a Chicha un collage de fotos de ella, de Diana y de Daniel, con quien “se encontró muy parecida”, con un mensaje: “Creo que soy hija de ellos”. “Vení ya para La Plata”, contó el abogado que la Abuela le había respondido. Para entonces, la joven cordobesa ya había recibido el resultado negativo del primer cotejo del BNDG. Durante su primer encuentro con Chicha, ambas se sometieron a un primer análisis genético privado que “dio un 50 por ciento de compatibilidad con la familia Teruggi, pero nada con los Mariani. ¿Cómo puede ser?, se preguntaron”, informó Botacín. Entonces, Wherli se llevó a Córdoba una muestra de sangre de Chicha, que finalmente habría sido sometida a estudio.
El bioquímico Juan Carlos Jaime firmó el estudio genético que Wherli entregó a Chicha en vísperas de Navidad y que la Asociación Anahí difundió como certero. La presidenta de la Asociación Anahí, Elsa Pavón; su vocal Norberto Liwski; y la licenciada Leticia Finocchi lo consideraron un “riguroso mecanismo de determinación del vínculo biológico” que dejaba “establecida la probabilidad de vínculo en el 99,9 por ciento” entre ella y Chicha. Ese fue el primero de tres documentos que circularon desde el entorno de Mariani en relación al esperado encuentro. La noticia encontró ecos de inmediato: la búsqueda de las Abuelas había logrado un nuevo fruto, la nieta 120. Pero el correr de las horas permitió bajar de a poco la euforia y abrir el paso a la “cautela”. “Agradecemos a todos las muestras de cariño y les pedimos paciencia y que actuemos con la cautela que la situación requiere”, solicitó Mariani a través de un segundo texto formal, que firmó junto con Ramos Padilla. Ambos reiteraron el pedido en un tercer comunicado, que circuló a última hora del jueves y que precedió a la rectificación oficial de la noticia. “La búsqueda de Clara Anahí y de todos los niños apropiados continúa. Es una búsqueda colectiva y también una política de Estado que debe ser profundizada cada día”, concluyeron desde la Unidad especializada en la apropiación de bebés durante el terrorismo de Estado.