Fuentes del Ministerio de Seguridad indicaron que Acosta fue removido del cargo «por mantener reuniones con dirigentes políticos».
El ministerio de Seguridad de la provincia nombró al comisario Adrián Forni como jefe de la Unidad Regional II de Policía de Rosario en reemplazo de Daniel Acosta. La novedad fue confirmada este mediodía por fuentes oficiales del propio ministerio. De esta manera, Forni será quinto jefe de la Unidad Regional II en el último año.
Adrian Forni llega a la cúpula de la URII tras desempeñarse como Jefe de las Tropa de Operaciones Especiales (TOE), de la Unidad de Protección de Testigos y de la Unidad Regional de General Obligado, entre otros destinos.
Voceros oficiales indicaron que Daniel Acosta fue removido del cargo por mantener reuniones con dirigente políticos. Acosta había asumido a principios de septiembre pasado. Las fuentes agregaron que Acosta fue desplazado por tener contactos cercanos con dos operadores políticos vinculados a la protesta que se dio en los primeros días de septiembre, protagonizada por familiares de policías en actividad y personal retirado.
La manifestación, que incluyó un piquete en el acceso a la Jefatura de Policía, se produjo luego de que el ministro de Seguridad, Marcelo Saín, anunciara una recomposición salarial para los uniformados, propuesta que fue rechazada por un sector de la policía.
Quinto al hilo
Forni será el quinto jefe de policía de Rosario nombrado en un año. El primero de los comisarios removidos, Marcelo «Conejo» Gómez, duró solo tres días en la gestión Sain y tuvo que irse después de que se viralizara un audio del ministro en el cual retaba al entonces jefe policial de Rosario por haber retirado la custodia de puestos fijos durante el primer fin de semana de gestión del gobernador Omar Perotti. Entonces Gómez dijo que en esos tres días no había recibido orden alguna ni mantenido contacto con las nuevas autoridades.
Junto a quien era su segunda, la comisaria general Carina Degrá, renunciaron el 13 de diciembre y “Conejo” fue denunciado penalmente por el propio ministro.
A Gómez lo sucedió el 18 de diciembre Claudio Romano en dupla con Danilo Villán. El nuevo jefe duró 23 días. El 10 de enero fue desplazado por Sain en el contexto de una saga de homicidios: 12 casos en los primeros nueve días del año, además de un atentado contra el Servicio Penitenciario y otro al Centro de Justicia Penal.
Sain desplazó entonces solo a Romano y le dio el timón a Villán, a quien secundó Oscar Romero. El 8 de abril esta gestión desplazó a 17 comisarios que conducían seccionales de relevancia como la 2ª, 5ª, 10ª y 14ª, además de dos Inspecciones de Zona y dependencias de localidades vecinas.
A fines de julio corrió un fuerte rumor de que Villán rotaría una vez más a los jefes de comisarías para evitar un “achanchamiento”. Cuando los cambios parecían inminentes y varios tenían preparados los bolsos de la mudanza, todo quedó en la nada. “Sarnaglia y Sain no quieren cambios por el momento”, fue el corrillo de pasillo dando la situación como juzgada.