En un capítulo más de una investigación sin precedentes en la historia institucional santafesina, el fiscal de la Procelac Juan Argibay Molina formalizó la acusación al escribano santafesino Santiago Busaniche, a quién sindicó como parte del plan extorsivo en el cual le habrían “cobrado” al empresario rosarino Claudio Iglesias 200 mil dólares para desligarlo de una investigación penal tributaria.
Santiago Busaniche, presente en la audiencia vía Zoom, escuchó el relato del fiscal de la Procelac que desplegó en el marco de dos horas una serie de sucesos que se desarrollaron entre 2019 y 2021 en donde el abogado santafesino, el ex juez federal Marcelo Bailaque, el ex titular de la AFIP en Rosario Carlos Vaudagna y el financista Fernando Wphei se pudieron de acuerdo para extorsionar al empresario Iglesias, entonces con un rol importante en la empresa San Cristóbal Seguros, mediante la presentación de una denuncia anónima en el juzgado de Bailaque, quien allanó cuatro domicilios del empresario y luego terminó sobreseyéndolo. Esa maniobra implicó que Iglesias pague 200 mil dólares para ser finalmente desligado de la pesquisa. El dinero se pagó en cinco etapas y se efectivizaron en las oficinas o en la casa de Wphei, en Rosario.
Para el fiscal de la Procuraduría contra el crimen económico, Juan Argibay, estuvo claro que la maniobra de extorsión comenzó con una denuncia anónima contra Iglesias por presuntas maniobras de lavado de dinero en el juzgado de Bailaque, causa que el juez no delegó en la Fiscalía y la dirigió él mismo hasta el final. Entre 2019 y 2021 el expediente tuvo varias etapas, desde el allanamiento a la casa, la oficina, el domicilio fiscal y la casa de la madre de Iglesias, hasta el sobreseimiento dos años después. En todo ese lapso, según el fiscal, Busaniche dirigió la maniobra, dando órdenes a Vaudagna de las diligencias que debían impulsar con Bailaque en contra del empresario desde la Afip y también hizo las gestiones para que, dos años después le generen el sobreseimiento “para terminar con esta novela”

Argibay Molina fundamentó su acusación en varios momentos en donde los acusados, dos de ellos imputados colaboradores, se vincularon activamente en función de un objetivo delictivo. “Busaniche y Vaudagna se comunicaron en varias ocasiones en donde quedó clara una relación, por ejemplo en una oportunidad Vaudagna le pidió un comprador para una lancha (…) con Bailaque se comunicó en 23 oportunidades entre 2018 y 2021.
El representante de la Procelac destacó que en la maniobra investigada Busaniche le pidió a Vaudagna, entonces jefe de la Afip en Rosario que hable con Marcelo (por Bailaque) y que e averigüe cuándo podía hacerse la visita (sic). El eufemismo hacía referencia a la posibilidad de allanar los domicilios vinculados a Iglesias en lo primeros días de noviembre de 2019. Paralelamente, Wphei le dijo al empresario acosado que “la denuncia que estaba en el juzgado de Bailaque ‘no era tan anonima’ y que detrás había gente pesada”. Muestra de ello, en los días previos a los allanamientos, es escribano santafesino le dice al jefe de la hoy ARCA que “vaya a verlo a Bailaque, haceme el favor Carlitos, no aguanto más la temperatuta”. Vaudagna se comprometió a verlo al juez en Rosario, aunque no lo tenía previsto, según surge de los mensajes de WhastApp. “Vaudagna cumplía y ejecutaba todo lo que Busaniche le pedía”, dijo el fiscal en la audiencia.
Argibay Molina destacó además los encuentros informales entre los protagonistas, en Rosario y en Santa Fe entre 2019 y 2020. El más evidente en ese contexto de hipótesis criminal de la fiscalía fue el que mantuvieron Vaudagna y Bailaque horas antes de los allanamientos a Iglesias, el 31 de octubre de 2019. El 1 de noviembre Vaudagna le informa al juez: “Marcelo, hemos encontrado – en los allanamientos –contratos, tablets, contradocumentos, es lo más jugoso que tengo”. Le reenvía el mensaje a Busaniche y el agrega: Reservado. El escribano le responde: “No entendí, que no lo comparta con el colorado”. Vaudagna, en su declaración como arrepentido señaló que “el colorado” podría ser Daniel Marchi, entonces hombre fuerte de la Corte muy cercano al juez Lorenzetti.
Los allanamientos a Iglesias tuvieron impacto en Rosario. El 3 de noviembre Vaudagna le envió a Busaniche por mensaje una nota en donde se destacaba que el titular de San Cristóbal había quedado bajo la lupa. El jefe de Arca le agregó: “hay quilombos por los allanamientos del viernes, los medios van a salir a decir que fueron armados por Afip”. – Por qué van a decir eso, le responde, hablemos por acá, refiriéndose a WhastApp.
“Como se verá, el cierre de la causa también importaba a Busaniche”, dijo el fiscal. En 2020 el expediente estuvo parado, sin grandes avances, por la pandemia. Sin embargo, ése año, en el que Bailaque vino seguido a Santa Fe a subrogar el juzgado número 2, almorzaron al menos tres veces, los tres, en el comedor del Ateneo, a la vuelta del Colegio Innmaculada, un lugar sensible a Busaniche, hombre del colegio jesuita y del club de rugby CRAI.
En 2021 sucedieron dos hechos relevantes: el llamado a indagatoria a Iglesias y la falta de mérito, ésta última el 13 de septiembre. El 7 de mayo de ese año Busaniche le pide a Vaudagna, que ya no era el jefe de la Afip, que interceda para que el organismo responda el oficio del juzgado “para terminar con esta novela” y pide en varios mensajes de audio que “fuera lo más favorable a estas personas”, en relación a Iglesias.
Para ese entonces, Vuadagna no era jefe del organismo recaudador pero mantenía sus vínculos. Uno de los jefes le informa que un camarista de Paraná (confundiendo a Santiago con su hermano Mateo) le pidió a “Nacho” R. (de Jurídicas de la Afip Santa Fe) que le contestemos el oficio sobre el grupo Iglesias – Oneto (otro financista rosarino que había sido investigado en el fuero provincial por presuntas estafas). Según la reconstrucción del fiscal, “Nacho” – quien dijo conocer a Busaniche – señaló que un funcionario de Afip en Rosario le había pedido información para hacérsela llegar al juez Bailaque.
“Busaniche, que nada tenía que ver con la investigación, estaba llevado un mensaje de Bailaque para que se contacte con un funcionario de jerarquía de la Afip en Rosario y Vaudagna lo que hace en todo momento es cumplir con lo que Busaniche pide (en tiempo presente)” dijo el acusador.
“Caritos, fíjate si podemos cerrar esta novela, que respondan el oficio, si es positivo, mejor”, le enfatiza Busaniche a Vaudagna otra vez. “Busaniche no era parte del proceso, pero usaba sus relaciones para que lleven adelante determinados actos. Además de pedir respuestas, usted además se interesó por el contenido de las respuestas – señaló Argibay – en el zoom donde los escuchaba Busaniche. “A tal punto que Busaniche se entera que la Afip respondió el oficio y le avisa a Vaudagna”
Para los fiscales de las unidades especializadas, como la Procelac o la PIA (Procuraduría de Investigaciones Administrativas) Iglesias, abrumado por el apriete, decidió pagar 200 mil dólares para mejorar su situación. Lo hizo en cinco pagos. Uno antes de los allanamientos, incluso. La quinta cuota fue en 2022, previa al pedido de sobreseimiento. Los pagos se concretaron en las oficinas de Fernando Wphei, menos uno, que se hizo en la casa del financista, quien actualmente es imputado colaborador en la causa.
Esteban Venditti, a cargo de la PIA, pidió que se trabe un embargo de 1 millón de dólares y se lo inhiba mientras siga el proceso, además de prohibir la salida del país o el acercamiento a los actores de la investigación. “Está claro que es un hombre con relaciones, que cambia de teléfono seguido y que incluso presentó un habeas corpus al principio de la investigación”, destacó.
Busaniche se abstuvo de declarar por consejo de sus defensores, que pidieron la nulidad e invalidez de la formulación de la acusación. El juez federal Rodríguez de la Cruz decretó luego de las exposiciones de la defensa y la réplica de la Procelac un cuarto intermedio hasta las 18 horas de este miércoles.
Héctor Martín Galiano (contacto@zonacriticaonline.com)
