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Tráfico de drogas y lavado de dinero: los motivos de la detención de Luis Paz

La justicia federal santafesina realizó este lunes 24 allanamientos, varios de ellos en Rosario y Villa Constitución. Las relaciones de Paz con proveedores locales y extranjeros. Su crecimiento patrimonial y un mundo de relaciones que lo mantuvieron activo.

Nadie esperaba que este lunes 10 de diciembre un grupo nutrido de efectivos de la Policía Federal irrumpan en varios domicilios de Villa Constitución, Rosario, Santa Fe y Recreo. Ni, mucho menos, que en una de las requisas domiciliarias quede detenido Luis Alberto Paz, el poderoso empresario rosarino que luego del crimen atroz de su hijo Martín (el Fantasma, ocurrido en Septiembre de 2012 en Rosario) se dedicó a cobrarse algunas deudas para luego radicarse en el Country Los Molinos, ubicado en el límite del ejido urbano entre Santa Fe y Recreo. Paz, robusto, de estatura media, morocho y hasta ayer, intocable, quedó a disposición del juez federal Francisco Miño, quien firmó las órdenes de requisas y detenciones a solicitud del fiscal federal Walter Rodriguez.

Luis Paz tuvo picos de popularidad mediática en las páginas de sucesos, con altibajos. En 2012, dos sicarios mataron a su hijo Martín, el “Fantasma” en pleno centro rosarino. Esa balacera despertó una serie de vendettas sangrientas y la reactivación de una causa emblemática: la que terminó condenando al clan Cantero , o “Los Monos” , a prisión. Mercedes, una de las hijas de Paz, estaba de novia con Claudio Ariel Cantero, alias “El Pájaro”, en el momento del crimen de su hermano. Seis meses más tarde, en la puerta de un boliche de Villa Constitución asesinaron a uno de los líderes de Los Monos. La escalada de violencia nunca se detuvo.

Pero éste no fue el único vínculo que encontró el fiscal Rodríguez para comenzar a desarrollar una imputación de más de 50 páginas. Además, y como se develó en estas páginas hace un año, el hijo de la pareja de Paz mantenía frecuentes conversaciones con Norberto “El Zurdo” Villarroel, el narco fuerte que vivía en Alto Verde y vendía grandes cantidades de cocaína y marihuana con complicidad de policías santafesinos y gendarmes de la sección de inteligencia. Además, estaba bajo el dominio del Zurdo estaba una cupé BMW blanca que era la misma en la que se trasladaba el “Fantasma” Paz el día que lo mataron.

Paz también tenía frecuentes contactos con Edgardo Baigoría, un oscuro policía  santafesino que comercializaba drogas a escala media en la región con la ayuda de Emiliano González (ambos presos por una causa de drogas) socio en una empresa llamada PAZ SRL, conformada por tres hijas de Paz y su ex mujer. Estas últimas también abrieron una SRL llamada La Nueva Esperanza.

Finalmente, la imputación transita también sobre la relación de Paz con Hugo Omar Díaz, apodado “Gali”, involucrado en causas por narcotráfico en Rosario. Producto de estos vínculos y varias horas de escuchas telefónicas fue posible poner a Paz en la jerarquía máxima de una estructura dedicada a la venta de drogas y otra al lavado de esos activos.

Para llegar a esa conclusión el fiscal apela a varios elementos: investigaciones anteriores donde la figura de Paz no fue explorada en profundidad o apareció oblicuamente, el seguimiento de la actividad ilícita personas residentes en Villa Constitución, Rosario y Santa Fe encargadas de esos asuntos y también informes patrimoniales de organismos nacionales y provinciales, que evidencian el crecimiento exponencial de Paz en un lustro. Camiones, sociedades comerciales, casas, terrenos y vehículos.

En las escuchas telefónicas tratan a Paz como “el Jefe”. Sólo Baigoría se salía de ese mote, aunque le decía “Tio”, y así también lo tenía agendado al padre del “Fantasma” en su celular, secuestrado luego por la justicia federal.  “El Jefe” monitoreaba todos los movimientos de personas relacionadas al tráfico y se encargaba de financiar la actividad, de acuerdo a la mirada de los pesquisas. En esa estructura delictiva aparecía bien detallado los roles. Por ejemplo, Andrés Canteli aparece como el hombre de confianza de Paz, el encargado de llevar los números de las actividades ilícitas. En las escuchas telefónicas se aprecia como Paz le dice a su amante rosarina que “ante cualquier duda, mientras yo esté de viaje, hablá con Andrés”.

Graciela Franco, actual pareja de Paz, se encarga de tecerizar los llamados a su cónyuge, cuando es necesario ocultar el andamiaje delictivo. Cynthia Amarillo, amante de Paz, brindaba su departamento para apoyo logístico, ubicado en la zona céntrica de la ciudad de Rosario. En conversaciones telefónicas da cuenta de esa situación en más de una oportunidad. Lautaro Reynoso, hijo de Franco, se encargaría según la investigación federal del almacenamiento de las drogas y su hermano Ezequiel del financiamiento, de cobranzas y circulación de cheques. Finalmente Alicia López, nuera de Franco, también se encarga de tercerizar operaciones entre Paz y el resto del grupo.

Para los investigadores, el encargado ( o uno de los encargados) de proveerle a Paz droga traída desde el Paraguay era el parananense Germán Ezequiel Velázquez, quien fuera allanado por las Policía Federal, tanto su vivienda particular como su comercio, dedicado a la venta de vinos en pleno macrocentro de la capital entrerriana. El entono de Velásquez aparece complicado también con la posibilidad de estar dentro de la estructura investigada. En las escuchas se hablan de kilos, de peleas, de trata de estar atentos y situaciones por el estilo, pretendidas como cripticas, aunque sin lograrlo. Un contacto fuerte «del Jefe» en Rosario era el de Hugo Díaz, a quien le cedía uno de sus departamentos en ésa ciudad, ubicado en calle 27 de febrero al 1.200. Diaz, a su vez, tenía una estructura propia, integrada por su pareja Alejandra Urunde, Claudia López alternaba el rol de mula (sobre todo colectivos de larga distancia) y la venta al menudeo. Carlos Suárez, pareja de López era la mano derecha de Díaz. Todos quedaron a disposición del juez federal Miño este lunes. Además gubo secuestro de drogas – de máxima pureza – cuadernos con anotaciones y balanzas.

Una muestra de estas relaciones puede verificarse con claridad en una serie de escuchas que vinculadas entre sí arrojan un dato concreto: el traslado de drogas desde Santa Fe a Rosario a principios de septiembre de este año. Ese operativo se llevó delante en tres vehículos y de la siguiente manera: Paz iba primero, “barriendo”  el camino, detrás de él fue Andrés Canteli como nexo entre Paz y el tercero, y quien trasladaba la droga, Hugo Díaz. Ese recorrido terminó en Derqui al 7.770 de la ciudad de Rosario, donde habita Graciela Franco.

 

Para la Fiscalía, está acreditada la relación entre éstas actividades detectadas con la tarea de lavado de activos, de hecho pido la inhibición de los bienes de Paz, su detención y el pedido de indagatoria por lavado.

Bienes y sociedades

De los informes patrimoniales se desprenden varias sociedades vinculadas a Luis Paz, entre ellas:

La Nueva Esperanza SRL.  Socios: Mercedes Paz, Belinda Paz, Ana Ferrari (hijas y ex mujer), domicilio legal en Rivadavia al 2.800 de Santa Fe, dedicada a la venta de electrodomésticos, motos, bicicletas y equipos de audio.

Paz SRL:  Socios Iniciales: Mercedes Alejandra,  Belinda Analía y Ana Ferrari. Se  Incorporaron por modificación de contrato el 12/03/2013 González,  Emanuel Maximiliano,  González , Fernando Andrés y  González, Beatriz María de Luján. Tiene 4 domiclios fiscales, uno en Santa Fe y el resto en Rosario. Adquirió terrenos y 5 autos, algunos de alta gama, en 2016.

Distinción SRL: Socios: Emanuel González y Edgardo Baigoría. Tiene dos domiclios fiscales, ambos en la ciudad de Santo Tomé, en calle República de Irak.

También figuran a nombre de Luis Paz o de su hijas, ex mujer e incluso de las sociedades un cantidad no precisada de coches, muchos de alta gama, terrenos, casas, departamentos, camiones, entre otros bienes.

Aquella noche en Las Vegas con el amigo juez

Luis Paz, amante del boxeo, fue visto en Las Vegas en abril de 2013. Llegó hasta allí motivado por la pelea entre Flloyd Mayweather y Marcos Guerrero.  Una cámara que registra a todo el público en varias fotos que luego pueden verse en 360 grados permitió ubicarlo al lado del juez Juan Carlos Vienna, quien llevaba entonces la instrucción de la causa por la muerte de su hijo Martín Paz. Pasaron por Migraciones con segundos de diferencia y permanecieron en el exterior la misma cantidad de tiempo. Vienna fue investigado por la Corte por este tema. Negó tener relación de amistad con Paz y lo atribuyó a una coincidencia. Aunque en la Corte admiten en off que el magistrado mintió, lo zafaron de un jury por la responsabilidad que tenía en la denominada Causa de Los Monos.

Autor: Héctor M. Galiano

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