La gobernadora electa de la provincia de Buenos Aires se mostró entusiasmada con los primeros números del escrutinio del ballotage y pidió vivir «esta noche histórica en paz y con esperanza»
La gobernadora electa de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, sentenció que «es una noche que no nos vamos a olvidar nunca», en alusión al rumbo que está teniendo la segunda vuelta presidencial y que lo estaría consagrando, según los primeros números, a Mauricio Macri como el nuevo presidente de los argentinos.
«Hoy nos volvemos a encontrar, abrazados a la esperanza», sentenció Vidal, quien fue interrumpida varias veces por que la gente coreó su nombre y el de Macri.
La futura gobernadora de Buenos Aires, que derrotó a Aníbal Fernández del FpV, estuvo acompañada durante el discurso por Rodríguez Larreta, electo Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires; Gerardo Morales, gobernador electo de Jujuy; y Alfredo Cornejo, gobernador electo de Mendoza.
Además de agradecer a los fiscales que trabajaron durante toda la jornada, y pedirles que siguen contando hasta último momento, la gobernadora electa de la provincia de Buenos Aires, pidió que «vivamos esta noche histórica, con paz y con esperanza», aunque señaló que «esperemos el avance de los resultados definitivos».
Por último, recalcó que «disfrutemos juntos de este encuentro, del encuentro de la Argentina y los argentinos, que quiere algo mejor y que dice si se puede».
A su turmo, Gerardo Morales, el gobernador electo de Jujuy, sentenció ya sin tapujos que «el pueblo argentino ya ha definido que Mauricio Macri sea el próximo presidente de los argentinos, es el cambio que anhelamos todos los argentinos. Un cambio por el que venimos peleando desde hace mucho tiempo».
Al tiempo que sentenció que «hay que recuperar la cultura del trabajo, para lo que hay que producir y apoyar las economías regionales».
Por su parte, Cornejo sentenció que «nos merecíamos una democracia con alternancia. Para ser un gran país, era necesario que tuviésemos una democracia con alternancia y no una de un solo color, donde las autoridades hacían lo que querían con los argentinos».