La firma Vicentin presentó el cierre de ejercicio 2019. Reconoció que la ley obligaría a su disolución pero la salva una medida de la actual gestión
Vicentin Saic presentó un quebranto de $ 52.536 millones en octubre de 2019, lo que redundó en pérdidas acumuladas por $ 35.743 millones y un patrimonio neto negativo de $ 17.502 millones. Este resultado con los $30.461 millones positivo que tuvo un año antes. Así lo señala el balance que, luego de muchos reclamos, presentó finalmente la agroexportadora al juzgado que lleva adelante el concurso preventivo de acreedores. Según lo señala el propio documento, estos resultados son causal de disolución de la sociedad, aunque ese destino quedó en suspenso hasta fin de año por la ley de solidaridad y reactivación productiva que sancionó el Congreso, a diciembre de 2019, a instancias del gobierno nacional de Alberto Fernández.
Es paradójico, porque esta decisión oficial mantiene con vida a una compañía que, según asegura en su memoria y balance, pasó de la gloria a Devoto por una sucesión de hechos inesperados por ella, como el resultado de las elecciones de 2019 y la “incertidumbre política”. Causas, según su relato, del fracaso de una serie de propuestas y negociaciones que iban a reencauzar la crisis de la agroexportadora.
Este conjuro, apuntó el directorio, incluyó las negociaciones entre el Reino Unido y Europa por el Brexit y la guerra comercial entre China y Estados Unidos, la sequía de 2018 y la eliminación, ese mismo año, del diferencial arancelario a los subproductos de la soja. Pero la piedra de toque fue, de acuerdo al informe, la corrida cambiaria y devaluación de abril de 2018. Al que le siguió, casi un año y medio después, otro salto devaluatorio. Lo que parece una bendición para empresas que exportan y cobran en dólares habría encontrado aquí una excepción. Es por el impacto de la depreciación del peso “en sociedades endeudadas en moneda dura”.
Pasaron cosas
Así, pese a que venía de un récord molienda de más de 9 millones de toneladas, entró en dificultades. Un año y tres meses después de contratar un crédito con el Banco Nación por u$s 300 millones, la devaluación obligó a buscar “alternativas” para renovarlo. Según el relato empresario, porque el patrimonio de la entidad financiera se estancó y el monto del crédito comenzó a superar la capacidad prestable. Mientras buscaban otros caminos, el BNA autorizó un “mecanismo especial” para que las cobranzas por exportaciones que pasaban por la cuenta y no se aplicaran a cancelar, se vendieran en dólares y se utilizaran los pesos para pagar a proveedores de materias primas. Cuando, según informó Vicentin, se estaban presentando planes de pago para 2021, ocurrió el “estrés” del 4 de diciembre.
Con los bancos internacionales, tras un año de negociación recibió en mayo de 2019 un nuevo préstamos sindicado para ampliar la planta de Renova. Pero “se usó para reponer recursos que se habían perdido en el el período de tramitación”. También negociaban una refinanciación de los créditos externos. Pero “por cuestiones de country risk y agendas” una operación de este tipo “debía esperar a mayo de 2020”. Mientras, la financiación comercial crecía a todo vapor por las mayores importaciones de granos y un “mercado mundial demandante” Otra vez pasaron cosas: “El 2019 no fue como otros años, ya que alentados por rumores de cambios de gobierno y declaraciones de aumentos de retenciones las ventas de los productores se aceleraron de forma inusitada”. De acuerdo a los directivos de Vicentin, “frente a un escenario de escasez de dólares y aumento del riesgo político como consecuencia del proceso eleccionario, los costos de financiamiento se incrementaron notablemente”.
Vicentin dice que buscó en 2019 “abrir nuevas fuentes de financiamiento”. Esa sería, dicen la fuente de la venta del 16,67% de Renova. Tras la suspensión de pagos, , el directorio aseguró que avanzaban los AP E (acuerdos con acreedores comerciales), las negociaciones con bancos y con tres potenciales inversores que firmaron acuerdos de confidencialidad. Ahí pasaron otras cosas: la pandemia y, finalmente, el decreto de intervención del gobierno nacional, luego derogado.
“Pese a ellos, la sociedad siguió funcionando en prácticamente todas sus plantas con los salarios al día y sin despidos”, aseguró el directorio que con el balance puso su renuncia a consideración de la asamblea de accionistas. No sin antes prometer que, cuando se termine el período de verificación de créditos, Vicentin Saic “se abocará de lleno reiniciar las conversaciones interrumpidas en haras de acuerdo que permita una salida a la situación concursal”. Si no pasa nada en el medio.
Del Frade apuntó las cifras que no cierran
El diputado provincial Carlos del Frade, miembro de la comisión de seguimiento del caso Vicentin, resaltó las duda que deja el balance presentado por Vicentin. Además de cuestionar la teoría del “estrés financiero” que generó las Paso como causa de la caída, puso la lupa en algunos números:
– El balance de Vicentín reconoce una deuda de 290.365.000 dólares con el Banco Nación pero no dice nada de las 1.418 transferencias bancarias que los propios directivos de la empresa se hicieron a sus propias cuentas personales entre agosto de 2019 y enero de 2020, como bien dice el informe del fiscal Gerardo Pollicita.
– Termina diciendo la memoria del balance de Vicentín, 2019, que “en el corriente mes proceso de verificación e impugnación de créditos, el Directorio se abocará de lleno a reiniciar las conversaciones interrumpidas en haras de alcanzar un acuerdo que permita la salida de la situación concursal lo más rápido posible”. Es decir, en buen romance, no hay de qué preocuparse. Sin embargo hay que recordar que la empresa debe 1.350 millones de dólares a 1.733 acreedores, entre bancos y productores y tiene causas penales por varios delitos. Es una visión extraña, como si fuera una versión de Alicia en el país de las maravillas.
– Otros puntos preocupantes del balance de Vicentín: la empresa se presenta con patrimonio neto negativo; los auditores presentan varias salvedades al cierre del texto; se confirma el drenaje de dinero hacia las sociedades relacionadas. En el rubro bienes de terceros (granos en los silos, por ejemplo), no hay nada, ni siquiera aparece, cuando en el año 2018 si aparecían, una señal que los silos ya estaban vacíos cuando se declararon en estrés financiero. Un apunte importante sobre que hay cesión de derechos de fasón.
Las dudas que genera en la provincia
En el gobierno provincial aseguran que el esperado balance de Vicentín deja “más dudas que certezas”. Sostiene que durante 2019 perdió $ 55 mil millones de pesos cuando los balances de sumas y saldos presentados en el concurso revelan que Vicentín dicen que ganó u$s 847 millones. También apuntaron que para disminuir el patrimonio neto negativo, de $ 17 mil millones, activaron un presunto crédito contra Afip de $ 15 mil millones. Otro punto es el de los negocios con sociedades relacionadas.