El fracaso en 18 allanamientos ordenados por la justicia rosarina hace tres días desnuda las filtraciones dentro de la Policía o del Ministerio de Seguridad. El desgaste de Lagna es interpretado como una gran posibilidad para que el núcleo duro de Sain vuelva a ocupar el sillón principal de la cartera. Renuncias en el Organismo de Investigaciones y robos dudosos.
En la jerga azul se llama “hacer papa”. Es “un negativo”. O varios. Es el caso, hasta ahora inexplicable, de los 18 allanamientos que este jueves pasado realizaron fuerzas provinciales con la Gendarmería en el barrio Gráfico de Rosario. Todos fueron con resultados escandalosamente flacos. Debe sumarse el agravante del mensaje hallado en cada una de las escenas de los domicilios allanados: la mesa servida, el vaso a medio llenar o heladoras con alimentos. Indicios de que los moradores no tuvieron tiempo para arreglar el cuadro, sólo para mandarse a mudar.
El blooper se completa con un tuit del ministerio de Seguridad de la nación que informaba de un gran operativo de las fuerzas federales y la AIC. Las medidas fueron ordenadas por dos fiscales del MPA, Valeria Haurigot y Marisol Fabbro, que investigan a un grupo de personas por amenazas y homicidios, enfrentadas al clan Villalba, vinculados al mundo narco rosarino. La filtración sobre los datos de los QTH (en el código Q , el domicilio) está en manos de la Secretaria de Control policial.
La vergüenza derivó en múltiples interpretaciones. En el ministerio circuló un comentario que no incrimina pero informa. Se mencionó que, usualmente, el que tiene en su poder el dato operacional de los allanamientos – además de la fuerza que los ejecuta y las autoridades judiciales – es el Subsecretario de Prevención y Control Urbano Emilio Alberto Mongia, un ex integrante de la PSA que llegó a la provincia de la mano de Marcelo Saín. Mongia ingresó a la Fuerza Aérea durante la dictadura en 1979, y en 2004 se retiró como personal superior. Un año después fue nombrado Director de Inteligencia Criminal de la Policía de Seguridad Aeroportuaria. Fue asesor de la ex ministra de Defensa Nilda Garré y tras un nuevo período en la PSA recaló en Santa Fe. La entente de los de vieja guardia de esa fuerza, creada en democracia por Néstor Kirchner, se completa con dos funcionarios de la mesa chica de Saín: Rodolfo “Coqui” Gallardo y Germán Montenegro. El poder de “Coqui” radica en lo que sabe, más que en lo que ejecuta desde su cargo. Los jueces y fiscales federales no le confían ninguna investigación importante a la AIC. Tiene un superior en el andamiaje burocrático, el Secretario Pablo Álvarez, que en los hechos está para obedecer más que para ordenar. Los que lo conocen refieren que Álvarez suele ser un dedicado buscador de información confidencial, sin aclarar si es bajo tutela de la justicia. El otro integrante del trío es Germán Montenegro. El núcleo duro aspira a subirse al sillón principal de la cartera luego del 10 de diciembre, cuando Montenegro sume los dos años de residencia en la provincia y eso lo habilite para ser ministro, como indica la ley. En la escudería también reporta Diego Llumá, que en una reunión con vecinos de la costa le respondió a una persona que le consultó su nombre, cargo y experiencia, que “lo busque en google”.
La semana pasada, aseguran, que fueron varios los que escucharon los gritos del Gobernador traspasando las paredes de la sede rosarina del Poder Ejecutivo. El que recibía la tirria del mandatario, dicen, era Llumá quién no podía explicar la saga de incendios en las estaciones de servicio en el sur.
“El equipo del Turco no tiene sintonía con el Tío”, señalaron dos fuentes consultadas.
– Y Lagna qué dice?.
– Que si todo sigue así se quiere ir a la mierda.
La semana pasada el Fiscal General Jorge Baclini desafectó del Organismo de Investigaciones de Rosario a 7 detectives que estaban en comisión y que eran muy cercanos a la denunciada por tráfico de información Débora Cottichini, en uso de licencia de su cargo como Jefa del Área de Inteligencia del Organismo. Un día después, pero por voluntad propia, 20 policías que estaban en comisión de servicio en el O.I pidieron el pase al Ministerio de Seguridad. Entre todos, representan un perjuicio operativo para el MPA aproximadamente del 70% de la planta de pesquisas. Por lo bajo se escuchó decir que los 27 formarán una brigada especial al mando de “Coqui”, pero dentro del ministerio conducido por Lagna. De ser así, ¿está al tanto el ministro?.
Otra que está en la mira del núcleo duro es la jefa de Policía Emilce Chimenti, a quien miran de costado por ser leal al ministro. “Es una factura que comenzó cuando entre Lagna y la jefa decidieron el nombramiento de varios jefes operativos en distintas unidades sin consultarle a Montenegro”, justifican fuentes del ministerio. El otro entripado estaría centrado en la decisión de Lagna de poner a personas de confianza dentro del área Logística, por debajo de Maximiliano Novas, subsecretario de Gestión Técnica y Administración Financiera del ministerio, ex cuñado de Saín, uno de los fervientes defensores de la compra frustrada de armas al Grupo Patagonia, del fallecido “Ruso” Menajovsky, quien tenía línea directa con sectores oficiales de Israel.
Si faltaba un halo de suspenso a este film de intrigas doméstico, el miércoles pasado alrededor de las 19.30, el Comando Radioeléctrico de Rosario hizo circular una minuta informativa por WhastApp. Daba cuenta de un hurto en la esquina de Uriarte y Bv. Rondeau. La víctima era Andrés Rolandelli, de 38 años, subsecretario de Formación y Capacitación del Ministerio de Seguridad, a cargo del Isep. También en el acta figura su chofer como damnificado. Ambos relatan que mientras la camioneta oficial VW estaba estacionada un hombre le sustrajo una computadora color champagne de adentro de vehículo. Se dio a la fuga, tomó Rondeau hacia el sur. El ladrón se subió a un auto a la altura de Blas Parera y se perdió de vista. En la carrera, el muchacho dejó caer un morral que fue hallado por la policía. En su interior se encontraron unos lentes del estilo Ray Ban, una gorra con el logo de Ferrari y un Handy marca Baofeng. ¿ A quién debía informar por radio el ladrón? , ¿Por qué llevaba consigo un Handy de frecuencia radial?.¿Qué información llevaba el funcionario en la computadora o, en todo caso, qué información creían que llevaba?. Tal vez sólo fue al voleo y la miraba conspirativa esté demás, salvo por un detalle: no es la primera notebook robada a un importante referente de la política santafesina durante este año. Tal vez las brujas existan. O quizás todo sea una gran casualidad.
Héctor M. Galiano. (hgaliano@zonacriticaonline.com)