Bonfatti asumió la presidencia con el compromiso de «fortalecer la calidad institucional». La sorpresa fue el nombramiento de Echaniz, denunciado por el abordaje de la Mac de Medina, como secretario administrativo de la Cámara.
Las sesiones preparatorias en la Legislatura dejaron ayer mucho ruido político. Antonio Bonfatti será el primer gobernador en la historia de Santa Fe que presidirá la Cámara de Diputados a partir del 11 de diciembre. Volvió Javier Echaniz: el ex responsable de informática de la Casa Gris denunciado por el abordaje de la computadora de Luis Medina y cesanteado en abril tras la fallida carga de datos en las elecciones primarias, asumió como secretario administrativo de la misma Cámara que hace un año creó una comisión especial para investigarlo. Y en el Senado, un acuerdo entre Miguel Lifschitz y una línea de la UCR para compensar la banca que dejó el futuro ministro de Seguridad, Maximiliano Pullaro, fracturó el Frente Progresista: el radical Hugo Rasetto formó su propio bloque, mientras sus colegas Lisandro Enrico y Germán Giacomino no descartan sumarse a la disidencia. El enojo es por el estilo del jefe de la bancada, Felipe Michlig, que operó el trato con Lifschitz: Pullaro aceptó ceder su banca al primer suplente, Ariel Bermúdez (Coalición Cívica), a cambio de que el radical que lo sigue en la lista, Fabián Bastía, sea designado vicepresidente de la Empresa Provincial de la Energía, pero mientras tanto, Bastía juró ayer como subsecretario del Senado hasta que el gobernador lo nombre en el próximo cargo y en el actual, lo reemplace un socialista.
Bonfatti asumió la presidencia de Diputados con el compromiso de «fortalecer la calidad institucional». Su ministro de Gobierno y jefe del bloque socialista, Rubén Galassi lo había propuesto para el cargo porque «es un hombre de diálogo y consenso, defensor de las mejores virtudes republicanas y de los valores de la ética y la solidaridad. Con esos principios ha desarrollado toda su trayectoria política, los ha llevado a la práctica y es la garantía de un trabajo armónico y productivo para el presente y el futuro, que respete la pluralidad política».
La vuelta de Bonfatti a la banca es un «hecho inédito -dijo Galassi- porque será la primera vez en la historia de Santa Fe que un gobernador presidirá la Cámara de Diputados». La elección de Bonfatti salió por unanimidad, como las del vicepresidente primero, el peronista Roberto Mirabella y del vicepresidente segundo, Germán Mastrocola (PRO).
El gobernador agradeció a sus pares y les prometió que su «práctica» será el «diálogo» y «no aprovechar la mayoría circunstancial porque lo que pretendemos es sacar leyes por consenso». «Vamos a fortalecer la calidad institucional de la Cámara», planteó.
Tras el juramento y el discurso de Bonfatti, Galassi sorprendió al proponer a Echaniz como secretario administrativo de la Cámara «en nombre del Frente Progresista». Los 22 diputados del arco opositor rechazaron la moción y se abstuvieron. Primero, los diez del PRO. «El presidente (Bonfatti) y la mayoría tienen derecho a elegir a las autoridades de la Cámara, pero no acompañamos», dijo la diputada Alejandra Vucasovich. Luego, los diez peronistas, según anunció el jefe de bloque, Leandro Busatto. Y cerraron los dos de izquierda, Carlos Del Frade y Mercedes Meier. «Echaniz es nombre muy fuerte por lo que sucedió el 29 de diciembre de 2013 en Rosario con el asesinato de Luis Medina», recordó Del Frade.
Echaniz fue designado sólo por la bancada oficial y juró el cargo por la «patria y su honor». El socialista disidente Rubén Giustiniani justificó su voto y el de su colega Silvia Augsburger porque era «una propuesta de la mayoría del bloque».
«Hablamos de transparencia, de necesidades, de la lucha contra el narcotráfico y lo designan a él cuando todavía no está cerrada la causa judicial», entendió Del Frade. La designación es una vuelta de campana. Hace siete meses, a principios de mayo, Echaniz fue señalado en el informe de la comisión especial de la Cámara que investigó el abordaje de la computadora del asesinado Luis Medina, expuso pruebas de que la máquina fue manipulada «sin autorización judicial» y responsabilizó por el operativo a Bonfatti, Galassi y al ministro de Justicia, Juan Lewis, a quienes acusó de «haber faltado a la verdad».
Poco antes, a fines de abril, el ex secretario de Tecnologías había renunciado al cargo tras el escrutinio provisorio de las primarias del 19 de abril que cerró con el «100 por ciento de mesas informadas» y faltaba escrutar más del 10 por ciento, entre el 200.000 y 250.000 votos. El relevo se produjo cuando Lifschitz, acusó por el fallido al responsable de cargar los datos en el sistema informático, a quien calificó de «inepto» e «imbécil», pero sin identificarlo.
Fuente: Pagina12