Sin embargo, el científico advierte que sería un viaje de ida. «Aunque estoy interesado en viajar al espacio, no lo voy a intentar». El físico británico volvió a sorprender al mundo.
En un nuevo giro a las explicaciones sobre lo que sucedería al caer en un agujero negro, el físico británico Stephen Hawking afirmó que los viajeros espaciales podrían terminar en otro universo. «Si caes en un agujero negro, no te rindas», dijo en una conferencia en Estocolmo, Suecia. «Hay una salida», aseguró. Agregó que si el hoyo fuese lo suficiente grande y estuviese rotando, podría tener un pasaje a un universo alternativo.
El afamado científico considera que los objetos pueden quedar almacenados sobre los límites de un agujero negro, conocido como el horizonte de eventos. Es decir, las fronteras del espacio a partir de la cuales supuestamente ninguna partícula puede salir.
Asegurando que no sería un pozo tan oscuro como se piensa, Hawking indicó que los humanos no desaparecerían al caer en un agujero negro, sino que permanecerían como un «holograma» en el borde o «caerían en otro lugar».
Los agujeros negros son fenómenos cósmicos que se originan cuando una estrella de cierto tamaño colapsa bajo su propia gravedad, . En el interior del fenómeno existe una concentración de masa lo suficientemente elevada como para generar un campo gravitatorio tal que ninguna partícula material, puede escapar de ella. Sin embargo, los agujeros negros pueden ser capaces de emitir radiación, lo cual fue conjeturado por Hawking en 1974, idea en la que coinciden muchos físicos hoy en día. Sin embargo, en un principio él había señalado que la radiación emitida por un agujero negro se terminaría evaporando y toda la información sobre cada partícula desaparecería para siempre.
En 2004 Hawking sorprendió al mundo con un nuevo estudio que cambiaba su propia visión, La Paradoja de la Información para Agujeros Negros, en el que señaló que en vez de absorberlo todo, los agujeros negros dejan escapar aunque sea algunas radiaciones. Así un agujero negro dejaría de ser el pozo infinito que destruye todo lo que cae en él, y su frontera no estaría tan definida como se creía. «Los agujeros negros no son tan negros como los pintan. No son las cárceles eternas que pensábamos que eran. Si entramos en uno de ellos, probablemente salgamos en un Universo paralelo», señaló en esa oportunidad.
Durante la conferencia que dio el martes en Suecia, sostuvo que «la información no se almacena en el interior del agujero negro como era de esperar, pero sí en sus límites, en el horizonte de sucesos, de donde la información puede escapar».
El prestigioso físico sitúa la clave de su teoría en la radiación. Defiende que esta puede recoger la información y situarla más allá del horizonte de sucesos. Sin embargo, el problema es que esa información es inútil. «La información acerca de las partículas entrantes se devuelve, pero de forma caótica e inútil. Esto resulta en una paradoja de la información. Para todos los efectos prácticos, la información se pierde», sentenció.
En 2012, mientras trataban de aclarar si la información desaparece para siempre dentro de un agujero negro, John Polchinski y otros físicos descubrieron que otro destino es posible. Pero agregaron que el horizonte de eventos se convierte en un cortafuegos que quema cualquier cuerpo que lo cruza.
Los físicos sostienen que a medida que una persona se fuera acercando al agujero negro, la diferencia de gravedad entre los pies y la cabeza se haría cada vez más grande, y en un momento la partiría en dos. Pronto esa fuerza de marea, como se denomina a esa atracción, desgarraría cada célula, molécula y al fin cada átomo del cuerpo.
Pero otros físicos dijeron que no estaban de acuerdo con esa premisa. De acuerdo a uno de los principios de la relatividad de Einstein, una persona que cruzara el horizonte de eventos de un agujero negro no debería sentir nada diferente, sólo flotaría en el espacio. El cortafuegos, por lo tanto, vulneraría el «principio de equivalencia», una regla muy observada, por lo que los físicos son reacios a descartarla.
Sólo el método empírico puede despejar la duda, alguien tendría que viajar dentro de un agujero negro para averiguar lo que ocurre, pero el propio Hawking no es partidario de esa empresa. «No podrías regresar a nuestro universo asi que, aunque estoy interesado en viajar el espacio, no lo voy a intentar».
Una sonda revela secretos de Ceres, el planeta más chico
La sonda espacial Dawn envió nuevas imágenes a la Tierra del nanoplaneta Ceres, ubicado en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter, informó ayer el Centro Aeroespacial Alemán (DLR).
En las imágenes se aprecian cráteres, cordilleras o una montaña de cerca de 6.000 metros de altura que se asemeja a una pirámide.
«Algunas de las cosas que hemos visto no han sido descubiertas antes en ningún otro lugar del Sistema Solar», explicó el científico del DLR Ralf Jaumann. «Excepto en la Tierra, aquí hay casi de todo». Las imágenes muestran que la montaña con forma de pirámide tiene un diámetro de entre diez y doce kilómetros y presenta aludes de tierra poco comunes y cráteres de paredes inestables. «Sobre muchos aspectos solo se puede especular por el momento», añadió Jaumann.
Dawn se encuentra a 1.470 kilómetros de la superficie de Ceres, según el DLR, una distancia mucho más cercana a su anterior órbita de observación a 4.400 kilómetros.
La sonda de la Nasa llegará a su punto más cercano a Ceres a finales de octubre, cuando se situará a 375 kilómetros, tras un viaje de casi ocho años y 5.000 millones de kilómetros. La sonda, de 1,6 metro y 747 kilogramos de peso, ya se había aproximado al asteroide gigante Vesta y estuvo en su órbita durante 14 meses, en 2011 y 2012.
Ceres es el más pequeño de los planetas enanos dentro del sistema solar. Se ubica entre las órbitas de Marte y Júpiter. Fue descubierto el 1 de enero de 1801 por Giuseppe Piazzi.