Nuevos métodos de medir la economía pueden asombrar. Aún más cuando involucran prostitutas y montones de cocaína.
El Reino Unido, Irlanda e Italia están entre los países que planean incluir actividades ilegales en la medición de su Producto Interno Bruto, el indicador más amplio de bienes y servicios en una economía.
Según una estimación, el Reino Unido podría añadir hasta US$9.000 millones al valor de su PIB al contabilizar la prostitución y alrededor de US$7.400 millones al agregar drogas ilegales, lo suficiente para aumentar el tamaño de su economía en 0,7%. Para no ser menos, Italia añadirá el contrabando, así como drogas y prostitución. Ambos cambios se llevarán a cabo este año.
Otros países de Europa también se preparan para acatar el llamado de la Unión Europea a estandarizar y ampliar su PIB. La UE está siguiendo una directriz de «mejores prácticas» emitida en 2008 por las Naciones Unidas.
Algunos economistas cuestionan los méritos -y métodos- de medir la economía en la sombra. Los delincuentes hacen grandes esfuerzos para ocultar sus transacciones, que suelen realizarse en efectivo, por lo que son difíciles de rastrear. Debido a que la actividad está más allá del alcance de las autoridades tributarias, no es algo que puede aportar ingresos para ayudar a un país a pagar sus deudas.
Todo esto complica la medición. Claus Vistesen, economista jefe para la zona euro de Pantheon Macroeconomics, dice que hay «una solución intermedia entre tomar en cuenta tanta información como se pueda y la precisión». Medir la economía subterránea, afirma, haría «menos precisa» la medición del PIB.
El argumento a favor es simple. Si las drogas no son contabilizadas en un lugar donde la gente gasta la mitad de sus ingresos en ellas, llevaría a concluir, equivocadamente, que la población ahorró la mitad de su dinero.
La ONU es clara a la hora de enfatizar la necesidad de ampliar las definiciones del PIB. «Las cuentas en su conjunto son sus-ceptibles a estar gravemente distorsionadas» si los gobiernos no tabulan todas las transacciones, señaló como parte de su directriz de 2008.
Las variaciones totales al añadir actividades ilícitas podrían resultar pequeñas, ya que es apenas un componente de los cambios estadísticos que se extienden por Europa. El Reino Unido, por ejemplo, ha alterado la forma de medir grupos sin fines de lucro, un cambio que impulsará su PIB más que las drogas y la prostitución, y la formación de capital e inventarios, que reducirán la cifra.
Algunos países europeos tienen incentivos adicionales para inflar el tamaño de sus economías. Además de poder jactarse, un PIB más alto ayuda a un país a mantener su deuda y déficit dentro de las metas prescritas por la UE. Si el déficit de un país debe estar por debajo de 3% del PIB, un gobierno derrochador querría el cálculo más grande posible del PIB.
Para otros, un PIB más alto podría tener un costo para los gobiernos. El bloque de 28 naciones usa el PIB para determinar cuánto contribuye cada país al presupuesto colectivo de la UE.
En Europa, Finlandia y Suecia, países que difícilmente serían considerados como economías delictivas, verían los mayores incrementos. Los principales cambios no provienen de las drogas, sino de ajustes técnicos como la forma de capitalizar los gastos en investigación y desarrollo y la manera de contabilizar programas de pensiones y la mayoría de las pólizas de seguro.
La Oficina de Análisis Económico de Estados Unidos, que calcula el PIB del país, «no tiene planes por ahora de incluir gastos en actividades ilícitas», según la vocera Jeannine Aversa. El PIB estadounidense crecería cerca de 3% si se adoptaran todos los cambios de Europa, de acuerdo con cálculos de Eurostat.
La metodología del Reino Unido muestra lo arbitrario que puede ser medir actividades que están lejos del alcance de las cajas registradoras y los contadores.
La Oficina de Estadísticas Nacionales británica dice que estimará el consumo de seis drogas: crack de cocaína, cocaína en polvo, heroína, cannabis, éxtasis y anfetaminas. En primer lugar, calculará el número de usuarios de drogas basado en encuestas de delincuencia, y luego lo multiplicará por una estimación de la cantidad promedio de drogas que consume cada persona.
Una serie de estimaciones equilibrará las cuentas. Por ejemplo, para evitar distorsionar las estadísticas sobre las importacio-nes, debe calcular el porcentaje de cannabis producido en el país. Luego debe suponer el volumen de semillas y la electricidad usados en la producción.
En cuanto a la prostitución, los estadísticos empezarán con un conteo aproximado de prostitutas callejeras realizado por la Policía Metropolitana de Londres y una estimación de prostitutas fuera de las calles de una organización no gubernamental que estudia la violencia contra las mujeres y las niñas.
Se supondrá que la cantidad de prostitutas sube o baja con la población masculina. El costo estimado de los servicios de prostitución fluctuará junto con los precios de los bailes privados y las agencias de acompañantes, «las actividades más cercanas que tenemos a la prostitución» que ya están medidas.
Thomas Costerg, economista del banco británico Standard Chartered, dice que los gobiernos no están ampliando la definición del PIB «sólo para maquillar los números». El problema «es que se puede volver muy teórico y podría haber algunos efectos secundarios, incluyendo el creciente escepticismo de la población en general sobre las estadísticas»