Una delegación de expertos malasios negoció con las fuerzas separatistas la entrega de las cajas negras del vuelo MH17, siniestrado el pasado jueves.
Los rebeldes separatistas del Este de Ucrania entregaron hoy a expertos internacionales, holandeses y malayos los restos de las 298 víctimas y las dos cajas negras del avión malayo que se estrelló el jueves pasado en la zona que controlan, donde Kiev ejecuta una ‘operación antiterrorista‘.
También hoy, el Consejo de Seguridad de la ONU resolvió lanzar una investigación de los hechos en la cual otorgó un ‘papel central‘ en la investigación a la Organización de la Aviación Civil Internacional (OACI).
Durante la conferencia de prensa, en la que los rebeldes traspasaron las dos cajas negras a los representantes de Holanda y Malasia, el primer ministro de la República Popular de Donetsk, Alexander Borodai, reiteró la acusación de los insurgentes que sindica a Ucrania como autora del disparo que derribó al avión.
El jefe de la delegación del Consejo de Seguridad Nacional de Malasia -presente en la entrega- se mostró satisfecho en la conferencia de prensa porque las cajas negras parecían estar intactas, informó el Kiev Post.
Los rebeldes anunciaron, en la conferencia de prensa, que impondrán un cese de fuego unilateral dentro de un radio de 10 kilómetros en torno a la aldea de Grabovo, donde cayó el avión.
La resolución del Consejo de Seguridad fue aprobada por los quince miembros del organismo en Nueva York.
El borrador, presentado originalmente por Australia, había recabado, ya antes de la votación, el apoyo de numerosos países. Rusia había presentado su propio proyecto de resolución, pero luego dio su aprobación a una versión corregida del borrador australiano.
El documento condena el presunto derribo del avión, que causó la muerte de las 298 personas que viajaban a bordo, y expresa sus condolencias a los familiares de las víctimas, informó la agencia de noticias DPA.
Asimismo, pide una ‘investigación amplia, profunda e independiente‘ de la caída del vuelo MH17 en el este de Ucrania en la que la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) tenga un ‘papel central‘. También exige el acceso inmediato y sin obstáculos de los expertos al lugar del siniestro.
Pese a que Rusia impulsó desde el principio una investigación independiente, después de la reunión la embajadora estadounidense en la ONU, Samantha Power, afirmó que ‘ninguna resolución habría sido necesaria si Rusia hubiera usado su influencia con los separatistas‘ prorrusos.
El embajador ruso, Vitaly Churkin, respondió acusando a EE.UU. de estar mal informado y de convertir ‘la conversación sobre la tragedia en una farsa‘.
Las acusaciones de Power ya las había hecho, horas antes y en un comunicado, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, desde la Casa Blanca.
Obama dio por demostrada la interferencia de los separatistas con apoyo ruso, y se preguntó en el comunicado ‘¿Qué están tratando de ocultar?‘.
Horas antes, el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas rusas anunciaba la detección de un caza ucraniano, probablemente un Sujoi SU-25, volando muy cerca del avión malayo derribado el jueves pasado con 298 personas a bordo.
El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, negó inmediatamente la denuncia rusa a través del canal estadounidense CNN, y sugirió que Moscú debía presentar sus pruebas públicamente. Estados Unidos no se pronunció sobre este tema.
En tanto, los cadáveres de los casi 300 pasajeros y tripulantes del avión malayo siniestrado en Ucrania ya están también bajo responsabilidad de expertos internacionales, tras haber sido embarcados en un tren refrigerado a cero grados con destino a Járkiv, ciudad que está en manos del régimen de Kiev.
El tren de los cadáveres -que habían permanecido cuatro días abandonados en tierra de nadie- recibió esta mañana el visto bueno de tres forenses llegados desde Holanda, los primeros expertos extranjeros en examinar su estado de conservación.
Los médicos holandeses abrieron los vagones estacionados en la localidad de Torez para examinar los cuerpos en presencia de la misión de la OSCE en Ucrania, encabezada por el suizo Alex Hug.
Tras varias horas de negociaciones, los insurgentes prorrusos, que posteriormente entregaron las cajas negras del aparato, dieron su acuerdo para el traslado de los cuerpos y el viceprimer ministro ucraniano Vladímir Groisman dio por cerrada la búsqueda.
En Járkov, los restos fueron recibidos por una treintena de expertos, en su mayoría de Holanda -193 víctimas eran de esa nacionalidad- y Malasia, país al que pertenecía el Boeing-777 accidentado frente a la aldea de Grabovo.
Después de someterlos a examen serán repatriados, aunque cabe la posibilidad de que algunos familiares puedan viajar a Járkov para identificarlos personalmente.
Mientras tanto, se producían enfrentamientos en las afueras de Donetsk y el comandante de las fuerzas de los separatistas, Ígor Strelkov, decretó el toque de queda, lo que confirió a la localidad de un millón de habitantes el aspecto de una ciudad fantasma. Mucha gente envió a sus hijos al campo o a Crimea para protegerlos.
Decenas de personas, en su mayoría civiles, pueden haber muerto en los combates que estallaron cuando varios tanques ucranianos lanzaron una incursión en la ciudad que fue repelida con muchas dificultades por los milicianos.
‘Los combates tienen lugar en todo el perímetro de la ciudad. La situación es muy complicada. La aviación bombardea también sobre la estación ferroviaria‘, dijo uno de los líderes de los sublevados, Andréi Purguín.
Los combates, en los que el ejército ucraniano empleó tanques y piezas de artillería, obligaron a muchos de los inquilinos del barrio oeste de Donetsk a resguardarse en los refugios subterráneos habilitados por las autoridades locales.
Después de las denuncias, el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, ordenó un alto de fuego en 40 kilómetros a la redonda de Grabovo, el pueblo donde cayó el avión del vuelo MH17 de Malaysian Airlines.
Télam / El LItoral