El ex bajista de Pink Floyd rechazó una oferta millonaria del dueño de Facebook por los derechos del tema «Another Brick on the Wall, Part 2».
Roger Waters no elude la polémica, más bien, la busca, la alienta y si tiene la oportunidad la estimula. Sus peleas con sus antiguos compañeros de Pink Floyd son legendarias, tanto es así que le costó perder un juicio millonario por los derechos del nombre del grupo británico, también los escándalos que provocó con sus posiciones políticas cuestiones delicadas como la situación en Venezuela y el conflicto entre Israel y Palestina.
Ahora volvió a levantar polvareda al rechazar una oferta del director ejecutivo de Facebook, Mark Zuckerberg, quien pretendía utilizar «Another Brick on the Wall, Part 2», una de sus composiciones más famosas, a cambio de «una enorme cantidad de dinero». Aunque la oferta era tentadora, Waters la descartó de plano, en desacuerdo con el pensamiento y la acción de Zukerberg sobre cómo se manejan las redes sociales.
Waters reveló que había recibido una carta del multimillonario con una solicitud para hacerse con los derechos para usar el tema incluido en el álbum «The Wall» en la producción de la película que está produciendo para promover Instagram. «Y la respuesta fue: ‘¡Vete a la mierda! ¡De ninguna manera!'», declaró el bajista de Pink Floyd y autor del tema durante un foro en apoyo de Julian Assange, fundador de WikiLeaks.
Pero eso no fue todo, Waters calificó al fundador de Facebook como «uno de los idiotas más poderosos del mundo». «¿Cómo le fue a este pequeño capullo, que empezó diciendo: ‘Es bonita, le daremos un 4 de 5’, ‘Es fea, le daremos un 1’?. ¿Cómo logró obtener poder en algo?», se preguntó el músico inglés, autor de emblemáticos temas que marcaron la cultura del rock y se convirtieron en banderas de las jóvenes alrededor del planeta.
Además, se quejó de que la nueva producción que está realizando Zukerberg tiene como objetivo «hacer que Facebook e Instagram sean aún más grandes y poderosos de lo que ya son» para poder seguir censurando a todo el mundo y «evitar que la historia sobre Julian Sssange llegue al público en general».