Si bien la mayoría está a favor de cambiar la Carta Magna, cuestionan los plazos y los métodos propuestos por el gobernador. De este modo, el proyecto oficial no llegará a los 34 votos necesarios para convocar a la Constituyente.
El peronismo sepultó definitivamente las aspiraciones reformistas del gobernador Miguel Lifschitz y el Frente Progresista. En diálogo con Rosario/12, nueve de los diez diputados provinciales afirmaron que no votarán el proyecto del oficialismo. El PRO ya había adelantado su rechazo a la revisión de la Carta Magna santafesina, por lo que el socialismo y aliados no tienen manera de alcanzar los 34 votos necesarios para lograr la media sanción de la iniciativa en la Cámara Baja. «Ninguno de los diez acompaña el proyecto, no llega de ninguna manera a los 34 votos que hacen falta», pronosticó Luis Rubeo. «Lifschitz habla del proyecto de él, de la reelección de él y nada más que eso», pegó Héctor Cavallero.
El gobernador apretó el acelerador para lograr su cometido la semana pasada. Exhortó a dirigentes progresistas a no escatimar en los esfuerzos por acordar con los bloques peronistas de Diputados. A los macristas ya no los cuenta. Pero tras una reunión con el Consejo Ejecutivo del justicialismo, los legisladores salieron a reafirmar en conjunto lo que ya decían a título personal. Los peronistas de la Baja se consideran «reformistas», pero entienden que no alcanzan los plazos para completar todo el proceso que requiere un proyecto de esta envergadura. Esa es la postura que se impone, pero también le reprochan a Lifschitz la imposibilidad de realizar una primaria en la elección de constituyentes y lo «inoportuno» del tema, cuando la «crisis» del país es más trascendente.
La disconformidad es «no solo con los plazos, también con el método de elección, no podemos obviar el proceso de PASO, ¿en el peronismo cómo hacés? Eso genera una innumerable cantidad de conflictos», apuntó Rubeo, uno de los que ingresó un proyecto alternativo y se unió al oficialista. «Plantear la reforma en 40 días no es correcto, nosotros decimos 120 con 60 días más de prórroga. Yo estoy convencido de que (el gobernador) no lo logra de ninguna manera», cerró el ex presidente de la Cámara. Cavallero es el otro que presentó una iniciativa similar a la del Ejecutivo. El ex intendente de Rosario dice que el mandatario socialista comete una «falta de respeto» al requerir que la ley quede sancionada en mayo. «Tenemos que ir a las comisiones para que hagamos lo que quiere él, no le interesa la opinión de los tres proyectos», sentenció.
El rafaelino Roberto Mirabella, ladero del futuro precandidato a gobernador Omar Perotti, insiste con su propuesta de llamar a una «consulta popular» vinculante junto a las elecciones del año que viene. «Conmigo, del oficialismo nadie habla, con la coyuntura que vive el país y esta provincia, con la presión tarifaria que hay sobre los hogares, con el deterioro del poder adquisitivo, con los niveles de inseguridad que hay, el gobernador debería estar preocupado por esas cosas, por la realidad, y no por esta ilusión de seguir siendo gobernador», se quejó el vicepresidente de Diputados. El kirchnerista Leandro Busatto admitió que la reforma es «un hito importante», pero cree que es «muy poco atinado» que tenga «tan poco tiempo de discusión» y se lance «en un contexto de muchísima crisis». Lamentó, por otro lado, que el justicialismo no haya sido convocado «en tiempo y forma para discutirla».
Claudia Giaccone reconoció que todos los legisladores del PJ se manifiestan «reformistas», pero «no con los tiempos con los que nos apuran a sacarlo en este momento». La ex legisladora nacional se quejó de que «ni siquiera hay tiempo para una PASO» y cree además que «hay un montón de temas que pueden salir por ley, sin necesidad de una reforma». Giaccone entiende, por otro lado, que el «apuro» frentista se debe a la «reelección» y es un tema «muy importante como para que entre gallos y medianoche» sea aprobado.
Germán Baccarella le pegó al Frente Progresista, porque pretende sacar el proyecto «en un tratamiento exprés, sin discusión, sin participación plural de las comisiones para que llegue al recinto cuanto antes». Integrante de Unidad Ciudadana, calificó de «reforma del disenso y no del consenso» al proyecto del progresismo. Patricia Chialvo, por su parte, entiende que «no es el momento» para reformar dado los «problemas» que atraviesa el país. «Además de la envergadura que requiere, no coincidimos en los plazos, son demasiado ajustados», señaló. Por otro lado, Julio Eggiman dijo que un «tema de esta naturaleza no puede ser sometido a un trámite exprés. No puede ser resuelto con la velocidad como se pretende. No en este momento, hay tiempos exigidos, hay temas que merecen un debate muy profundo y otras se pueden resolver por ley, como el caso de la autonomía municipal, del que yo presenté un proyecto y está durmiendo el sueño de los justos en la comisión».
En tanto, Olga Coteluzzi es firmante del proyecto alternativo que presentó Rubeo y pedirá dictamen de minoría el miércoles en la Comisión de Asuntos Comunales, en disconformidad con la iniciativa de Lifschitz. Silvia Simoncini, finalmente, no respondió los llamados y mensajes que le envió este medio.