La Justicia procesó a Germán Lerche por administración fraudulenta en entre 2006 y 2013, cuando presidió el club sabalero, junto a otros tres dirigentes y a su contador. Venía de recibir una condena por evasión impositiva.
A tres meses de prestar declaración indagatoria, Germán Lerche fue procesado en el expediente que lo investiga por «administración fraudulenta» durante sus siete años de gestión como presidente de Colón. Lerche irá a juicio junto a otros tres ex compañeros de Comisión Directiva, los ex dirigentes Rubén Moncagata, Carlos Marín y Eduardo Maglianesi. La Justicia, además, procesó en su carácter de «partícipe principal de la defraudación por administración fraudulenta» a Miguel Angel Sikh, quien fuera el contador personal del ex titular sabalero. Lerche viene de ser condenado a dos años de prisión en suspenso por evasión impositiva.
El juez de Primera Instancia en lo Penal de la capital provincial, Darío Sánchez, firmó ayer el procesamiento por «administración fraudulenta» a Germán Lerche, quien fuera presidente de Colón durante siete años, entre 2006 y 2013. A su vez el juez procesó como «coautores de administración fraudulenta» a los ex directivos Rubén Moncagata, Carlos Marín y Eduardo Maglianesi. De esta manera, los procesados quedaron a las puertas del juicio, ocasión en la que se deberá determinar la responsabilidad de los hechos que se les imputa.
El ex presidente de Colón declaró en el expediente el pasado 2 de mayo, ocasión en la cual hinchas y barras se acercaron a Tribunales para escracharlo. Lerche dejó el club en 2013, cuando los socios tomaron la sede en forma pacífica, como reacción a una situación institucional y económica de Colón insostenible, desbordado de deudas y sin información a los socios respecto de cómo se administraba el dinero de la entidad.
En la investigación para llegar al procesamiento, la Justicia puso la atención en 21 actos de gestión sospechados de dañar las finanzas del club. Lerche tenía el hábito de cargas gastos a la tesorería sabalera con miles de pesos, desde el alquiler de un departamento en Puerto Madero, como así también erogaciones que no eran justificadas con la presentación de sus correspondientes facturas.
En esta lógica de administración que caracterizó la gestión de Lerche, su contador personal, Miguel Sikh, fue una pieza relevante. Sikh fue procesado como «partícipe principal de defraudación por administración fraudulenta» por los negocios financieros que hacía con la institución, en perjuicio de las arcas sabaleras. Es que con Lerche presidente, el club le cambió a Sikh 221 cheques por un monto nominal superior a los 10 millones de pesos. Estas operaciones financieras carecían de «comprobantes respaldatorios» y, según la declaración de una ex empleada del club, el contador devenido en financista de la institución cobró una tasa de interés que rondaba entre el «20 y 26 por ciento». «Lerche -había indicado la empleada- dio la orden de trabajar con Sikh», a quien presentó como «su contador personal».
Otra de las pericias que acompañan el expediente detectó que Colón vendió cheques por un monto total de 71 millones de pesos, los cuales tuvieron un costo financiero de más de diez millones de pesos «por no haber depositado los mismos en su cuenta corriente y esperado hasta fecha de cobro». ¿Dónde está esa plata? Esa es una de las preguntas que Lerche deberá dar cuando se lleve adelante el juicio.
La Justicia trabó embargos sobre los procesados por 100 mil pesos, al tiempo que en la resolución se apunta además que «no existe mérito para procesar, como tampoco para sobreseer, a Fernando Maglianesi y Pedro Eusebio», otros ex dirigentes de Colón.