La jueza Alejandra Rodenas le atribuyó el rol de organizador de la asociación ilícita y delitos conexos. Embargan sus bienes por $ 10 millones
Ramón Ezequiel Machuca, conocido como «Monchi Cantero» y uno de los líderes de la banda de Los Monos junto con su hermano de crianza Ariel «Guille» Cantero (preso en la cárcel de Rawson), fue procesado por la jueza Alejandra Rodenas como jefe de una asociación ilícita por la que 26 personas esperan juicio oral y otras once ya fueron condenadas en un proceso abreviado.
Monchi, de 33 años, fue atrapado el 6 de junio en la ciudad de Buenos Aires luego de tres años prófugo en los que apareció un par de veces en televisión y opinó sobre el accionar judicial contra la banda de Los Monos. Con escuchas telefónicas registradas durante 2013 como núcleo de la prueba, Machuca fue procesado por asociación ilícita agravada en carácter de jefe u organizador. La jueza también le atribuyó delitos conexos como atentado contra la autoridad agravado, amenazas coactivas, tenencia de arma de guerra y encubrimiento agravado, al tiempo que ordenó trabar embargo sobre su bienes por diez millones de pesos.
En la misma resolución también fue procesado Mariano Germán Salomón como miembro de la asociación ilícita por la cual quedan tres prófugos.
Imputaciones. Entre los hechos que le endilgaron, Monchi fue acusado de organizar un piquete «en represalia» por la renuencia del entonces jefe de la comisaría 15ª a excarcelar a un miembro de la banda. Ese día convocó a medios de prensa para quejarse de que no le tomaban la denuncia a una mujer y le pidió a un cómplice que le pagara para armar una historia. «Tirale una moneda, dale dos lucas a la minita», le dijo a su allegado, lo que fue captado en el celular de Monchi a las 10.33 del 22 de mayo de 2013. Por ese incidente fue imputado de atentado contra la autoridad agravado.
Dos días antes de ese piquete fue captado este diálogo entre Monchi y el entonces jefe de la 15ª, Angel Albano Avaca, porque «no quería hacerse cargo» de la liberación del «Negro» Cristian González: «Ayer me apagaste la radio. Me tenés que llamar, ¿si no para qué te estoy pagando? Me tenés que atender o le tenés que dejar la radio a alguien. Sabés cómo es, sos un tipo grande», reprochó Machuca. Avaca respondió: «Me parece que estás equivocado. ¿Te pensás que voy a trabajar los domingos también? Y si no controlás a tu gente pasan estos problemas y vos también estás en falta».
Amenazas. También le atribuyeron a Machuca, cuando se realizaron 30 allanamientos en los barrios Las Flores, La Granada y 17 de Agosto en busca de los Cantero, haber llamado con su Nextel a Mariano Ruiz (condenado como financista de la banda) para que contactara al comisario Cristián Floiger, entonces jefe de Inteligencia de Drogas Peligrosas, para que le solucionara un problema. Monchi decía que le habían plantado droga a su madre de crianza, Celestina Contreras, y no lo iba a permitir. «Decile que lo tengo bien grabado y que ya le di los videos al abogado. Que no la embagallen a la Cele porque vamos todos en cana. Que llame al ministro de Seguridad o al que lo manda a él. Que toque al que tenga que tocar, al jefe de policía, a todos».
Cinco minutos después Ruiz le dijo que se comunicó con «Sergio» (Blanche, uno de los policías imputados en el expediente). «Luciano (Ramos, imputado) enganchó al secretario del de Dorrego y le va a decir que lo ubique al otro tipo». Y Monchi le contestó: «El Tiburón (por el policía Juan Dalmastro que entonces en la ex Drogas Peligrosas) me dijo que Floiger nos entregó». En este caso Monchi fue imputado de amenazas coactivas agravadas.
Encubrimiento. También fue acusado de haber intercambiado información por teléfono con Cristian Hernán Bustos, miembro de la banda, sobre la ubicación de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) en Oroño y Lamadrid a las 19.21 del 10 de mayo de 2013. Además hablaron sobre la presencia de policías en casa de Bustos en un contacto del 28 de mayo. También dialogaron sobre los efectivos apostados en Batlle y Ordóñez y Oroño a las 19.49 del 29 de mayo con la intención de eludir investigaciones. Por ello fue imputado de encubrimiento agravado.
Además le endilgaron recibir información de Dalmastro, que el 9 de mayo le anticipó allanamientos de la entonces Brigada de Investigaciones. A las 22.25 de ese día, el policía le avisó a Monchi que al día siguiente habría «15 allanamientos». Luego Machuca se comunica con Abraham (Lescano, otro policía imputado) quien le dijo: «Mañana arrancamos a las 6, hay como doce órdenes». «¿Para el lado de nosotros no?», preguntó Monchi. «Tablada, para ese lado. Igual, si veo que encaran para aquel lado te aviso», contesta Dalmastro, condenado por habilitar un ataque en la que murió la adolescente Lourdes Cantero.
Otra escucha sitúa a Machuca hablando a las 14.55 del 14 de mayo con el policía Juan José Raffo,otro procesado como miembro de la asociación, para que averiguara el domicilio de Cristian Romero, entonces jefe de la División Judiciales. Según la imputación, Raffo se comprometió a hacerlo a cambio de pagos previos. Por esto Monchi fue acusado de encubrimiento agravado.
Confites. Otra evidencia que ponderó Rodenas para procesar a Machuca tiene que ver con armas. En una escucha del 21 de mayo de 2013, Machuca le pidió a Mariano Ruiz que le compre «un par de cajas de confites» (balas o municiones), de «novillos» (en alusión al calibre 9 milímetros), de «38 años tiene el pibe este» (por el calibre 38) y «el otro tiene 22» (calibre 22). Ruiz llama después a Monchi, le dice que tiene «los paquetitos» y acuerdan su entrega.
Otra escucha sobre ese tema se captó un día después cuando el policía apodado Tiburón le pregunta a Machuca «si le presta una herramienta y Monchi le dice que sí». Y el 28 de mayo, a las 11.05, Machuca le dice a Ruiz que necesitaba «un cargador de Thunder Bersa de 17, y comprame confites de 9. Después comprame dos de 4 y medio (en referencia al calibre 45) y dos de 40.
Autos. También le endilgaron a Machuca haberse contactado, a las 9.26 del 29 de mayo de 2013, con Ruiz, quien le anticipó que al día siguiente la sección Sustracción Automotores de la policía haría un procedimiento en la cochera de pasaje Blanco 6160, perteneciente a Guille, donde había dos autos de miembros de Los Monos. «Hablé con Pipa de Automotores (el subcomisario Guillermo Cardini, otro procesado) y me dijo que entre mañana y pasado va a haber ruido. Mañana más seguro, pero por ahí pasado», le dijo Ruiz al Monchi. Tras enterarse del operativo, Guille mandó a sacar a los vehículos.
Para Rodenas ese incidente «implica una conducta encubridora de Machuca». Y su mención «es también reveladora de la jefatura de éste y de la coexistencia de dicha jefatura con otras dentro de la banda».
Testigo. Rodenas también ponderó la declaración de un testigo de identidad reservada que describió la estructura de Los Monos. «Los Cantero manejaban los barrios La Granada, Las Flores y 17 de Agosto. Allí no entraba ni la policía, tenían un control absoluto ahí. Además manejaban los remises truchos que trabajaban en el casino y el estacionamiento, y tenían quioscos en la República de la Sexta, en La Lata, en La Mandarina».
Sobre Machuca, el testigo dijo «era un chico de la calle de esa zona y los Cantero se lo llevaron a vivir con ellos. El Ariel y la Cele lo quieren como un hijo. El Pájaro lo quería pero después le empezó a desconfiar. A Monchi le intentaban sacar la mayor cantidad de plata posible para que no crezca y Guille no lo quería. La relación entre Monchi y Guille era mala».