Walter Rodríguez apeló el fallo de Marcelo Bailaque, que beneficiaba al ex funcionario nacional y a su esposa. Préstamos sin base respaldatoria e inversiones que no cierran por el ingreso del ex titular de Puertos durante el kirchnerismo.
El Fiscal Federal de Santa Fe, Walter Rodríguez, apeló este lunes la falta de mérito que dictó el pasado 28 de octubre el juez Marcelo Bailaque, que benefició a Ricardo Luján y su esposa, Cloe Imhof, en una causa por presunto enriquecimiento ilícito del ex Subsecretario de Puertos y Vías Navegables de la nación, entre 2l 2006 y el 2012, debajo del ala del ministerio de Planificación, en ese entonces, a cargo de Julio de Vido.
La causa contra Luján se abrió hace 4 años por la denuncia de Juan Carlos Pinget, un santafesino que denunció el crecimiento patrimonial de Luján y su esposa, que no se correspondía con los ingresos como funcionario. A pesar de muchas vicisitudes, el Fiscal pudo avanzar con mucha información patrimonial brindada por distintos organismos estatales, nacionales y provinciales. Verificó que Luján adquirió bienes, entre ellos un viñedo, a través de transacciones poco claras, no declaradas oficialmente y apelando a “créditos” con conocidos o mutuales para llevar a cabo esas inversiones. Todo ello fue ventilado en Zona Crítica el pasado 16 de julio de 2018, cuando el fiscal pidió su indagatoria.
Luján, que fue concejal de la ciudad de Santa Fe antes de ir a trabajar a la Nación de la mano del “moyanismo”, como él aclaraba en privado, tuvo un crecimiento patrimonial que no pudo justificar estimado en 2.600.000 pesos aproximadamente, según los informes oficiales.
“Causa agravio que el órgano judicial haya omitido realizar una visión integral de la prueba, despreciando aquella que le hubiese permitido clasificar, registrar, presentar e interpretar los datos relativos a los hechos y actos económicos y financieros, y renunciando a toda consideración acerca de información histórica y predictiva útil para la toma de decisiones”, señala Rodríguez en las expresiones de agravios, en respuesta al auto de falta de mérito. Señala como ejemplo la compra de un inmueble en calle Obispo Gelabert al 2.500 de Santa Fe, por parte de Cleo Imhof, en 2008. Según los imputados el bien fue adquirido gracias a un contrato mutuo suscripto por la suma de 110 mil pesos y celebrado con Orlando Barquín, utilizando el mecanismo de garantía con derecho real de la hipoteca. Sin embargo, un relevamiento de la Afip entre el 2008 y el 2013 no se detecta que Barquín haya incluido el crédito a favor en sus declaraciones juradas. El Fiscal sospecha que Imhof y Lujan , con la participación de Barquín, simularon tomar un crédito con el objetivo de fingir una fuente legítima de dinero que permita justificar el ingreso del inmueble al patrimonio. Según los cálculos que realizó a fiscalía, ésos 110 mil pesos hoy equivaldrían a $ 1.750.000 aproximadamente.
ORLANDO BARQUÍN. Para la Fiscalía Federal prestaba su nombre para ocultar el crecimiento patrimonial de Luján. Safó de la indagatoria por poco.
Otra situación que Rodríguez señala, y que no fue considerada, es la relativa a la venta de una porción de un inmueble ubicado en barrio Roma de Santa Fe. En el 2011, Cleo Imhof vendió una porción de ese terreno a una persona llamada Néstor Hartman, por la suma de $ 495.000. Hartman se encontraba dentro de la nómina salarial de Orlando Barquín, con sueldos totales que rondaban los $ 17.000 en los años 2010 y 2011. Hartman, que además tenía un monotributo categoría H tuvo acreditaciones por poco más de $ 51.000 en 2011, lo que hace interpretar que de ningún modo tenía dinero para la compra del inmueble, o un aparte de él, como fue el caso. Ese medio millón de pesos que utilizó Hartman – que están bajo sospecha – representan hoy caso 4 millones y medio de pesos de acuerdo a la proyección del IPC de todo el tiempo transcurrido.
En marzo de 2012, Luis Barraud le vendió a Luján y a su esposa la totalidad de un viñedo por $ 1.100.000. La operación no se registró en la Afip , ya que Viñedos la Chimba SA (ésa denominación la adopta después) informó al organismo de recaudación por última vez en 2011, siendo que ante el cambio societario debió haberlo hecho en tiempo y forma. Para justificar dicha compra, Lujan dijo que recibió una donación del CUIT 27201803484, que le pertenece a Imhof, su esposa. Una situación realmente insólita. Si se actualiza el monto de aquella inversión, que fuera de $ 1.100.000, hoy se estaría hablando de un monto cercano a los $8.000.000.
En su apelación el fiscal destaca que Barquín y Hartman tienen una estrecha relación de confianza con Luján y que por eso “prestaron sus nombres en acciones carentes de veracidad, tendientes a ocultar el aumento del patrimonio del investigado, sabiendo que estaba en la gestión pública”. Señala como ejemplo la compra de una lancha y un motor de gran porte entre todos, en los meses de noviembre y diciembre de 2009.
Tampoco tuvo en cuenta el juez Bailaque un préstamo de $ 152.000 de la Unión Provincial de Asociación Mutual, de enero de 2013. La plata ingresó casi inmediatamente en la cuenta de Lujan en el Banco Santander Río. Pero en marzo de 2014, se afectó a la mutual la suma de $ 114.000 por parte del ex funcionario. La maniobra es tan sospechosa que el mismo fiscal se pregunta para qué es necesario sacar un crédito por ese monto a pagar en 36 cuotas si se realizará casi una cancelación al año y medio. La sospecha es que Luján debió sacar el crédito para comprar un Jeep Grand Cherokee atento a que no podría justificar legalmente su patrimonio para hacerlo, y por ello necesitó de la maniobra del préstamo para la adquisición.
H.M.G