Para el director provincial de Reforma Política y Constitucional, el cambio en la modalidad de sufragio no debe ser el único eje de una reforma. Cuestionamientos al voto electrónico y argumentos para mantener el sistema provincial.
“Una reforma política y electoral debe centrarse en especificar los problemas que se desea resolver y luego buscar los instrumentos adecuados para solucionarlos”, argumentó el funcionario provincial. Foto: Mauricio Garín
Pocas horas después de concluidos los comicios generales del 22 de octubre y ya conocidos los resultados favorables para Cambiemos en buena parte del país, el presidente Mauricio Macri consideró necesario volver a poner sobre la mesa la discusión con gobernadores y autoridades sobre el voto electrónico. Y tildó el sistema actual de “arcaico”, “espantoso” y que “facilita la trampa”.
En ese marco, El Litoral inició una serie de consultas con expertos de diferentes ámbitos y recogió opiniones que aportan al debate y trascienden el aspecto quizá más comprometido como es el uso de la tecnología para sufragar, para evaluar los aspectos que deberían considerarse en una reforma electoral.
Oscar Blando, director provincial de Reforma Política y Constitucional, fue una de las fuentes consultadas por este diario para analizar la conveniencia o no, por un lado, de una reforma electoral a nivel nacional, y por el otro, de la utilización del voto electrónico.
– ¿Está de acuerdo en que es necesaria una reforma electoral? Además del modo de votación, ¿qué otros cambios deberían ser contemplados?
– Una reforma política y electoral debe centrarse en especificar los problemas que se desea resolver y luego buscar los instrumentos adecuados para solucionarlos. Y no a la inversa. Un proceso reformador debiera comenzar por hacerse estas preguntas:“por qué la reforma” (identificar lo que no funciona); “para qué la reforma” (cuáles son sus objetivos); “qué reformar” (que incluya coherencia en la reforma); y por último identificar y evaluar (antes y no después) los efectos positivos y especialmente negativos o no queridos de una reforma.
En ese sentido, la reforma al sistema de votación, boletas múltiples/boleta única (cómo se vota) si bien es importante no debe ser el único eje de la reforma a nivel nacional. Debiera encararse el “núcleo duro” de una discusión postergada en Argentina: el financiamiento de la política y de los partidos que incluye más y mejores mecanismos de transparencia, efectivos instrumentos de controles públicos y sociales, rendición de cuentas verdaderos y accesibles y dispositivos sancionatorios
Pero también tratar temas como los sistemas de partidos y alianzas, los regímenes electorales propiamente dichos que traducen la voluntad popular de los votos a los escaños, el problema de la sub o sobre representación, la paridad de género, eliminar las listas colectoras, espejos, lemas a nivel nacional y el tema de los organismos electorales. Es decir, de cómo y quiénes deben diseñar, organizar, administrar, gestionar y resolver las controversias en la competencia electoral. Es de lo que se ocupa la denominada gobernanza electoral, que trata de administrar la incertidumbre y la desconfianza electoral mediante reglas consensuadas, previsibles y equitativas.
– La propuesta del gobierno nacional es ir al sistema de voto electrónico. ¿Qué opina de ese mecanismo? ¿Cuáles son sus principales ventajas y desventajas?
– El voto electrónico, que el gobierno del PRO ha denominado y edulcorado con la marca comercial “boleta única electrónica”, es un sistema en retroceso en el mundo. Muy pocos países lo tienen: el mundo desarrollado -Gran Bretaña, Irlanda, Holanda, Israel, Alemania y los países nórdicos (Suecia, Finlandia, Noruega)- lo han ido abandonando. Muy pocos países lo conservan: Brasil, India y Venezuela. El voto electrónico no es el futuro ni lo moderno. El mundo entero, salvo excepciones, vota con boleta única como en Santa Fe, aunque puedan tener distintos diseños.
Quienes defienden el voto electrónico pueden argumentar algunas de las ventajas que tiene la boleta única de papel: evita el robo y el negocio de la impresión de boletas, el trato igualitario de los competidores, etc. Pero el voto electrónico no sólo es vulnerable y hackeable como se demostró en CABA y lo han demostrado los países desarrollados del mundo, sino que puede afectar tres principios fundamentales de la democracia electoral: el secreto del voto (la posibilidad de que pueda conocerse el sufragio del elector), la integridad del voto (posibilidad de que se distorsione la voluntad popular) y la transparencia (el voto electrónico no es auditable para ciudadanos, partidos o fiscales). El voto electrónico es el único sistema que permite realizar fraude a gran escala.
La boleta única en Santa Fe ha tenido reconocido éxito a nivel ciudadano e institucional: fue medido y la ciudadanía apoya el sistema con valores superiores al 90% de las preferencias e instituciones internacionales como el Observatorio de la OEA, nacionales como CIPPEC, Fundación Vía Libre, especialistas, informáticos la avalan y elogian. La Cámara Nacional Electoral que apoya la boleta única y la recientemente designada directora de Transparencia Internacional, la argentina Delia Ferreira Rubio dijo que “Santa Fe es un ejemplo en el mundo en la utilización de la boleta única”.
– ¿Sería oportuno ensayar el voto electrónico en Santa Fe? ¿Es preferible mantener el sistema de boleta única papel? ¿Hace falta introducir algún cambio en el sistema de votación santafesino?
– El gobierno de Santa Fe sostiene y mantiene la boleta única. Desde luego, siempre hay cuestiones para mejorar. Y lo hacemos. En 2015 tuvimos inconvenientes por los errores en el llenado de las actas en el escrutinio de mesa y en la transmisión de resultados con el obsoleto fax. Así, a través de la Secretaría de Tecnología para la Gestión y la Dirección de Reforma Política y Constitucional nos propusimos utilizar como prueba piloto tecnología en las fases finales del proceso electoral poniendo a prueba un sistema que automatiza la confección de los documentos del escrutinio en la mesa y su transmisión al centro de cómputos. Esta experiencia permite asistir a la autoridad de mesa en el recuento de votos evitando errores en la confección de los documentos (actas de escrutinio, certificados a fiscales y telegramas de escrutinio para los centro de cómputos). A su vez, usando un dispositivo celular para el envío de telegramas se agiliza el trámite y se solucionan los inconvenientes que ocasiona el fax. Este sistema se aplicó exitosamente en las Paso y en las generales 2017 en las localidades de Rincón y Roldán y contó con la Auditoría de la Cámara Nacional Electoral y el acompañamiento y evaluación de resultados del Centro de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec).
Boleta única papel
En cuanto a las fallas que se le atribuyen a la boleta única que se utiliza en la provincia de Santa Fe, Oscar Blando consideró necesario aclarar dos aspectos:
– Se dice que se puede tergiversar el resultado con tildes en las boletas anulando el voto para perjudicar a una lista: “Esto requeriría de complicidades de muchos pero además es empíricamente falso. Según evaluaciones de la UNR y Cippec en 2011 y 2013, más del 60% de esos votos anulados lo eran porque no se hacía marca alguna, lo que se entendía como un intento de votar en blanco y no de anular el voto. Por eso, eliminamos el casillero del voto en blanco”.
– En 2017 el aumento del voto nulo, como en otras elecciones, ocurrió en las Paso y no en las generales: “El ejemplo es Rosario: hubo un 9,56% de votos nulos y en las generales un 3,92%. Es decir, el problema fue la multiplicidad de ofertas electorales y ese es un problema de las Paso y no de la boleta única. Pero además, como fue evaluado por nuestra Dirección y la UNR, casi la mitad del voto nulo se debió a la anulación voluntaria: tachas, dibujos, leyendas”.
Libro
En pocos días, Oscar Blando presentará en Santa Fe el libro “Reforma política en Argentina. Un debate democrático pendiente” publicado por UNR Editora y presentado ya en la ciudad de Rosario. Blando tuvo a su cargo la compilación e introducción, además de un par de textos como autor. La obra contiene los principales temas de debate actual de la reforma política a nivel nacional y provincial, e incluye trabajos de investigadores, docentes, funcionarios judiciales y políticos nacionales, y de las provincias de Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires.