Barack Obama irá con flores para el monumento a José Martí en la emblemática Plaza de la Revolución donde lo seguirán con sus miradas siempre atentas el Che Guevara y Camilo Cienfuegos desde sus efigies en hierro colgadas allí. Un momento más tarde se encuentra frente a frente con Raúl Castro y allí habrá que ver qué nos dicen los gestos de la escenificación. El pueblo cubano espera señales que les aseguren que sus vidas tendrán mejoras y que ya no va a haber marcha atrás. Lo tratarán de ver en los ojos de ambos mandatarios y en las palabras que expresarán al mediodía en una conferencia de prensa.
Por lo pronto, Obama viene con algo muy simple pero que podría traer mucha alegría a los once millones de cubanos. Va a anunciar que Google está dispuesta a mejorar las comunicaciones para acceder a Internet, algo que por ahora es casi imposible o extremadamente caro.
Por su parte, Cuba va a presionar para obtener concesiones del proteccionismo estadounidense. El director del Instituto de Inmunología Molecular –un orgullo nacional-, Agustín Lage, habló ayer de las patentes de medicinas contra el cáncer y otras enfermedades que tiene Cuba y que no se reconocen en Estados Unidos. La biotecnología podría ser un buen primer paso para ir a otros mercados. El resto va a ir por cuenta de los empresarios estadounidenses que están desesperados por invertir en este mercado virgen.
Algo de todo eso se meterá en la conversación de los dos presidentes que tienen que definir cómo seguirá este deshielo desde el punto de vista político. En la televisión cubana no dejan de repetir que no se hará ninguna concesión, que la revolución sigue digna y de pie sin moverse un ápice. El canciller Rodríguez lo repitió hace dos días ante la prensa de todo el mundo. Pero no hay nadie en Cuba que hoy realmente pueda resistirse a seguir el camino que Castro y Obama emprendieron en diciembre de 2014.
A la noche volverán a encontrarse en una inusual cena protocolar. Anoche, los Obama cenaron en el paladar San Francisco de la Habana Central, uno de los 10.000 emprendimientos de ese tipo que se desarrollaron en los últimos años y que son un buen ejemplo de cómo se podría seguir avanzando hasta conseguir lo que acá en Cuba llaman “una clase media socialista”.