La Marcha Federal Universitaria, que se realizó en todo el país, tuvo en la ciudad de Santa Fe su epicentro en el Rectorado de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), por bulevar Pellegrini 2750. En la calle frente al histórico edificio -y en cuadras aledañas por San Jerónimo y 9 de Julio- se concentró una multitud de santafesinos «en defensa de la universidad pública argentina», tal cual rezaba la consigna de convocatoria en todo el territorio nacional.
Estudiantes, docentes, profesionales, trabajadores, familias con niños, políticos, autoridades y dirigentes de distinta extracción partidaria se dieron cita para participar del acto convocado en la UNL, a las 17. Horas antes había cesado de llover, lo que colaboró para que la manifestación fuera masiva en la ciudad.
La UNL invitó a ir al acto con banderas argentinas. A la convocatoria formal se fueron sumando luego gremios docentes, no docentes y agrupaciones estudiantiles que se habían reunido previamente en la Facultad de Ingeniería Química (FIQ), y marcharon durante unas cuadras para converger en el Rectorado. Le imprimieron ritmo a la marcha con sus bombos, al llegar.
Multitudinarias marchas universitarias en todo el país
Las columnas que iban llegando portaban carteles con frases en defensa de la universidad y también algunos en contra el Gobierno nacional, aunque todo se desarrolló en un clima pacífico y sin sobresaltos, a pesar de la impresionante muchedumbre. «Invertir en un futuro no debe ser la variable de ajuste», «La educación no se negocia», «Se escribe UNL y se lee pública, gratuita y de calidad», eran algunas leyendas que se leían en las pancartas. Algunos manifestantes fueron con libros -de Freire, de Sábato, de la Constitución Nacional- dado que era la propuesta se había lanzado en Buenos Aires
Las tres universidades unidas
En el palco principal, hablaron antes del acto, Enrique Mammarella, rector de la UNL; Eduardo Donnet, decano de la UTN Santa Fe; y Guillermo Kerz, vicedecano de la Universidad Católica de Santa Fe.
El rector de la UNL valoró la presencia de autoridades de las tres universidades en el acto. Y se expresó luego de que este martes el Gobierno nacional asegurara que la discusión sobre el presupuesto destinado a las universidades está saldada. «Hace un día enviaron una nota invitándonos a sentarnos al día 30 (de abril) y antes de que eso ocurra están diciendo que la discusión está saldada. Entendemos que no está saldada. Queremos poder discutir y gestionar las universidades nacionales, queremos preocuparnos por el futuro de nuestro país y no estar peleando los recursos», manifestó Mammarella en plena marcha.
Por su parte, Donnet indicó: «Acá ha logrado confluir un montón de gente que no solamente está en las aulas. La sociedad en su conjunto demuestra que la universidad es un valor que los argentinos debemos conservar, que no lo debemos romper, al contrario, que es parte de la solución al problema».
Kerz, en tanto, fundamentó el apoyo de la universidad privada a la marcha en defensa de lo público. «El tema acá es la educación y esta excede todos los sistemas. Me parece que la educación de gestión estatal es de calidad y hay que mantenerla, por eso venimos como Universidad Católica a expresarnos en forma solidaria», destacó.
Documento unificado
El acto central fue simple pero emotivo. Se entonó el Himno Nacional y se dio lectura al documento nacional unificado elaborado por el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), los representantes de los gremios docentes, no docentes, y la Federación Universitaria Argentina (FUA). Lo leyeron por párrafos varios referentes de la universidad, la ciencia, los estudiantes y gremios. Al protocolo lo iba guiando una estudiante universitaria.
El documento de 12 puntos exige al Gobierno nacional los fondos suficientes para el sostenimiento de las casas de estudio en todo el país, y asegura que «la universidad pública argentina en general, y en Santa Fe en particular, atraviesa un período crítico como consecuencia de las políticas implementadas por el gobierno nacional».
Tras defender que «las universidades públicas son uno de los motores de la democracia, la producción y los lazos sociales», el documento aduce que las casas de estudio atraviesan un «fuerte ajuste», que hace difícil que puedan funcionar: «mantener edificios, realizar obras, sostener programas de becas, residencias y comedores, incentivar el desarrollo científico, financiar hospitales, laboratorios y proyectos de investigación, y pagar servicios básicos, alquileres, seguros y la protección de sus sedes».
También menciona que el salario de las trabajadoras y trabajadores «ha perdido 50% respecto de la inflación». Por esto, el documento reivindica las paritarias, los convenios colectivos de trabajo, exige salarios dignos y la restitución del Fonid.
En otra parte, reivindica a «nuestras científicas y científicos» que «son desprestigiados respecto de la calidad de sus trabajos» y subraya que «la ciencia y la tecnología forman parte de la Universidad Pública, ya que la investigación es uno de sus pilares».
«Creemos fervientemente en la capacidad igualadora de la educación pública y gratuita, reconociendo el poder transformador de la Universidad como una herramienta fundamental de movilidad social ascendente», dice el texto entre sus párrafos finales. Para cerrar el acto, se invitó a realizar un «abrazo» al que está al lado, como forma simbólica de defensa de la universidad.