En varias causas federales y provinciales es señalado como el enlace con los vendedores regionales de drogas. Pasado asociado a Vicente Pignata y luego al tándem Melgarejo – Casco. Negocios privados imposible de justificar. En Asuntos Internos está híper denunciado, pero el largo brazo de la justicia no lo alcanzó, todavía.
Todo el mundo narco local conoce a Martín. Todos se cuidan de mencionarlo en las charlas telefónicas, pero es imposible. Su nombre estuvo omnipresente en los últimos años, sobre todo el lustro más reciente. Sindicado como coordinador policial del negocio de la droga en la región, se las ingenió para ocupar lugares importantes en las agencias antidrogas o de investigaciones dentro de la fuerza. De trato diario con los jefes provinciales y de fuerzas federales supo ganarse un nombre, una referencia, el tipo al que había que tocar para empezar a vender en los barrios. Experto en tiro, tuvo un paso intenso por las gestiones del Frente Progresista, sobre todo la de Antonio Bonfatti y de Marcelo Saín, como ministro de Seguridad. Conocedor de la calle como pocos, es un pesquisa de primera línea, tal vez uno de los mejores en el rubro, pero creció “torcido”, como le confió hace poco a un novato agente del área de investigaciones. Y decidió juagar del lado equivocado. Seguro, para él, el bando del crimen no representa un examen de conciencia.
Las denuncias que pesan sobre Martín en la justicia lo sindican como un gran articulador de distintos dueños del rubro delictivo en la zona, desde haber sido el principal alfil y protector de Vicente Pignata en toda la provincia hasta la entrada en desgracia del narco, que aún sigue prófugo de la Justicia. Se lo sindicó como el enlace del tráfico de drogas entre Reconquista y Santa Fe hasta que uno de sus hombres de confianza cayó preso en una causa federal en 2016, el “Pelado” Gustavo Gribaldo, un numerario de la vieja AUE (Agrupación de Unidades Especiales de la URI), ambos, Martín y Gribaldo, le movían la cocaína a Pignata por el corredor de la ruta 11. En las escuchas telefónicas se menciona su nombre muy frecuentemente. Los pesquisas que investigaron a la banda en 2016 – de la subdelegación de la Policía Federal en Reconquista – no profundizaron en ese nombre, que muchas veces –sospecharon- era reemplazado con el apodo de “Patrón”. La fiscal que intervino en la causa, Viviana Bruno Campaña, giró esa parte del expediente a Santa Fe y notificó al Ministerio de seguridad sobre el tema, ya que dos integrantes de la banda narco que traficaba desde Reconquista eran policías de la AUE de la URI. “Gribaldo decidió perder solo y no involucrar a Martín en esa causa a cambio de sostener a la familia durante el tiempo en prisión”, dijo un oficial de la vieja Drogas Peligrosas en una entrevista reservada realizada hace dos años en sede administrativa del Ministerio de seguridad. Esa misma fuente informó que Martín construyó luego un vínculo fuerte con Lorena Melgarejo, con quien además habría tenido una relación sentimental, lo que generó un encono con el “Tuerto” Casco por lo menos por un tiempo.
Martín generó un aura de protección que casi nadie le discute entre los “torcidos” de la fuerza. Suele reunirse en la vía pública con narcos barriales, a veces llega en una chata 4×4 y otras en otros autos, a los que- dicen – puso a nombre de su esposa. En el barrio de Guadalupe los vecinos se preguntan como “Martín” fue capaz de tener tanto en tan poco tiempo. Él se jacta de sus dólares en tiempos de escases del billete verde. Hasta el año pasado estaba a cargo de una flota de taxis, hecho denunciado en la justicia provincial, como otras “gestiones especiales” que suele emprender Martín. En abril pasado, dos mujeres santafesinas detenidas por narcotráfico en la cárcel e Ezeiza conversaron largamente sobre el rol de Martín y de un tal “Gaucho” – que sería un policía retirado de la fuerza conocedor del tema, un veterano capaz de dar buenos concejos a lo que se inician y a los que quieren ampliar el negocio narco -. Una de ellas está presa por venderle cocaína en Nuevo Horizonte a Lorena Melgarejo, Carina González. La otra, es la Curandera Vanesa Saravia, que llegó en mayo a Ezeiza luego de un paso accidentado en la cárcel de Rosario. Ambas ubicaron a Martín como un contacto importante, aunque destacan que “ya no está en el lugar clave de antes”. Nada se sabe aún de cómo fue el recibimiento que las santafesinas le dieron a Lorena Melgarejo en el penal, donde llegó hace 10 días, luego de ser detenida junto al “Pulga” Casco en un hotel de la ciudad de Resistencia en el que se registraban con frecuencia con dos nombres falsos: Vanina Lorena Rego y Cristian Eduardo Torres.
Martín era la pata policial del tándem detenido. Prueba de ella son los mensajes que cruzaron Carina Gonzáles y Lorena Melgarejo en enero de 2021 (ya estaba prófuga la pareja) en dónde Melgarejo le reenvía mensajes de Martín donde el policía le dice que limpien todo los lugares de venta en el barrio porque él había visto un oficio judicial que había llegado a la Brigada de drogas en donde se pedían allanamientos. Roxana Carina en un momento de los mensajes de whastapp con Lorena tranquiliza la situación: “ya saqué todo”. La gestión de Martín evitó un mal mayor en ese entonces. No duró mucho, apenas un tiempo más tarde González, su hija y su esposo, Claudio “La Chancha” Cardoso, fueron detenidos por la policía federal delegación Santa Fe. La hija del matrimonio estaba entonces de novia con un hijo del “Coco” Luis Bergallo, el ex candidato a concejal por el PJ que fue detenido en 2017 por Prefectura en la Nueva Tablada. Cardoso siempre tuvo terminal en la delegación local de los “Federicos”. Sus hombres en la fuerza eran Cristian Pablo Bogetti, Darío Alberto Duarte y Lucas Leonel Bustos. Todos fueron detenidos por la justicia federal en una causa que dirigió el Fiscal Gustavo Onel. Una filmación casera de los tres federales entrando a la casa de Cardoso en calle Damianovich los mostraba en situación de amigos, cuando ellos debían investigar si “La Chancha” era el ladero principal del Pulga Casco. El video llegó a Asuntos Internos de la Federal en el comando central de Buenos Aires y el propio Comisario Roncaglia, entonces a cargo de la PFA hizo la presentación penal. Algunas fuentes señalan a Martín como el autor de la maniobra para sacar del territorio a los federales. Una versión para nada descabellada.
Mientras los barrios del noroeste de la ciudad capital se desangran al sur y al norte de la Avenida Teniente Loza, mientras los chicos pierden como moscas bajo las balas del narco o la tentación económica del negocio, mientras más casas son desapoderadas de sus dueños por los sicarios de los grandes vendedores para acopiar mercadería y armas, mientras más dólares engordan los bolsillos de los empresarios de la muerte, mientras más se consolida la demanda; Martín sigue. Por ahora, intocable.
Autor: H.M.G (contacto@zonacriticaonline.com)