Fue indagado por dos juezas. Se negó a declarar como jefe de Los Monos y se desvinculó del crimen de Lourdes Cantero.
Ramón Machuca, más conocido como «Monchi Cantero», caminó por primera vez por los pasillos de Tribunales en calidad de acusado. Luego de permanecer tres años prófugo, sin privarse de apariciones televisivas para opinar sobre el accionar judicial contra la banda de Los Monos, ayer dejó el rol de espectador y se sentó como imputado frente a dos juezas y un fiscal. Lo indagaron como jefe de una organización ilícita por la que 26 personas esperan juicio oral. Y también por instigar el crimen de una nena en la balacera a un búnker de drogas. Guardó silencio en la primera causa, se dijo inocente en la otra y el viernes deberá ser llevado nuevamente al edificio de Balcarce al 1600 para responder por otras cuatro muertes.
Monchi tiene 33 años y fue atrapado el lunes en la Capital Federal. El martes lo trajeron a Rosario en medio de un operativo hollywoodense, el mismo que rodeó ayer a la mañana su traslado a Tribunales, donde dos juezas del viejo sistema penal lo esperaban para interrogarlo. Un helicóptero, custodios encapuchados y con chalecos antibalas, camionetas policiales en fila y una veintena de agentes acordonados anunciaron la llegada de Machuca a la alcaidía del subsuelo, con ingreso por Moreno y Montevideo.
Mientras el hijo de crianza de la familia Cantero estuvo dentro del edificio, el tránsito por calle Moreno se cortó a la altura de Pellegrini. Allí se apostaron un vehículo de la Policía de Seguridad Vial y otra columna de uniformados que, sumados a los móviles de televisión, revelaban que Monchi había llegado al fin a su demorada cita con la Justicia rosarina.
Primera cita. A las 9 fue conducido por un ascensor interno al juzgado de Instrucción a cargo de Alejandra Rodenas, quien administra causas previas a la reforma penal de febrero de 2014. En ese juzgado continúa en trámite la causa aún impune por el crimen de Martín «Fantasma» Paz, asesinado en septiembre de 2012. De ese expediente se desprendió la investigación a la banda de Los Monos. Una causa con 11 personas ya condenadas en un juicio abreviado y otras 26 a la espera de un juicio oral por integrar una asociación ilícita dedicada a cometer todo tipo de delitos. Se desconoce aún si, en caso de ser procesado, Machuca llegará con el resto de los imputados al debate oral o su caso se instrumentará en otro momento.
Con escuchas telefónicas como núcleo de la prueba, Machuca tenía pedido de captura como uno de los jefes de la banda de Los Monos junto a su hermano de crianza Ariel «Guille» Cantero (preso en la cárcel de Rawson) y a su padre adoptivo, Máximo Ariel «El viejo» Cantero (alojado en el penal de Piñero). En ese marco Rodenas lo indagó por asociación ilícita agravada en carácter de jefe u organizador, además de una serie de delitos conexos como atentado a la autoridad, amenazas coactivas, tenencia de arma de guerra y encubrimiento (ver página 35).
La imputación fue extensa: a lo largo de siete fojas se detallaron el delito principal, que prevé de 5 a 10 años de pena, y las figuras conexas. Monchi se abstuvo de hablar: «Por el momento no voy a declarar. Más adelante sí», dijo. Luego el fiscal Gonzalo Fernández Bussy solicitó que quede en prisión preventiva.
Más tarde, en conferencia de prensa, la magistrada no quiso adelantar cómo resolverá ese pedido, aunque se descuenta que lo admitirá. Es que en el caso —comentó— se darían los tres requisitos de la prisión preventiva: una expectativa de prisión efectiva, pruebas que dan apariencia de responsabilidad y el riesgo de fuga, dado el tiempo que Monchi estuvo prófugo.
Por su parte el abogado de Machuca, Fausto Yrure, pidió que lo trasladen desde la celda individual donde está alojado en Piñero desde el martes al pabellón de esa misma cárcel donde está preso su padre. La jueza remitió el pedido a las autoridades del Servicio Penitenciario para que lo consideren. El defensor también requirió que todas las causas contra su cliente se acumulen en el juzgado de Rodenas, donde se tramita la primera de ellas.
Sorpresa. Desde el despacho de Rodenas, Monchi fue llevado al juzgado de Instrucción del viejo sistema a cargo de Delia Paleari. Allí le imputaron el crimen de Lourdes Cantero, la nena de 14 años que murió el 14 de marzo de 2013 en un tiroteo contra su casa de Conscripto Bernardi 6374. Esa noche los atacantes bajaron de una moto y rociaron de balazos el frente. Uno atravesó una ventana e impactó en el pecho de Lourdes.
Por ese caso fue condenado hace dos meses el policía Juan Angel Delmastro, un ex agente de Inteligencia de Drogas Peligrosas también acusado de integrar la banda. Se captó en escuchas que Delmastro habilitó el ataque a tiros contra la casa porque allí funcionaba un búnker de drogas. De esa prueba surge que Monchi quería cerrarlo porque administraba otro en la misma cuadra. En esas conversaciones se captó cuando Monchi dio la orden a un tirador llamado Gabi de balear la vivienda.
Cuando se sentó ante la jueza y le leyeron la imputación Monchi declaró: «Me sorprende. Yo nunca mandé matar a nadie. No tengo nada que ver con eso». La figura penal que pesa sobre él es la de homicidio calificado por promesa remuneratoria agravado por el uso de arma de fuego en calidad de instigador: un delito que tiene prisión perpetua.
De anteojos recetados y con chaleco antibalas, Machuca salió del juzgado escoltado por cuatro policías que lo condujeron por el segundo piso a paso firme y sincronizado como en un desfile militar.
Lo pendiente. Al mediodía, el interés periodístico por la gira judicial de Monchi se evidenció en una conferencia de prensa de Rodenas sobre la causa a su cargo. Allí explicó que «el soporte de las imputaciones está en las escuchas telefónicas» y que el grueso de la prueba es la que había colectado en su momento su par Juan Carlos Vienna cuando comandó la megacausa. Sobre esa evidencia, contenida en «99 cuerpos de 20 mil fojas» se construyó la indagatoria de ayer. «Ahora se abre un verdadero proceso respecto de Machuca. Antes nunca había comparecido ante la Justicia», expresó la jueza ante las cámaras.
La magistrada resaltó el «trabajo interesante» que le permitió a fuerzas nacionales capturar a Machuca en Buenos Aires. Pero aclaró: «También es cierto que teníamos un trabajo de inteligencia de hace cuatro o cinco meses que nos conducían a un espacio similar y nos marcaban que Machuca no estaba en Santa Fe», pistas que tenían su base en intervenciones telefónicas.
La recorrida de ayer no agotó los requerimientos judiciales sobre Monchi. El viernes lo esperan de nuevo en el juzgado de Paleari para imputarlo en otras dos causas por homicidios cometidos en venganza por el crimen de su hermanastro Claudio «Pájaro» Cantero en mayo de 2013. Una es por el crimen de Diego Demarre, dueño del boliche donde un día antes mataron a Pájaro y en la cual lo incriminan escuchas en las que consulta con un policía condenado como integrante de la banda sobre la salud de Demarre y le pregunta con qué evidencia contaban los investigadores. En este proceso el fiscal Luis Schiappa Pietra está evaluando cuál es la imputación que le va a formular.
La otra causa, en la que Machuca también tenía pedido de captura, es por los crímenes de Nahuel César, Marcelo Alomar y Norma César en una emboscada a tiros en Francia y Acevedo. Por esas muertes responderá el viernes, cuando recorrerá los pasillos esposado por segunda vez.