La transición política en Santa Fe. Miguel González irá a Salud y el radical Jacinto Speranza a Medio Ambiente. El gobernador electo buscó cerrar una polémica.
El gobernador electo de Santa Fe, Miguel Lifschitz, clausuró la polémica con Antonio Bonfatti respecto del personal político en la administración santafesina. «No creo que haya ñoquis en la provincia de Santa Fe», dijo ahora Lifschitz, en un esfuerzo por bajar el tono de su anuncio reciente de reducir en un 30 por ciento el gasto de personal político. En paralelo, confirmó los nombres de los dos ministros que le faltaban anunciar para su gabinete: Miguel González en Salud y Jacinto Speranza en Medio Ambiente.
El mandatario electo aclaró sobre el 30 por ciento de recorte que había anunciado: «No tiene significación económica, es una significación simbólica. Es una señal que la damos a la sociedad. Vamos a tener un año que todos pronostican de dificultades económicas a nivel nacional, de dificultades para las empresas, en el que todos, tal vez, debamos hacer un sacrificio».
Pero, inmediatamente, Lifschitz destacó que no cree que «haya ñoquis en la provincia de Santa Fe. Simplemente me refiero a que podemos hacer un pequeño esfuerzo para reducir el llamado gasto político. Vamos a tratar de ser lo más austeros posibles, lo más racionales a la hora de armar los equipos de tal manera que podamos tener un 30 por ciento menos de personal en ese rubro».
Los dichos del dos veces intendente rosarino respecto al personal político en la Gobernación generó malestar en el Partido Socialista y en el propio gobernador Bonfatti, quien anteayer declaró: «No tengo ninguna persona que no esté trabajando».
Durante la presentación en Reconquista de los dos ministros que aún faltaban anunciar en su flamante gabinete, Lifschitz morigeró sus afirmaciones anteriores y mensuró la situación financiera del fisco provincial y las posibilidades de abonar los sueldos y el medio aguinaldo en diciembre y enero próximos. «Hoy todas las administraciones públicas tienen dificultades económicas. El gobierno nacional lo resuelve muy sencillamente, emitiendo dinero, cosa que nosotros no podemos hacer», planteó Lifschitz.
En ese contexto distinguió que muchos de los gobiernos provinciales «que son del mismo palo al del gobierno nacional resuelven el problema recibiendo aportes del Tesoro nacional, cosa que tampoco podemos hacer». Y remató: «Por eso hemos pedido a la Legislatura una autorización para un endeudamiento de corto plazo para pasar el verano. Diciembre y enero son los meses más complicados porque hay que pagar sueldos y aguinaldos, porque hay vencimientos a proveedores y porque la recaudación, por la estación, disminuye».
El gobernador electo reiteró que se aguarda la sanción en Diputados del endeudamiento (que ya obtuvo media sanción en el Senado). «Esta herramienta nos va a permitir resolver la situación sin dificultades. Nuestro objetivo es poder pagar sueldos, jubilaciones y aguinaldos en los términos y plazos establecidos sin ningún tipo de dificultad para los trabajadores de la provincia».
Desde la oposición criticaron a Lifschitz por observar contradicciones entre el discurso a favor de la reducción del gasto y la creación de dos nuevos ministerios. En ese sentido, dijo que no se contrapone su planteo con «la creación de dos ministerios», sino que se trata de una «jerarquización».
Entre declaraciones políticos y aproximaciones a lo que será su futuro gobierno, Lifschitz confirmó que Miguel González —ex director de Iapos— será el próximo ministro de Salud; en tanto, la cartera de Medio Ambiente quedó para el dos veces intendente de Reconquista, Jacinto Speranza.
González declaró que fue parte «de un proceso de trabajo con mucha gente. La verdad es que los roles son diferentes, pero la política de salud, tanto del ministro (Miguel) Cappiello como del ministro (Mario) Drisun, es algo que he acompañado y con lo que concuerdo plenamente. Cualquier profesional que tenga criterio, que se haya ocupado de los temas de gestión puede asumir la responsabilidad, independientemente de los roles anteriores».
El próximo titular de la cartera sanitaria y actual viceministro de Salud aseveró que, entre las primeras medidas, se trabajará «en el ordenamiento del recurso humano. Es una de las prioridades centrales que ha tomado el ministro Drisun y que va creciendo, paulatinamente. Hay que elegir profesionales y trabajadores capacitados que acompañen el proceso de cada una de las instituciones», estimó en relación al proceso de escalafonamiento.
«Es la primera vez que un ministro de Salud es de Santa Fe y no de Rosario», manifestó Lifschitz durante el acto.
A su vez, Speranza es el sexto dirigente de cuño radical nombrado en el gabinete de Lifschitz. De ese modo, la UCR logra tener bajo su control el doble de ministerios respecto de la actual gestión de Bonfatti.
«Trataré de darle una impronta renovada»
En relación a las promesas de campaña de los candidatos presidenciales en relación a Rosario, el futuro mandatario santafesino, Miguel Lifschitz, señaló que es importante que Daniel Scioli y Mauricio Macri hayan asumido la necesidad de una estrategia nacional en la problemática del narcotráfico, «que incluso es más grave de lo que suponemos. Por eso yo voy a constituir la una junta provincial de seguridad, que estará integrada por referencias de los tres poderes del Estado».
Cuando se le preguntó si se consideraba el responsable de la supervivencia del socialismo en el poder, luego de la derrota de Hermes Binner en los comicios nacionales, Lifschitz expuso: «El socialismo tiene una historia larga, pero yo trataré de darle una impronta renovada, poniéndole impulso, energía, entusiasmo y nuevas ideas. Quizás mayor apertura, diálogo, y trataré de incorporar a la gestión pública a personalidades de la sociedad civil».
Según el ex intendente rosarino «a los recursos los han dilapidado, porque ojalá hubieran servido para desarrollar al resto del país. Los han dilapidado con políticas clientelares en el resto de las provincias. Por eso le voy a reclamar al próximo gobierno una reparación económica para Santa Fe. Hemos sido muy perjudicados».