Además del presupuesto 2024, el Plenario de Rectores tratará reformas al sistema de educación superior para avanzar en cambios profundos en las propuestas académicas durante los próximos años.
Llamó la atención en los últimos días el anuncio de la Universidad Nacional de Buenos Aires de acortar la duración de la carrera de Medicina y de todas las ingenierías. Esta decisión no se da de forma aislada sino que tiene que ver con un proceso de modernización que el sistema de educación superior comenzó hace un tiempo. Dicha agenda también formará parte del Plenario de Rectores que se desarrollará el próximo viernes 8 de septiembre, en el marco del Consejo Interuniversitario Nacional.
La consideración de cambios al interior de las universidades públicas nacionales forma parte de una propuesta de trabajo conjunta del Ministerio de Educación de la Nación, la Secretaria de Políticas Universitarias y las máximas autoridades de las casas de altos estudios en el marco el CIN.
El objetivo de este debate es construir políticas públicas para actualizar el sistema de educación superior argentino en torno a lo que se denominan «siete puntos» estratégicos. Entre ellos, se encuentra la mejora de los planes de estudios, la certificación de las carreras según el artículo 42 de la Ley de Educación Superior, la posibilidad de otorgar títulos intermedios, la categorización de investigadores universitarios, el fortalecimiento de la internacionalización y y de la extensión.
En ese sentido, el ala reformista de los rectores avanzaron semanas atrás en un borrador que llevarán al Plenario del CIN. Reunidos en Corrientes, además de delinear números de lo que será el proyecto de Presupuesto 2024, trabajaron también sobre una serie de ítems dedicada a la política académica.
Enrique Mammarella, rector de la Universidad Nacional del Litoral, fue parte de este encuentro y mencionó algunos de los lineamientos sobre los que se viene trabajando en los espacios de decisión respecto a la reconfiguración de las modalidades de enseñanza y aprendizaje.
«A la fecha los siete puntos estratégicos tienen diferentes grados de desagregación, algunos ya están en funcionamiento y otros no. En Corrientes tomamos algunos puntos específicos, que muchos están en conjunto y lo que hicimos fue separarlos para tratarlos con mayor detenimiento», consignó Mammarella.
Carreras más cortas y con planes modernos
Reformulación de las modalidades de cursado donde se analizan las posibilidades de educación híbrida, revisión de la distancia entre la duración teórica y la duración real de las carreras, flexibilización de los planes de estudios, fueron alguno de los ejes que se están tratando.
“Nuestras universidades tienen capacidad para tener una organización diferente. Venimos trabajando en ese sentido. Estamos tratando de llegar a consideraciones comunes sobre cómo hacemos que nuestras carreras estén más a tiempo con la duración real. Tenemos que considerar a nuestros estudiantes que muchas veces no solo estudian, sino que trabajan, hacen deportes”, señaló el rector de la UNL.
En esa misma línea, el rector apuntó que se abordan las posibilidades de acortar la duración de las carreras buscando adaptarlas a los cambios de paradigma que actualmente atraviesan muchas profesiones.
«De alguna manera, se busca adaptar la mirada de la configuración de nuestras carreras que tradicionalmente estuvo centrada en las carrera que dicta el profesor a una cantidad de horas necesarias con las que cuenta realmente un estudiante para poder dedicarse y alcanzar la graduación», agregó.
Asimismo, mencionó que se analizan mecanismos que permitan facilitar la generación de acreditaciones intermedias: «Las horas de estudio en cada carrera es otro de los puntos. Es un aspecto que está establecido por legislación, pero entendemos la importancia de expresarla por ejemplo en créditos, de forma que posibilite al estudiante la movilidad interna y también la movilidad internacional».
«Tal como está planteada, la acreditación de saberes hace que quien aprueba asignaturas pero le falta alguna se lo cuenta como que tiene el universitario incompleto. Entonces, de alguna manera, se está pensando en micro credenciales o títulos intermedios, que permitan recuperar todo lo que se hizo dentro de la universidad y mostrar que hay una trayectoria recorrida, que no es que abandonó la universidad sino que se formó, que incorporó ciertos conocimientos y que, en todo caso, no alcanzó la graduación», añadió.
Además, se refirió a la necesidad de trabajar en el reconocimiento de la calidad en las carreras que no están comprendidas en el artículo 43 de la Ley, que refiere a títulos de profesiones reguladas por el Estado: «Creemos que tenemos que dotar a las universidades de un área interna que se ocupe en mejorar permanentemente la calidad de las carreras, no apelando en su totalidad a la CONEAU».
Por último, señaló que también «se está trabajando en adaptar el posgrado a la actualidad, porque la legislación quedó atrasada en función de resoluciones posteriores que hicieron modificaciones y que todavía no aparecen corregidas».
Plenario en San Luis
La Universidad Nacional de San Luis será anfitriona del 90° Plenario de Rectoras y Rectoras del CIN. Las autoridades debatirán el proyecto de presupuesto 2024 con el número al que aspiran que esté reflejado en el presupuesto que el Gobierno nacional presentará, luego, ante el Congreso buscando su aprobación. Todo esto en un escenario de gran inestabilidad económica e incertidumbre política que atraviesa el país.
Los cambios en la UBA
La Universidad Nacional de Buenos Aires anunció que acortará la carrera de Medicina un año y medio. «La reforma contempla el acortamiento de la carrera en mil horas, que se traducen en una reducción de un año a año y medio en la cursada, e incorpora un enfoque en la salud global y la medicina comunitaria, de manera de formar a los estudiantes sobre los desafíos a nivel mundial y la importancia de la medicina preventiva y la promoción de la salud», informó la UBA en un comunicado.
El plan de modernización abarcará también a las carreras de Ingeniería Industrial, Ingeniería en Informática, Economía y Administración Agrarias. Además, el estudiante que alcance aproximadamente dos años de la carrera, recibirá un título de Bachiller universitario en Ciencias de la Ingeniería a modo de «reconocimiento para el mercado laboral y un estímulo para avanzar hasta ese nivel a pesar de las dificultades iniciales», señalaron desde la universidad.
Las reformas fueron aprobadas en la última sesión del Consejo Superior, y se suman a las actualizaciones en diferentes carreras de grado y tecnicaturas de otras Facultades como Agronomía; Arquitectura, Diseño y Urbanismo; Ciencias Exactas y Naturales; Ciencias Médicas; Ciencias Sociales; Farmacia y Bioquímica; Ingeniería y Psicología.