El enfriamiento de la economía tras la devaluación, la apertura de importaciones, y el tarifazo energético castigan a la industria metalúrgica de Rosario y la región, y configura un panorama de altísima preocupación por las dificultades para mantener las fuentes laborales. A partir de un relevamiento que realizó el Observatorio de la delegación local de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), los sectores más afectados son el carrocero, las autopartistas, y las industrias de bienes de capital y de consumo. Los fabricantes de heladeras, freezers y exhibidores, por caso, que ocupan a unos 6 mil trabajadores, precisaron que en los últimos cuatro meses ingresaron al país 31.125 unidades, la misma cantidad que en todo el 2015. Desde la empresa Bambi advirtieron al gremio que si el producto argentino es reemplazado por el extranjero no habrá producción y estarán obligados a «reducir drásticamente» la dotación de personal. «Si la situación no cambia se va a complicar, y esta película ya la vimos en los ’90 y cómo terminamos en el 2001. Espero que los argentinos no volvamos a cometer el mismo error, sería muy triste destruir en un año todo lo que se hizo en 12», alertó el titular de la UOM local, Antonio Donello.
Los despidos en la planta de Acindar y en los talleres ferroviarios de Pérez, entre otros, empresas presentando procedimientos de crisis, y anuncios de suspensiones, encendieron una luz de alarma entre los metalúrgicos de Rosario y la región. Tratando de exprimir al máximo todas las alternativas, en muchos casos acompañados por el Ministerio de Trabajo provincial, tanto el gremio como las empresas fueron resolviendo algunas de las situaciones complejas para evitar despidos.
De todos modos, precisaron desde la UOM, se perdieron alrededor de 300 fuentes laborales, entre contratos no renovados y retiros voluntarios, desde el cambio de gobierno. Las políticas implementadas por el presidente Mauricio Macri -fundamentalmente, la apertura de las importaciones y el tarifazo energético- están afectando la producción y hacen peligrar las fuentes laborales en la industria metalúrgica.
Las carroceras, con empresas como Saldivia, Metal Sur, Troyano y Lucero, entre otras, se enfrentan a un panorama gravísimo ya que se abrió un 60 por ciento la importación, ingresando al país colectivos enteros. Lo mismo sucede con las autopartistas. El año pasado, por ejemplo, la planta de General Motors ubicada en Alvear, para la fabricación del automóvil Corsa Classic, había comprado a la fábrica de llantas Mefro Wheels 215 mil unidades. Pero su pedido para el 2016 no supera las 11 mil. La fábrica había vendido el año pasado más de 670 mil llantas, mientras que para todo el 2016 venderán 315 mil, menos de la mitad.
«Es muy preocupante porque no hay un panorama de reactivación a partir de la apertura de importaciones. Encima, el tarifazo energético golpea a empresas que estaban haciendo equilibrio, con aumentos en algunos casos del 300 por ciento», resumió Pablo Cerra, abogado de la seccional local del gremio metalúrgico.
La apertura de las importaciones también amenaza seriamente la producción de la línea blanca de frío, que emplea a unas 6 mil personas en la ciudad. El 98,5 por ciento de las heladeras se fabricaban en el país, y había un plan encaminado para comenzar a producir las de alta gama, que se importan y completan el 1,5 por ciento restante. Pero desde el 10 de diciembre del 2015 hasta el 31 de marzo del corriente año la situación cambió drásticamente, ya que se importaron más de 30 mil unidades, lo mismo que todo el año pasado. Whirpool lidera la lista al importar 8.774 unidades desde Brasil.
La empresa Bambi, que emplea directamente a más de 580 trabajadores, mandó una carta a la UOM en la que expresa preocupación por las importaciones de productos que, remarcaron, están generando despidos de personal por la baja en la actividad. «No es la primera vez que venimos advirtiendo esto. Hoy se está produciendo rápidamente, y en este marco se hace imposible mantener los puestos de trabajo», indicaron desde la empresa.
Entre las fábricas de bienes de capital, la UOM citó como caso testigo a Argental, fabricante de hornos y amasadoras para panaderías. En el primer trimestre del 2015, vendió 51 hornos. En el mismo período de este año vendió 26. Mientras que en los primeros tres meses del año pasado habían vendido 115 máquinas, este año la fábrica vendió 58. En ambos casos, la caída alcanzó al 50 por ciento. «Este es un parámetro para tener una idea de la recesión real que hay», dijo Cerra.
Otra de las empresas con serios problemas por la apertura de importaciones es Fundición Martínez, fabricante de campanas y mazas de ruedas para camiones, acoplados y colectivos, que emplea a 90 personas en Granadero Baigorria. Desde el 14 de diciembre pasado, ingresaron al país 14 mil campanas. El costo de fabricar cada campana en Argentina es de 70 dólares, y si las traen de afuera cuestan 45 dólares. La empresa presentó un procedimiento de crisis y se suceden las audiencias en el MInisterio de Trabajo provincial. «Vamos a estar muy complicados», advirtieron desde la fundición que había realizado una alianza comercial con la empresa Boero.
Frente a la falta de acuerdos con la cámara empresarial del sector en la discusión paritaria, el 5 de mayo habrá una movilización de delegados metalúrgicos de todo el país al Ministerio de Trabajo de la Nación, y una semana después habría un cese de actividades desde las 11 con movilización en todas las seccionales. En Rosario, el gremio marchará a la sede local de la cartera laboral provincial y a la Cámara de la Industria. «Si no se arregla, empezaríamos con paros parciales cada media», advirtió Donello.