La Asamblea Legislativa se reunió este jueves para sancionar a Aldo Gerosa por su actuación en el caso Marcelo Galaz, quien está acusado de violar a su sobrina menor. Galaz fue secretario privado del actual senador por Santa Fe Dionisio Scarpin
La Legislatura santafesina suspendió al fiscal de Reconquista, Aldo Gerosa, hasta que dure la investigación judicial en curso sobre su cuestionada actuación en el caso de Marcelo Galaz (ex secretario privado del senador radical por Santa Fe Dionisio Scarpin), quien está acusado de violar durante seis años a su sobrina menor de edad. La auditoría del Ministerio Público de la Acusación realizó un lapidario dictamen contra Gerosa por su actuación en este caso. Tras detectar gravísimas irregularidades, sostiene que el fiscal debería ser “destituido en el cargo”, ya que “revictimizó” a la chica violada, le dio un “trato indecoroso”, la “molestó” y “presionó para que firme un acuerdo abreviado” que le redujo la pena a Galaz de 32 años a solo 7. Un proceso judicial bochornoso.
La sesión prevista para este jueves, que reunirá a diputados y senadores, fue convocada por la vicegobernadora Alejandra Rodenas tras el dictamen favorable de la Comisión de Acuerdos en el marco de la denuncia y trámite de remoción iniciado a Gerosa.
La suspensión de Gerosa fue solicitada ante la Comisión de Acuerdos por la diputada socialista Erica Hynes. La legisladora es la que lleva adelante la investigación de la actuación del fiscal de Reconquista en base al informe de la Auditoría de Control del propio Ministerio Público de la Acusación (MPA). El organismo consideró “gravísimo” el caso y lo elevó directamente al Poder Legislativo.
Gerosa está cuestionado por su actuación en el caso Galaz, quien admitió haber violado durante seis años a M, su sobrina menor de edad. El mes pasado un tribunal de Reconquista aceptó una pena abreviada a pedido de las partes y Galaz debió resarcir con dinero a la víctima, además de purgar siete años de prisión. Lo llamativo es que la pena que inicialmente pedía la fiscalía contra el ex secretario de Scarpin era de 32 años de cárcel. ¿Qué pasó en el medio? Distintos datos indican que las presiones de la política están en el centro de este escándalo.
El propio fiscal Gerosa admitió en un audio que se difundió públicamente que el senador provincial Orfilio Marcón (Juntos por el Cambio) le pidió información sobre la causa contra Galaz y le reclamó que terminaran con la misma antes de comenzar la campaña electoral 2023, ya que podía perjudicar las chances de Scarpin, que se postula como precandidato a diputado provincial por la alianza opositora que conforman el PRO, radicales, socialistas y el partido de Javkin.
Galaz fue detenido el 21 de julio de 2021 en la Municipalidad de Avellaneda, donde trabajaba como secretario privado del entonces intendente Scarpin, que ese mismo año fue electo senador nacional en la fórmula de Juntos por el Cambio que compartió con Carolina Losada. Además, Galaz fue dirigente de la Juventud Radical y actuó en forma muy cercana al senador del departamento General Obligado Orfilio Marcón.
La Comisión Acuerdos de la Asamblea Legislativa declaró tiempo atrás la admisibilidad del trámite sobre el fiscal de Reconquista, que aceptó bajar la pena de Galaz a cambio de una suma de dinero para la víctima, mediante un acuerdo que fue aceptado por la Justicia, aunque ese fallo provocó una fuerte polémica.
La diputada Hynes, en esa comisión bicameral, había solicitado la suspensión preventiva de Gerosa, con disminución del 50% del sueldo por el lapso que dure el procedimiento. También pidió la prohibición de ingresar al ámbito físico de cualquier dependencia del MPA en todo el territorio provincial.
En esta causa, los diputados provinciales Fabián Palo Oliver y Claudia Balagué, formularon una denuncia judicial contra Galaz, Gerosa y el fiscal regional Rubén Martínez.
Luego el caso arribó a la Legislatura porque el auditor general de Gestión del MPA, Leonardo Mai, elevó a la presidenta de Acuerdos, la socialista Lionella Cattalini, un legajo disciplinario acerca de Gerosa donde se inhibe de continuar el procedimiento disciplinario para que actúe directamente el Poder Legislativo, que se ha reservado esa facultad sobre fiscales y defensores del sistema penal.
Qué dice el lapidario dictamen de la auditoría
El auditor del Ministerio Público de la Acusación, Leandro Mai, realizó un lapidario dictamen sobre la actuación del fiscal Gerosa en el caso contra Galaz. Consideró que el fiscal cometió “faltas graves” y concluyó que “procede la sanción de destitución en el cargo”.
El auditor le endilga al fiscal «haber revictimizado a la mujer víctima en situación de vulnerabilidad en el marco de las presentes actuaciones dándole un trato indecoroso, molestándola y presionándola para que firme un acuerdo de juicio abreviado sin haber velado por la salvaguarda de su intimidad”.
Una de las medidas cuestionadas por la auditoría fue la prisión domiciliaria del pedófilo Marcelo Galaz. «La primera conducta disvaliosa fue la celebración de un acuerdo de prisión domiciliaria en fecha 30/5/2022 en clara violación a lo previsto por el artículo 10 del Código Penal, sin que el fiscal le informe a la víctima que la resolución dictada en esa fecha por parte del tribunal no respondía a sus pretensiones de protección integral, la cual tampoco fue apelada por el órgano fiscal y como consecuencia de ello haber incumplido el principio de debida diligencia reforzada en el artículo 7 de la Convención de Belém Do Para».
Mai también le recrimina al fiscal «haber presentado el 17 de noviembre de 2022 un acuerdo abreviado el cual no cumplimentaba con los requisitos establecidos en el artículo 339 del Código Procesal Penal, ya que no acompañó la conformidad de la víctima y tampoco la rúbrica del fiscal regional respectivo. Como así tampoco haber fundamentado en dicha oportunidad la razón del cambio de calificación más favorable para el imputado ni la modificación de la pretensión punitiva en favor del mismo, sin haber motivado el fiscal al momento de la determinación de pena, cuál era la razón para que delitos que concurrían realmente entre sí sean condenados por el mínimo legal de la plataforma jurídica seleccionada en el abreviado, teniendo en cuenta la pretensión esgrimida en la acusación de 32 años de cumplimiento efectivo conforme los parámetros de los artículos 40 y 41 del Código Penal por parte del acusador público».
Mai le cuestiona además al fiscal «haber realizado durante marzo y abril de 2023 diversas declaraciones indecorosas e imprudentes en distintos medios de comunicación, poniendo en conocimiento de la ciudadanía que brindaba información sobre la marcha de la investigación a un tercero ajeno al proceso, en una causa en donde la principal interesada, la víctima, siempre estuvo desinformada del estado de la misma en contradicción a lo estipulado en el marco normativo vigente».
La acusación contra Galaz
A Galaz se le imputó ser autor de abusos sexuales gravemente ultrajantes a su sobrina menor de edad, reiterados en un número indeterminado de veces, en concurso real con abuso sexual con acceso carnal, reiterado también en un número indeterminado de veces.
El violador comenzó con los abusos sexuales contra su sobrina en el año 2000, cuando ella era una niña de cuatro años de edad. Arrancó después del fallecimiento del abuelo de la víctima, en enero de ese año, y continuaron -en un número indeterminado de veces- durante unos seis años. Cesaron entre 2005 y 2006.
Galaz se aprovechaba de la niña cuando la madre y la abuela de la víctima cumplían horario laboral; y ambos quedaban solos en una vivienda del barrio Nuevo, de la localidad de Avellaneda, en el norte provincial.
Los abusos cesaron cuando la menor comprendió los hechos y le advirtió a su tío violador que si volvía a tocarla le iba a contar a su mamá. Desde entonces, solo le hizo caricias ocasionales. Todo esto quedó constatado en sede judicial y fue reconocido por el propio Galaz.
A Galaz también se le reprochó haberle ocasionado a su sobrina un trastorno por estrés traumático que, entre otras cosas, le impide relacionarse con personas de género masculino, la que le provoca rechazos de amor consciente, imposibilidad de relacionarse físicamente con otras personas, no tolerar un tratamiento físico como los abrazos, problemas escolares, pérdida de contacto con familiares para evitar estar con el agresor, alteración del ritmo del sueño, insomnio, pesadillas, ánimo con tendencia a la depresión y ansiedad, entre otras alteraciones.
El testimonio de la víctima
En la última audiencia judicial la víctima pidió la palabra y dijo ante la presencia del imputado, su violador: “¿Cómo llamarte? Marcelo, tío, abusador, tantas personalidades de una misma persona, mi diablo personal más de dos décadas. Ruego a Dios que esta sea la última vez que te vea. Literalmente, podría estar horas y horas leyendo sentada todo el daño que me hiciste. Mucho más de lo que se pueda llegar a imaginar. O preguntarte por qué. ¿Qué te hice para que me odiaras tanto? ¿Cómo pudiste lastimarme de esta manera? Pero la realidad es que esto no nos llevaría a nada, porque no hay una respuesta que valga frente a un hecho tan atroz como un abuso».
«Lo que es difícil de decirte es que ya no te odio y no me arruinaste la vida. Sí, teñiste de tristeza gran parte de mi niñez, mi adolescencia y el inicio de mi vida adulta, pero hasta aquí. Basta. Hasta acá te dejo llegar. El resto de mi vida es mía, solo mía. Y el aspecto del odio, durante años, tuvo un deseo recurrente, en buscarte de sorpresa, golpearte y dejarte tirado en el piso sangrando, sufriendo. Porque eso fue exactamente lo que vos hiciste conmigo. Como un buen cobarde, me tomaste desprevenida cuando era una niña sin herramientas ni recursos para defenderme. Me destrozaste y me dejaste tirada de un charco de sangre, pero entonces algo pasó. No sé cómo ni en qué momento. Hoy está en la terapia, el paso del tiempo o Dios. Pero ya no te odio. No quiero lastimarte. Porque estoy consciente de que el hecho de que vos sufras no va a mitigar mi dolor. Comencé a sanar el día que solté el odio para concentrarme en mí. Y por eso voy a perdonarte. Hoy no. Hoy todavía no puedo. Pero voy a trabajar para estarlo porque me lo merezco. Merezco una vida en libertad y armonía. Porque el abuso no me define a mí. El abuso te define, te definió y siempre te va a definir a vos, Marcelo».
Y al final, pidió al Poder Judicial que haga una «autocrítica para que ninguna otra víctima sufra la revictimización que yo sufrí a manos del fiscal Aldo Gerosa y su equipo». Refirió a malos tratos que ya informó tanto al fiscal regional como al fiscal general de la provincia, «esperando que tomen las medidas correspondientes, porque considero que estamos en el año 2023 y hay cosas que ya no podemos tolerar». Recordó que está vigente la «ley Micaela»; y que «todos los integrantes del Poder Judicial deberían tener perspectiva de género».