Las había formulado Norma Acosta en 2014. En la misma le atribuía a Luis Paz tener injerencia en el negocio narco y la adquisición de varios bienes, con suficientes elementos de prueba. Sin embargo el empresario recién fue detenido en 2018 por orden de un juez federal santafesino.
Las Fiscalías Federales 1 y 3 nunca profundizaron las denuncias de la rosarina Norma Acosta – hoy presa en el marco de una causa vinculada al narcotráfico – realizadas en 2014 y en tres oportunidades, contra Paz y su entorno más cercano. La primera vez fue en febrero de 2014 y luego el 18 de noviembre del mismo año. Volvió a ampliarla el 2 de diciembre, también del 2014. En todas sus exposiciones relataba una serie de eventos ocurridos en jurisdicción de Rosario y señalaba a Paz como el nuevo hombre fuerte del negocio ilegal de la venta de estupefacientes, sus posibles vínculos con funcionarios del Poder Judicial, la policía y la política santafesina. Además, aportó información patrimonial del ex manager de boxeo, que luego sería valorada positivamente por el juez federal santafesino Francisco Miño en la acusación por lavado de activos.
Todo esto quedó en evidencia luego del 10 de diciembre del año pasado, cuando el juez Miño ordenó la detención de Paz luego de una pesquisa dirigida por el fiscal Walter Rodríguez. En ese contexto, la fiscal federal Nro. 3 Adriana Saccone le remitió a su par santafesino el expediente que estaba en trámite en su despacho y que guardaba relación con la causa santafesina. El 29 de marzo pasado, el juez Marcelo Bailaque declaró la incompetencia de su juzgado en seguir con ese legajo y pidió que el expediente se acumule en La Capital.
Acosta, en sus inicios había denunciado a Paz y todo su entorno ante la Fiscalía Federal Nro. 3 de Rosario. Allí apuntaba “al Viejo”, a Belinda y Mercedes Paz, a Ana María Ferrari y a Emanuel, Fernando y Beatriz González por presunto lavado de activos de origen ilícito. La información sobre el patrimonio de los Paz estaba basada en consultas a Afip, Castastro de Santa Fe y cuentas bancarias de las hijas y (entonces) esposa. Los datos aportados por Acosta fueron luego corroborados por los investigadores locales, que desmenuzaron los bienes adquiridos por el padre del “Fantasma”, ya sea a su nombre o de terceros.
Una medida pro activa
Fuentes tribunalicias del sur rosarino consultadas por este medio destacaron que hubo una intervención pro activa de la Fiscalía a cargo entonces de Federico Reynares Solari, en 2014. Allí el funcionario pidió el levantamiento del secreto fiscal para relevar el patrimonio de Paz, aunque el juez Bailaque se lo negó, “aun cuando se sabe que para investigar un posible lavado de activos es necesario contar con ese importante paso”, señalaron. El fiscal fue a la Cámara, que le dio la razón. Durante un período llegó información a la Fiscalía sobre los bienes del padre del Fantasma, pero allí quedó todo, en un estado permanente de pausa. “Está claro que el que puso freno de mano a la causa fue el juez – aseguraron – pero tampoco los fiscales hicieron algo para avanzar con la pesquisa”. Por cierto, la única acusación que hizo Acosta en sus denuncias explorada por la justicia rosarina – y con la salvedad apuntada anteriormente – fue la referida a los bienes de Paz. Las otras, las que hacían referencia a posibles desaguisados donde tributaban jueces, policías o políticos, nunca tuvieron la lupa baja del poder judicial.
JUEZ MARCELO BAILAQUE. No profundizó las denuncias contra Luis Paz
Un mundo de relaciones delictivas
La denuncia de Acosta no se agotaba en el Planeta Paz, incluía posibles beneficios económicos obtenidos y provenientes de agrupaciones políticas partidarias, vinculaciones espurias con integrantes de fuerzas de seguridad y del poder judicial provincial, además de una serie de episodios relacionados a Reina Isabel Quevedo, alias “la Reina Isa”, una narco rosarina dedicada al negocio de la venta de cocaína. Todos estos trámites estaban siendo sustanciados en jurisdicción de Rosario, sin embargo, no se hizo nada para profundizarlos. “Considero en evidencia que la justicia federal con asiento en la ciudad de Rosario no reparó en la existencia de distintas hipótesis delictivas extrañas al suceso por el cual el magistrado aceptó parcialmente la competencia”, señala en su dictamen de octubre pasado el fiscal Rodríguez, haciendo alusión a que sólo la parte de la causa rosarina que hacía mención a los bienes de origen ilícito era de interés de él y Miño. El representante del Misterio Público también remarcó que Acosta declaró en su fiscalía el 4 de abril pasado, motivada en que sus dichos nunca fueron investigados por las Fiscalías 1 y 3 de Rosario, lo cual “sin abrir juicio de valor acerca de tal apreciación, en modo alguno justifica una alteración de las normas del sistema de competencia”. En octubre Rodríguez pidió la elevación a juicio de la causa por la que Paz está imputado de ser el organizador de una banda dedicada a la venta de drogas y posterior lavado de dinero de origen ilegal.
Todo el clan Paz denunciado por Acosta en 2014 está procesado, con confirmaciones del tribunal de alzada por distintos eventos relacionados a la venta de drogas o por lavado de dinero. En el caso de Emanuel González, ex hijastro de Paz, tiene un pedido de indagatoria -en un expediente distinto- por lavado de activos producto de actividades ilícitas. Rodríguez los puso bajo la lupa luego de vincular varias causas en donde el nombre de Luis Paz aparecía con frecuencia, o sus adláteres, con sus coches, a su nombre o de testaferros. Entre los legajos más relevantes de la jurisdicción en donde Paz aparecía con un rol clave se desatacan los de Edgardo Baigoría y el de Sergio “Zurdo” Villarroel.
La denunciante
Norma Acosta se encuentra presa desde febrero de 2018, cumpliendo una pena a seis años que le impuso el Tribunal Oral de Rosario por el delito de tráfico de estupefacientes en 2013. Cuando la Cámara de Casación confirmó la pena, Acosta debió hacerse la idea de cumplirla. La mujer fue noticia en 2013, luego que un incendio intencional en la Alcaidía de Rosario terminara con la vida de su ex pareja y padre de sus hijos, Miguel “Japo” Saboldi. Ella le atribuyó siempre la autoría de ese hecho al clan de Los Bassi, de Villa Gobernador Gálvez y a Luis Paz. Al año siguiente, en 2014, mataron a su hermano Aldo, a balazos, el 1 de abril. El 3 de diciembre de 2014 asesinaron a tiros a su padre, también llamado Aldo, en la puerta de su casa.
NORMA ACOSTA. Esta condenada a seis años de prisión por vender drogas en Rosario. Hizo varias presentaciones contra Paz con valiosa información contable y financiera. El 4 de abril pasado declaró en la ciudad de Santa Fe, ya que «no obtuve respuestas en las fiscalías federales de Rosario», dijo.
El auto del Fantasma
El viernes de la semana pasada, el “empresario” Luis Alberto Paz fue entrevistado por la radio Aire de Santa Fe. En los casi 40 minutos de reportaje, el preso que pasa sus días en el penal de Rawson, desarrolló distintas hipótesis sobre diversos sucesos. Dijo “no tener nada que ver con el mundo de la droga”, que “ya va a quedar en claro quién está detrás de su detención” y confirmó que en Santa Fe tuvo encuentros con varias personas que hoy se encuentran presas por estar asociadas judicialmente al negocio narco. Mencionó a Vicente Pignata, prófugo de la justicia, condenado por venta de drogas e investigado por lavado de dinero, el “Zurdo” Villarroel, condenado por venta de drogas y Edgardo “Cabezón” Baigoría, a punto se ser juzgado por el TOF local por venta de drogas. Cuando le consultaron por el auto que conducía su hijo al momento de ser asesinado en septiembre de 2012 en Rosario, una BMW z4, color blanco, el padre del joven acribillado señaló que “no quise saber más nada con el auto, como estaba chocado, colocarle los airbags era carísimo, no me interesé más por ese auto”. La cupé estuvo bajo el poder de disposición del “Zurdo” Villarroel por un tiempo. El ex capo de la droga de Alto Verde la guardaba en un galpón de su propiedad en Sauce Viejo. Sin embargo, cuando la justicia irrumpió en los domicilios del narco en diciembre de 2016 la BMW no estaba. El 8 de agosto de 2017, un alerta a la Fiscalía Federal Nro 2 daba cuenta del hallazgo de la cupé en una cochera ubicada a 200 metros de Tribunales o de Casa de Gobierno de la capital provincial. Se encontraba reparada, lista para su uso. Unos días antes que lo maten, Martín Paz, “El Fantasma”, había comprado la cupé en Natalio Automotores. La pagó $ 330.000 de los cuales $ 310.000 tenía en el baúl del Bora en el que fue a la Concesionaria. Arregló con el empresario metalúrgico Daniel Roberto registrarla a su nombre, a cambio de achicar la deuda que Roberto tenía con Paz hijo, quien le prestaba plata.
En su entrevista con Aire de Santa Fe Paz (Padre) dijo que se desinteresó por el coche, pero un mes después del crimen de Martín, el 10 de octubre, hizo una denuncia de venta ante el Registro Nacional de la Propiedad Automotor. En el margen correspondiente al comprador puso su nombre, en el otro, en el del vendedor, aparecía Daniel Roberto. El auto volvía a las manos de los Paz.
EL AUTO DEL FANTASMA. Volvió a quedar en manos de Luis Paz un mes después del crimen de su hijo.
Autor: Héctor Martín Galiano