Los investigadores creen que se manejaba con contactos en la policía local y en Gendarmería. Investigado también por lavado de dinero, supo evadir a la justicia gracias a favores de pesquisas infieles. Uno de ellos, mencionado en varias causas federales.
Marcelo Ferreyra (foto) hablaba con desconfianza. Cambiaba cada tanto el chip de su celular. Su esposa, Ivana, también detenida el 22 de abril en su casa del barrio Los Troncos, se movía con sigilo. Alternaban la venta de drogas con la pasión por el equipo del barrio Centenario y la misa de los domingos. En el barrio había dejado un hueco grande la caída del narco poderoso, el “Tuerto” Mendoza, hoy prófugo de la justicia después de incumplir con un régimen de salidas temporarias y no regresar a la cárcel de Coronda. El sabalero venía zafando de la detención gracias a los contactos con los pesquisas antidrogas. Concretamente, los gendarmes que allanaron su casa hace 10 días lo hicieron con la certeza que uno de los suyos le daba cobertura. La sospecha recae sobre Santiago Alejo, un gendarme del área de Inteligencia que tuvo a su cargo la investigación cobre el Sabalero, sin lograr resultados. En tres ocasiones la irrupción sobre el domicilio de Ferreyra fracasó por diversos motivos. En una oportunidad, porque dejaron vencer el plazo para allanar fijado por el juez. Demasiada causalidad.
Unos días antes del allanamiento positivo una gendarme aportó el dato en la justicia. La cobertura la daba, presuntamente, Alejo, entonces detenido en la causa por la que está también detenido y procesado el sargento y socio oblicuo de Luis Paz, Edgardo Baigoría.
Con Alejo fuera de juego el procedimiento fue positivo. En el Pasaje Prebístero Pérez al 8.100 secuestraron 381 dosis de cocaína, un revólver calibre 38 con las seis municiones, 131 municiones calibre 9mm, 1.400 pesos apócrifos, $ 144.705 de curso legal, 8 telefonos celulares, 6 tablets, 8 pen drives, 7 memorias SD, dos CD y una filmadora, entre otros elementos.
Otro elemento que está asociado a esta investigación se remonta a 2016. A mediados de ese año un procedimiento de “corte” de los gendarmes que estaban tras los pasos del Sabalero terminó de forma muy inusual. Dos efectivos de la fuerza quisieron identificar a dos muchachos que salieron del domicilio de Ferreyra con una mochila, al advertir la presencia de los pesquisas, arrojaron el bolso y se dieron a la fuga. En el acta aparece un dato curioso: los testigos del procedimiento fueron El Sabalero y su esposa. Por ese hecho no se ordenó profundizar la investigación en dirección a Ferreyra ni tampoco abrir una causa por posible falsedad ideológica.
El Sabalero decidió abstenerse en la indagatoria frente al juez Francisco Miño, probablemente por recomendación de sus abogados, los doctores Raúl Berizo y Sebastián Nitti.
Entre los elementos secuestrados y volcados en el acta de allanamiento se destacan algunos números de teléfonos escritos en papel entre las pertenencias del detenido: “Brigada” , “Gastón Homicidios”, “Mariano” y “Gringo”. Para los gendarmes que investigaron a Ferreyra los números se corresponden a la Brigada de Drogas del departamento la Capital, Gastón, efectivamente es un numerario de Homicidios (que depende de la PDI) y el Gringo sería el apodo de un alto jefe policial que ocupó un cargo relevante hasta hace unos días atrás.
Fuente: Zona Critica
Autor: H.M.G