El juez federal chaqueño Ricardo Mianovich indicó que una de las teorías de trabajo es que la droga llegaba a esta ciudad y tenía destino internacional
Dentro de las hipótesis que manejan los investigadores federales sobre la avioneta cargada con 324 kilos de cocaína que se precipitó el martes pasado en la provincia de Chaco, a unos 170 kilómetros del límite con Santa Fe, el destino de la droga transportada podría ser Rosario para luego ser exportada a países europeos a través de alguno de los puertos de la región de donde ya se ha comprobado han partido numerosos embarques.
“Esta marca es una novedad para las fuerzas de seguridad, lo que lleva a suponer que el destino de la mercadería no sería Chaco, sino posiblemente Rosario, desde donde podría ser enviada a algún país europeo”, explicó este viernes el juez federal de la localidad chaqueña de Presidencia Roque Sáenz Peña, Ricardo Mianovich, al explicar las distintas marcas que tenían los iladrillosr de cocaína secuestrados en la avioneta. Algunos llevaban impresos una mano negra y otros la imagen de un hombre barbudo que es una novedad en el mercado local de la droga. Se estima que la aeronave caída, un Cessna 210 Turbo Centurion II con matrícula boliviana de Santa Cruz de la Sierra, transportaba 600 kilos de cocaína de máxima pureza y que tras el accidente los narcos lograron rescatar la mitad de la carga transportada con la asistencia de al menos una camioneta.
El martes alrededor de las 15.45 una avioneta blanca y roja matriculada en la ciudad boliviana de Santa Cruz de la Sierra se estrelló en un camino rural de la localidad chaqueña de Avia Terai, a poco menos de 170 kilómetros de Gato Colorado, en el límite con la provincia de Santa Fe. Se estima que transportaba “entre 600 y 700 kilos de cocaína” de máxima pureza y los dueños de la mercadería pudieron rescatar gran parte de ello en vehículos que lo asistieron tras el forzoso aterrizaje. Pero dejaron abandonados 324 kilos valuados en poco más de 2 millones de dólares.
Cuando la policía arribó al lugar no encontraron personas y, según testimonios de los lugareños, los dos ocupantes que bajaron de la avioneta fueron rescatados heridos por dos camionetas blancas que esperaban la carga. Eran un hombre y una mujer, dijeron. La investigación hoy está en manos del juez Ricardo Mianovich, pero podría pasar a manos de la jueza federal de Resistencia, Zunilda Niremperger, quien tendría una investigación abierta y con información de inteligencia sobre vuelos narcos en esa región de la provincia vecina. Más precisamente, una pesquisa sobre una organización que triangula droga entre Bolivia, Paraguay y la Argentina.
Granier Ruiz y Lobo Lima
Al pensar en los responsables de la ruta de distribución de cocaína entre las regiones del departamente boliviado de Beni, al norte de Santa Cruz de la Sierra, y la zona central de la Argentina, uno de los nombres que surgen es el del boliviano con DNI argentino Jorge Adalid Granier Ruiz, cabeza de una de las organizaciones trasnacionales de transporte y distribución de droga que operan en las provincias de Salta, Córdoba, Chaco, Santiago del Estero y Santa Fe, entre otras.
Otro de los que opera esa misma línea es Jesús Einar Lobo Lima Dorado, condenado a 14 años de prisión en Brasil luego de comprobarse que fue responsable de enviar 300 kilos de cocaína al estado de Mato Grosso del Sur en 2017. Fue extraditado a Brasil en 2021 y está detenido en la cárcel federal de máxima seguridad de Campo Grande. Tanto Granier Ruiz como Lobo Lima tiene aceitados contactos con el Primer Comando Capital (PCC) de Brasil, una de las organizaciones narcocriminales más poderosas del Cono Sur.
Según con que fuente se hable, la droga secuestrada en Chaco puede corresponder a uno u otro de los narcos mencionados. Incluso están quienes no desestiman que la logística pueda ser conjunta. Pero lo concreto es que ambos trabajan para abastecer al PCC. Además, según investigaciones federales en curso, Granier Ruiz tiene un operador en la región de Rosario y el centro argentino: Fabián Gustavo “Calavera” Pelozo, gestionador de un nodo logístico de distribución de la droga que llegaba desde Bolivia y Paraguay con epicentro en Ybarlucea. Ese hombre, hoy preso, era considerado como el gerente de una organización narcocriminal trasnacional que operaba en Salta, Córdoba y Santa Fe.
Calavera cayó en marzo de 2022 acusado como coautor de transporte de estupefaciente agravado por el número de personas intervinientes por un hecho registrado el 24 de septiembre de 2020. Ese día fue apresada Adelaida “Titi” Castillo, ligada al clan narco de los Loza que opera en el noroeste argentino. Pelozo también era el mayorista del narcoempresario ya condenado Esteban Lindor Alvarado y estaba ligado a Iván Giménez, una de las víctimas del triple asesinato cometido el 29 de enero de 2022 a la salida de un casamiento de narcos que se realizó en un salón de fiestas de Ybarlucea.
Locales
Fuentes federales que operan en nuestra región confiaron que si bien Pelozo está preso, sus hombres aún en libertad tranquilamente pueden seguir explotando la logística de la zona. “Los que traen la droga necesitan contar con estructuras de confianza, que den garantías”, explicó una fuente. “Los grupos bolivianos hoy son los capos del puente aéreo haciendo escala en Paraguay o saliendo desde ahí. Por eso están llegando tan al sur con las avionetas”, indicó el vocero. Si bien pueden trabajar con el PCC brasileño, “ellos se especializan en el control del territorio. Hay informes de inteligencia que los muestran disputando territorio en Paraguay en las zonas de acopio y de paso obligado apoyando con «seguridad» armada a otras organizaciones”.
“Los modelos de operación del PCC no se han visto por estas latitudes. ¿Pueden financiar o participar en las operaciones? Eso es seguro, pero los grupos de logística son locales mayoritariamente”, aclaró el vocero. “La búsqueda de puertos es muy fuerte porque la Aduana argentina está ajustando los controles y por eso están usando mucho la salida por puertos de Uruguay. Pero también siempre buscan puertos argentinos para mezclar la droga en las cargas a granel. Hay mucho volumen de mercadería que sale por canal verde (el utilizado para aquella mercadería que tiene presentada correctamente toda la documentación y que por lo tanto puede salir o entrar en el país sin tantos controles) y eso a los narcos les viene muy bien”, añadió la fuente consultada.
En Bolivia
En Bolivia la caída de la avioneta en Chaco también generó un gran revuelo. Este jueves efectivos de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn) del vecino país realizaron una serie de allanamientos sobre los hangares 101 y 112 del aeropuerto de El Trompillo, ubicado en el sudoeste de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra. Según reportó la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) de Bolivia, la avioneta matrícula CP 3123 siniestrada en Chaco salió con un plan de vuelo desde ese aeropuerto el martes 18 de julio con destino al aeródromo privado de Río Negro, en Ascensión de Guarayos, capital de la provincia de Guarayos y situada en el noroeste del departamento de Santa Cruz. Un viaje de unos 300 kilómetros que, como es obvio, no cumplió
Sin embargo, el mismo día el Cessna puesto bajo la lupa se precipitó en un camino rural de la localidad chaqueña de Avia Terai, a unos 170 kilómetros del límite con la provincia de Santa Fe y a 1.300 kilómetros del aeropuerto que tenía señalado como destino. De los hangares de El Pompillo, un aeropuerto utilizado generalmente para vuelos nacionales, efectivos de la Felcn y de Fiscalía boliviana secuestraron documentación, equipos de comunicación, así como sistemas de imágenes de cámaras de seguridad.
El Pompillo
Mientras el aeropuerto El Pompillo era allanado, el ministro de Gobierno boliviano, Eduardo Del Castillo, compareció ante la prensa de su país y blanqueó que el Cessna 210 Turbo Centurion II estuvo bajo la tutela estatal a partir de un vuelo irregular que había realizado a Paraguay y que un fiscal lo devolvió a su propietario tras una pericia de “microaspirado” para detectar sustancias ilegales. “Hay mucho que investigar sobre este caso. Sale la avioneta libre de sustancias controladas en el examen de microaspirado y a los dos días cae con sustancias controladas”, explicó el ministro a modo de respuesta. Del Castillo indicó que presentó una demanda penal contra el fiscal que liberó la avioneta y contra el personal del Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF) que llevó a cabo el trabajo de microaspirado.
Unos minutos más tarde, el viceministro de la Dirección General de Sustancias Controladas (DGSC), Jaime Mamani, brindó más detalles. Contó que la avioneta Cessna fue detectada saliendo de ese país en dirección a Paraguay sin autorización ni plan de vuelo por los radares del Comando de Seguridad de Defensa Aérea de Bolivia el 23 de mayo. A su regreso del “vuelo irregular” en el aeropuerto de Puerto Suárez, provincia de Germán Busch (limítrofe con el estado brasileño de Mato Groso Do Sul), la aeronave fue requisada por el personal de la Felcn.
Tras ello, el 13 de junio el Ministerio Público de la Acusación ordenó una prueba de laboratorio y un microaspirado para detectar la presencia de sustancia prohibidas sobre la avioneta a manos de la IDIF y no del Centro de Investigaciones Técnico Científico en Toxicología y Sustancias Controladas (Citesc), dependiente de la Felcn, que es a quien le corresponde ese tipo de peritaje. Como la prueba dio negativa la avioneta volvió a manos de su dueño el 28 de junio.
Además de los allanamientos en el aeropuerto El Pompillo se realizaron requisas en varios domicilios, uno de ellos el de Nilo Limón Terrazas, quien en los registros de la DGAC figura como dueño de la aeronave CP 3123. Allí fueron demoradas por orden de Fiscalía tres personas para que presten declaraciones como testigos. Nilo Limón Terrazas no fue encontrado y tiene orden de captura nacional e internacional.
Leo Graciarena / La Capital