Joaquín Sabina contrajo matrimonio este lunes con su compañera sentimental desde hace años, Jimena Coronado, en una ceremonia íntima celebrada en el Registro Civil de la capital española.
La ceremonia, a la que asistió su compañero y colega Joan Manuel Serrat, fue oficiada por el actual ministro español de Interior, el magistrado Fernando Grande-Marlaska, al que le une también una gran amistad.
Peruana y fotógrafa de profesión, Coronado conoció a Sabina hace más de 20 años cuando ella lo entrevistó y, desde entonces, se convirtió en su compañera inseparable en los buenos y malos momentos, como cuando el cantante sufrió recientemente una fuerte caída durante un concierto en el Wizink Center de Madrid.
Fue el pasado 12 de febrero, cuando Sabinase precipitó al foso frente al escenario desde una altura aproximada de 1,70 metros, provocándose un «traumatismo de hombro izquierdo, torácico y craneoencefálico» y un «pequeño coágulo» del que fue intervenido y que lo mantuvo unos días en la Unidad de Cuidados Intensivos.
«Fue más fuerte del que pensáis. Llevo hasta dos operaciones, titanio y un hematoma en la cabeza», destacó el músico andaluz en su primera intervención pública en televisión en abril en una entrevista en la que no dudó en señalar: «No tengo la menor intención de morirme, que se muera la muerte».
Según había trascendido en otra entrevista previa ofrecida en Argentina durante la gira del tándem artístico formado por Serrat y Sabina, este le habría pedido matrimonio a su ahora esposa el pasado mes de noviembre, cuando ella cumplía 50 años de edad.
Este es el segundo matrimonio del músico, que en 1977 se casó con Lucía Inés Correa, de la que se divorció en 1985. Seguidamente, mantuvo una larga relación con Isabel Oliart que se extendió hasta 1998, fruto de la cual nacieron sus dos hijas, Carmela y Rocío.